6. ¿Tengo cara de policía bueno?

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Días después de la reunión con Phillip, Michonne habló conmigo sobre qué hacer al respecto y dijo que se entregaría con Merle, así nadie más saldría herido y probablemente matarían al gobernador. El plan sonaba perfecto, pero aunque no queramos verlo, el tipo es bastante listo.

Días después,  Andrea vino a visitarnos pero no quise verla, se enteró hace poco que su antiguo grupo se encontraba aquí, y casualmente Michonne y yo también. 

Mich acababa de despedirla, estaban en la entrada y luego Andrea se fue, yo observé desde una torre, bajé con Michonne.

—¿Y?, ¿Hablará con él?

—No lo sabe, hará lo posible pero lo dudo.

—No hará nada, lo conozco. 

Me frustré, tomé mi cara con ambas manos y suspiré.

—Queta, el gobernador cambió un poco de opinión con respecto a Merle, nos quiere a nosotras dos, Andrea lo escuchó decir que Merle lo dejaría libre pero que vendría por ti. De hecho me preguntó el porqué, pero no le dije nada. 

La volteé a ver, un nudo en mi garganta se formó, no quería volver a verlo a menos que fuera verlo en cadáver, mis ojos se llenaron de lágrimas, si bien no tenía a nadie ni razones para seguir con vida, quería seguir adelante, no quería morir. 

—Mich, no quiero morir. 

Y no sólo era morir, Phillip era un psicópata que le gusta humillar a las personas de todas las maneras posibles, lo vi con Maggie al quitarle la ropa y lo que me hizo a mí. 

—No lo harás. Pensaré en algo, hablaré con Rick sobre esto, Merle ahora está a salvo pero nosotras no. Ven acá.—Me acercó a ella, me dio un beso en la frente y me abrazó. 

(...)

Después de comer, di rondines por los patios de la prisión, cuando podía mataba algunos caminantes con picos y a lo lejos. Estaba pensando en cómo librarnos de Phillip sin matar a nadie en el camino, todo había sido una locura en estos días, la soledad no me dejaba vivir mi día a día, por más rodeada de personas que estuviera, me sentía triste. 

—¿Estás bien?— la voz de Rick me sacó de mis pensamientos. 

—Lo estoy, gracias.— respondí. 

—Supe lo del gobernador. Te quiere a ti y a Michonne.

—No sé qué hacer, ¿sabes? Por una parte me gustaría entregarme y que los deje en paz, pero no quiero morir y sé que no se detendrá hasta terminar con todos. Me está volviendo loca. 

Veíamos hacia un bloque que aún estaba infestado, él a un lado mío y con la mirada fija hacia delante, hombro con hombro.

—Necesitamos armas, municiones, todo lo que nos pueda ayudar a detenerlo. 

Puso su mano en mi hombro, lo apretó y volteé a verlo. Me transmitió esperanza, solo pude sonreír, sin mostrar los dientes, no era sincera pero era la mínima cortesía que podía mostrarle. 

Lo seguí, ambos salimos de la prisión en un carro pequeño, todo el camino fue en silencio, era incómodo hasta cierto punto pero era tolerable. Sacó un mapa y me pidió darle instrucciones para llegar a un pueblo cercano, en el recorrido  nos detuvimos un par de veces en algunas casas para revisar, pero no hubo nada de armas, solo comida enlatada y algunas cobijas en buen estado, el frío se acercaba.

Hubo un par de caminantes en todo el camino, al llegar a la tienda de armas no encontramos nada, ni muertos ni municiones.

—Que fiasco.— dije. 

Lo Prohibido || Rick G. & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora