Capitulo 44. "Disculpas" [ÚLTIMOS CAPÍTULOS]

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Capitulo 44. 

"Disculpas"

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NARRA CHRIS

Tres toques a mi puerta invadieron mi tranquilidad. ¿Qué acaso no podía leer mi estúpido libro en paz? "Adelante" dije, sabiendo que iba a ser mi madre ya que estábamos solos en la casa.

–Hola, Chris.

–Dime. –Aun con la vista en las páginas.

–Te hice comida. –Sonríe amablemente.

–No tengo hambre. –Estaba intentando de todas las maneras posibles de disculparse conmigo, pero no se lo iba a hacer tan fácil.

–Tienes que comer, ni siquiera has almorzado.

En ese momento, enfoqué mis ojos en ella y suspiré. Lo pensé unas veces para después cerrar mi libro y levantarme de la cama.

– ¿Qué hay para comer? –Cuestioné caminando hacia ella y luego pasando por su lado.

–Pollo asado.

Diablos, mi comida favorita.

–Se que te gusta, hijo. –Me siguió mientras bajábamos las escaleras.

Una vez en la cocina me sirvió el plato lleno de cena, dios, olía tan bien. Una pequeña sonrisa se escapó de mis labios porque, vamos, era todo un banquete. Mientras me alimentaba, pude sentir su mirada en mí.

–Chris, se que fui una mala madre.

Pasé mi lengua por mi labio superior, acariciando un corte que aun no cicatrizaba. Se acercó y arregló el cuello de mi camisa.

–Y se que te herí y discriminé. –Comenzó a masajear mis hombros.

Puse mis ojos en blanco, disfrutando la caricia. Pero debía concentrarme en lo que me estaba diciendo.

–Y también se que te costará olvidarlo, pero quiero al menos intentar ganar tu perdón.

Arregló los suspensores que me servían de cinturón para luego depositar un beso en mi cabeza.

– ¿Recuerdas la primera vez que probaste esta comida? –Rió a punto de llorar.

Oh claro que si.

–FLASH BACK

–Chris, ven aquí. –Escuché mi llamado, y gracias a eso desvié mi atención del camino y me caí de la bicicleta.

–Rayos. –Susurré adolorido.

Miré mis rodillas y codos, limpiando la tierra y algunas manchas de sangre. Me levanté del suelo y luego mi vehículo para caminar lentamente a la casa.

– ¿Si? –Pregunté

–A comer.

Mi madre, con una pequeña de dos años en el coche, me abrió la silla para que yo me sentara. Y lo hice.

– ¿Qué te pasó en la rodilla?

–Me caí. –Era algo común. A mis cinco años pasaba en el suelo, ya sea por caídas o simplemente lanzadas mías al vacío.

–Pero se te puede infectar, está lleno de tierra.

Ay no. No, no, todo menos eso.

–No mamá, estoy bien. No necesito alcohol. –Traté de demostrarle que estaba perfectamente, pero no funcionó.

–Si, Chris. Un poco de alcohol a la herida.

–No, por favor.

Era lo peor, te ardía demasiado y no servía de nada. Ella fue por la botella mientras yo intenté escapar, pero fue más rápida que yo y me agarró del brazo.

–Christopher. –Me miró seriamente. –Siéntate en la silla.

–Mami no. –Intenté convencerla con mis ojos de perrito triste, pero tampoco funcionó.

Me sentó en la silla y con un algodón presionó ligeramente el desinfectante contra mi herida. Solté algunas lágrimas porque, aunque ella hubiera soplado para hacer que se secara más rápido, aun así dolía mucho.

–Eres muy valiente, hijo. –Susurró, limpió mis lágrimas y besó mi mejilla. –Mira, hice pollo asado. –Dijo mientras volvía a mecer la camita con mi hermana.

–Pollo ¿asado? No se si me guste. –Negué corriendo el plato.

–Oh vamos, pruébalo hijo.

Y lo hice.

FIN FLASH BACK–

–Eras todo un bebé. –Me levanté de la silla con el plato vacío entre mis manos para dejarlo en el lavatorio.-Mírate ahora.

Enfoqué mi seria mirada en ella, la cual estaba soltando lágrimas.

–Te quiero recuperar, Chris. –Pasé mis dedos por mi cabello, peinándolo hacia atrás. –Quiero volver a entrar a tu vida.

Se apoyó en la mesa. Me di cuenta que su monólogo estaba dando resultado, la quiero. Es mi madre y eso nadie lo cambiará, pero no me sirve de nada ignorarla todo lo que me queda de vida. Es mas, me hace sentir solo.

–Hago lo que quieras. Conozco a tu novio, lo que sea.

Puse una cara de confusión. ¿Qué? Eso me hizo reír, pero ella aun seguía en su momento.

–Mamá. –Hablé por fin. –Eso no será necesario.

–Quiero hacerlo, Chris. –Me acerqué. Ahora era mi turno de secarle su pequeño llanto.

–No quiero que cambies para eso. Escucha, es tu opinión y no necesitas cambiarla por mí. Pero quizás, podrías no decirla frente a mí. –Le di una alternativa.

–Necesito aprender a entenderte.

–Má. –Negué mirando el suelo. –Nunca lo harás, pero podrías intentar vivir conmigo y no en contra.

–Eso es lo que quiero, Chris. Arreglar las cosas entre nosotros.

Me abrazó, apoyando su cabeza en mi cuello y estrujando mi cuerpo contra el suyo.

–Ay. –Me quejé al sentir como sus manos presionaban mis omóplatos bastante fuerte. –Má, mi columna.

–Lo siento. –Me separó y vi como seguía en su sollozo.

–Ya no llores. –Volví a secar sus lágrimas.

–Lo siento. –Repitió.

La miré unos segundos en silencio hasta que tomó mi mano y entrelazó mis dedos con los suyos.

–Creo que extrañaba el contacto físico con mi pequeño de diecinueve años.


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En el fondo, es el final feliz que necesitábamos para Chris... 
...o al menos yo... 

QUEDA POQUITO... Muuy poquito. *Inserte voz de comercial de Soprole* ... ¿No? ¿Nadie? Okay u.u


-nadieimportante-

Hellsing.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora