Especial navidad 🎄

123 8 0
                                    

Carl

La navidad no era algo que me gustara. Para mi era lo más aburrido del mundo, solo era recibir regalos y comer mucho. Pero, me gustaba realmente estar con Anne, así que nunca me quejaba.

—Carl, por favor. ¿Puedes ponerte la pijama?—suplicó Fiona mientras tenía el pavo crudo entre sus manos.

—Te confundes, tengo que verme presentable para el amor de mi vida.—respondí acomodando mi esmoquin.

—Bien...—suspiró con una sonrisa en su cara.

Luego de eso, escuché el timbre sonar. Corrí hasta la puerta y la abri.

Anne
Estuve todo el día preparándome para verme presentable. Quería que algo sucediera con Carl y sabía que esa sería la noche.

Mamá y Kevin irían luego. Toque el timbre de la casa, aunque era algo anormal, ya que siempre entrábamos sin tocar, sin embargo, quería que él me mirara.

—Hola...—sonrió apoyándose en el marco de la puerta con una expresión tan coqueta.

—Carl, qué gusto volver a verte...—dije claramente nerviosa mientras lo miraba desde abajo, ya que era muy alto.

—¿Me extrañaste?—bromeó sin esperar una respuesta.—Tengo un regalo para ti.—habló entrando a la casa y haciendo una reverencia para dejarme pasar.

—Tú sabes que siempre te extraño...—dije claramente bromeando, aunque con un toque de coqueteo.

—¿Me extrañas por las noches?—se acercó a mí para susurrarme tales palabras en mi oído. Me sonrojé notoriamente y luego lo alejé de mí.

—¿Qué me trajo Santa?—cuestioné intentando cambiar el tema.

—Nada. Pero, yo si te traje algo.—fue hasta la sala y volvió con algo en la espalda.

—¿Quieres que cierre los ojos?—cuestioné cuando volvió y me llevó hasta su habitación.

Yo tenía puesto un vestido azul pegado que contrastaba mi cintura, levantaba ligeramente mi busto y era lo suficientemente corto como para que se vea un poquito de mis muslos brillantes. Lo que dejaba, claro, algo que desear.
Y sabía que se vería mejor en la habitación de Carl.

—Creo que esto dice tu nombre.—sonrió mientras sacaba un ramo de billetes envueltos con una cinta roja, de su espalda.

—¿Qué demonios te sucede?—pregunté sorprendida pero no ofendida y claramente acepté tal regalo. Me acerqué y lo abracé fuertemente mientras lo recibía.—Me haces sentir mal, porque yo no te traje nada...—hablé con una mueca.

—No hace falta, cariño.—habló como siempre mientras me daba un beso en la mejilla y envolvía mi cintura con su brazo.

—Estás besando el lugar incorrecto, ¿no lo crees?—acomodé su doblez suavemente mientras pegaba mi cuerpo al de él, claro manteniendo la distancia entre las cabezas.

—Entonces quiero hacerlo en el lugar correcto...—dijo travieso acercándose más a mí gracias al agarre en mi cintura.

Fue un silencio en el cual hubo una tensión inimaginable. Estábamos tan cerca, pero parecía que nunca podíamos estar del todo juntos.

Omnisciente

Ambos estaban juntos, él estaba apunto de juntar sus labios, ya que estos se rozaban constantemente. Hasta que fue ella quien cortó la distancia y se atrevió a juntar sus labios apasionadamente. Parecía una lucha entre ambos para saber quién sería el que besa mejor. Algo muy dulce y al mismo tiempo sabroso.

Seguían acaramelados, con sus labios atados, como los caballos en los ranchos. Hasta que hubo algo que los interrumpió, pero a ninguno de los dos les importó.

—Oigan. ¿Podrían dejar de besarse? Me recuerdan a que no tengo a nadie para las fiestas.—dijo Lip antes de darle un sorbo a la botella de whisky que tenía en la mano.

Carl alzó su dedo de en medio, pero jamás se separó de ella. Acomodándose más cerca de ella en la cama, ya que ambos optaron por sentarse en medio del beso.

—Mi querido hermano, cuanto crecen.—le dio otro sorbo y luego dejó la puerta media abierta antes de irse.

—Usen protección. Ya saben lo que me pasó...—habló Debbie con su hija en brazos. Pasando cerca de la habitación.

Anne rió y se separó de él para voltear a verla.

—Hey...—reclamó Carl mirándola sorprendido por separarse tan repentinamente de él.

—Vamos, es navidad.—sonrió para luego levantarse de la cama, tomar la mano de su novio y llevarlo hasta el comedor.

—Hola Fiona.—saludó dándole un abrazo. Por detrás.

—Anne, estás muy elegante esta navidad.—bromeó mirando su pijama.—Ven, acomódate en la mesa.—todos se sentaron y él lo hizo más cerca de ella.

Pasaron en la mesa con risas, anécdotas y bromas por parte de Lip e Ian. Hasta que en un momento determinado de la cena, Carl susurró algo que solo Anne escuchó.

—Me debes un regalo de navidad, y creo que sé que puedes darme...—ella lo volteó a ver mientras se relamía los labios y reía levemente.

—¿Pueden dejar de coger verbalmente en la mesa de navidad? Gracias.—habló Verónica comiendo un pedazo de carne.

—¡Carl! Aléjate de mi hija.—amenazó Kevin apuntándolo con su dedo índice. Y apunto de levantarse de la silla.

—Oye, tranquilo.—lo frenó Verónica mirándolo como si fuera a asesinarlo.

—Está bien. Estaré alejado de tu hija.—dijo Carl con una sonrisa diabólica que puede significar muchas cosas.

—Ya, Kev, por Dios. Es Carl, tú lo conoces, solo quiere molestar.—defendió Anne a su novio no formalizado.

—Sí, sí.—se calmó pero no perdió de vista al chico.

—Guau, presencié lo que es una figura paterna.—bromeó Lip haciendo que Fiona estallara de la risa, lo que fue contagioso para todos y terminaran en risas la noche.

Horas más tarde.

Anne estaba en su habitación casi durmiendo, cuando escuchó algo en su ventana que la hizo despertar.

—Princesa, vine a rescatarte de la abstinencia.—habló como si estuviera cantando pero con algo en la boca que le impedía hablar bien.

—¿Carl?—preguntó y se levantó de la cama.

—Ábreme...—susurró detrás de la ventana y golpeando levemente.

Ella hizo caso omiso y luego se acercó para abrir la ventana. Él se apresuró a entrar y luego le sonrió sacando los condones de su boca.

—Feliz navidad, princesa...—rió antes de empezar a besarla y empujarla suavemente a la cama.

-𝘔𝘺 Carl.- 𝖢𝖺𝗋𝗅 𝖦𝖺𝗅𝗅𝖺𝗀𝗁𝖾𝗋. (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora