-- ¿A qué te refieres con que no debo arrepentirme? -- preguntó con curiosidad por las palabras del austro-hungaro.
-- Bueno... Me refiero a que... -- los nervios le ganaban y no podía hablar bien, solo tartamudeaba -- Solo fue un beso y ya, no pasa nada... -- fue lo único que pudo pronunciar.
-- ¿Todo está bien después de...? Ya sabes, el beso -- el alemán tenia algo de miedo de lo que podría pasar.
-- Sí, no te preocupes -- dijo desviando la mirada.
Imperio alemán soltó un suspiro de alivio.
-- Yo me tengo que ir a casa, para... -- el alemán no sabía que decir.
-- Oh, yo también -- estaba nervioso.
Sin más, se despidieron y cada uno siguió su camino. Imperio alemán ya no sabía que hacer con ese sentimiento raro, debía hacer algo y debía ser rápido. Mientras, Austria-Hungría llegó a casa y se acomodo en el sillón.
-- (¿Por qué se preocupó tanto?) -- pensó acostado en el sofa -- (El se veía tan lindo cuando estaba preocupado...) -- se dió cuenta de lo que pensaba y se paró rápidamente de el sofa.
Decidió hacer algo para distraerse, empezó a limpiar su oficina. Al menos así, no pensaría tanto.
En casa de Imperio alemán, el mencionado estaba muy estresado. Pensaba y pensaba que hacer con ese sentimiento. Sus hijos se dieron cuenta de que su padre no lucía normal, pensaron en como ayudarlo.
-- ¿Qué deberíamos hacer? El...se ve raro-- dijo Third, refiriéndose a como su padre caminaba en círculos por la sala.
-- Tal vez debemos hablarle -- Weimar habló, mientras miraba a su progenitor.
Ambos se dirigieron a dónde se encontraba su padre.
-- Papá, ¿Estás bien? -- indagó Weimar.
-- Sí, solo que... -- dudo si contarle a sus hijos sobre su problema, aunque... ¿Tal vez podrían ayudar?
-- Solo cuéntanos y ya -- Third tenía curiosidad.
-- Pues, siento algo raro por alguien... -- confesó con algo de timidez.
-- ¡Apuesto que es Austria-Hungria! -- exclamó el menor pelirrojo.
Weimar e Imperio alemán lo miraron.
-- Ay, ya como sea. Pero creo que sí es el -- se cruzó de brazos y volteo a ver a otro lado ante la mirada de los contrarios.
-- Sí, si es el. Pero, ¿Cuál era la necesidad de gritar eso? -- comento el alemán mayor.
-- Entonces, quieres que te ayudemos con ese sentimiento ¿Verdad? -- Weimar volvió a fijar su mirada en su padre.
Con un suspiro leve y lleno de esperanzas, Imperio alemán habló.
-- Sí, quiero que me ayuden... -- terminó de hablar con grandes expectativas.
-- ¿No deberían hablar eso juntos? Es la mejor forma -- Apesar de ser pequeño, Weimar era inteligente y sabía cómo actuar sin causar daño.
-- Y si no llega a aceptar tus sentimientos... Lo secuestras y lo obligas a amarte, dejándolo sin estabilidad mental -- Third también era inteligente, pero pensaba y también actuaba de forma drástica, probablemente no pensaba en el bien de nadie.
Imperio alemán y Weimar quedaron atónitos por esas palabras.
-- Creo que debo cuidarte más...-- comentó Imperio alemán ante lo ocurrido.
-- Deberías apurarte y hablar con el -- menciono Weimar.
Imperio alemán asintio y se paró para ir a casa de Austria-Hungría. Lo iba a invitar a un bar para poder hablar. Ese bar del centro de la cuidad que era muy bien puntuado y recibía tantos buenos comentarios.
Austria-Hungría seguía haciendo limpieza. Cuando empezó a limpiar un cajón de su armario, un pequeño collar de corazón cayó a el suelo. Austria-Hungría vió eso y alzó el objeto, estaba cubierto con un poco de polvo. Sonrió al ver ese collar, ¿Por qué? Te lo diré...
(Hace mucho tiempo...)
Era un día normal, un día en el colegio. Hacía frío, pero su presencia traía una sensación cálida. Las manos extendidas ofreciéndole un collar. Austria-Hungría estaba sorprendido, Imperio alemán le extendió un poco más cerca el collar. Eran muy pequeños para saber sobre el amor, pero sentían que lo sabían todo de esa sensación en el pecho.
-- Es un regalo... -- dijo el pequeño alemán.
-- ¿Para mí? -- Austria-Hungría miró el collar.
-- Sí, para ti... -- estaba ruborizado.
(Presente)
Ese collar le daba la esperanza de que todo volvería a ser como antes, cuando todo era mejor. Austria-Hungría suspiro y volvió a limpiar, el timbre sonó. Se apresuró a abrir la puerta.
-- Hola, ¿Necesita algo? -- preguntó abriendo la puerta.
-- Soy yo, Imperio alemán... -- habló con un tono bajo.
-- Hola, ¿Pasa algo? -- dijo con un tono dulce y amable.
-- ¿Quieres... Quieres ir a el bar de el centro? Necesito hablar contigo... -- propuso imperio alemán.
-- Claro, ¿A qué hora sería? -- se sentía feliz por la invitación inesperada.
Imperio alemán le sonrió y se pusieron de acuerdo para ir a ese bar. Iban a ir en la noche, ambos estaban ansiosos. Por alguna razón el maldito día parecía durar mucho, con la tarde era igual. Finalmente se podía ver llegar la noche, Austria-Hungría termino de alistarse. Pensó en llevar algún presente, así que salió de su casa antes de la hora indicada. Buscó algo para regalar, algo bonito, algo que represente su amor hacia ese alemán.
Lo material no importa, solo importa los sentimientos que trae y que lo representa.
Austria-Hungría decidió comprar algo similar a ese collar, estaba mirando varios modelos de collares, uno en especial le llamo la atención. Un collar de una cruz, color gris, un círculo rojo en el centro y era perfectamente detallada. La compró, pues le parecía perfecta para Imperio alemán. Luego, se apresuró a ir a el bar.
Austria-Hungría estaba caminando hacia el lugar, finalmente llegó. Entro y busco a Imperio alemán. Finalmente lo encontró y se sentó frente Imperio alemán.
-- Hola... -- comentó el alemán.
-- Hola, ¿Cómo estás? -- Austria-Hungría miró la mesa en la que se encontraban, algo le hizo despertar su curiosidad...
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.Hola. (Actualiza después de una semana)
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Amor Anónimo ( Austria Hungria x Imperio Alemán )
Action✩Si no te gusta el contenido, no lo leas esta historia y no dejes malos comentarios acerca de esta historia, gracias✩ Imp. Alemán y Austria-Hungría se conocían desde niños, tenían un sentimiento de amistad, tal vez, no sólo de amistad.... A.H empezó...