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Imp. Alemán y Austria-Hungría se conocían desde niños, tenían un sentimiento de amistad, tal vez, no sólo de amistad....
A.H empezó...
Mientras observaban a los niños, Imperio alemán pensó en que nunca había visto a Austria-Hungria sin aquellos parches. Se preguntaba por qué lo ocultaba.
-- ¿Te puedo preguntar algo? -- le dijo Imperio alemán a Austria-Hungria.
-- Claro, dime -- Austria-Hungría centró su atención en el alemán.
-- ¿Puedo ver tus ojos? -- agarró levemente las manos del contrario.
Austria-Hungría se quedó algo sorprendido, no supo que decir. Al final, acepto.
Imperio alemán sacó con cuidado parches del rostro de el austro-húngaro. Quedó fascinado por el color de aquellos ojos. Eran de un color celeste muy claro, pero sin llegar a blanco.
-- Tus ojos son hermosos -- apenas dejo de hablar y le dió un beso suave.
Ambos se preguntaban que era ese sentimiento que tenían en ese momento, era más fuerte que el amor. No importa lo que sea ese raro sentimiento, era lo mejor que experimentaron en su vida... Fue algo magnífico, parecía algo de cuento lo que vivían. La simple presencia del contrario era lo suficiente para creer que no es un cuento, es algo que los une y es totalmente verdadero.
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Después, se acercaron a los niños. Imperio alemán fue el primero que habló:
-- Ya debemos irnos -- le comentó a los pequeños.
Los dos pusieron una expresión de tristeza, pues querían seguir jugando.
-- Pronto volveremos -- dijo Austria-Hungría.
Sin más que decir, se fueron. Cuando llegaron a casa, Third y Weimar tenían hambre. Por eso, Imperio alemán y Austria-Hungría se fueron a la cocina para preparar una pequeña merienda.
Decidieron preparar trufas de chocolate, eran fáciles de preparar. Mientras estaban viendo los ingredientes, Austria-Hungría le dijo algo a el alemán.
-- Necesito decirte algo --- fue lo que dijo.
-- ¿Qué pasa? -- Imperio alemán preguntó, algo confundido.
-- En unos cuantos días, volveré a casa -- bajo la mirada.
-- Entonces... Te recordaré cuánto te quiero estos últimos días -- agarro el mentón del contrario y le acaricio las mejillas.
Austria-Hungria lo miró y luego lo abrazo con fuerza.
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Luego de un rato, volvieron con los niños. Todos se sentaron a comer.
Ya en la noche, los niños estaban durmiendo. Imperio alemán estaba revisando algunos documentos, mientras que Austria-Hungría dormía.
Imperio alemán se sentía cansado de el trabajo, por un momento se dió el tiempo para descansar.
Se acostó al lado de Austria-Hungría y lo abrazo, lentamente quedó dormido.
