2. La rata de Percy

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- Leí sus pergaminos, cada uno tuvo muy buenas observaciones, me parece que podrían volverse buenos en las pociones. Ahora tengo algo que mostrarles, acerque se. ¿Alguno de ustedes ha cocinado una papa? ¿No? Entonces esta será su primera vez. Veamos, únanse en grupos de a 4 y ubiqué se en cada olla. Abajo tienen el calentador mágico que no les quemará y unas instrucciones. Algunos harán que la papa esté más tiempo, y otros menos. No duden en consultarme.

La clase transcurrió tranquila, con los alumnos moviéndose a todas partes y riendo. Más tarde cada uno probo una parte de cada papa (5 se le habían entregado a cada puesto) y anotaron sus impresiones. La clase siguiente hicieron jalea y la siguiente aprendieron a cortar vegetales. Tras las 4 clases de introducción lograron aprender lo básico haciendo analogías con la comida. Si lograban aprender con la cocina, lograrían con las pociones.

Era una buena manera de empezar.

Las mejorías no demoraron en esperar y los comentarios menos, los niños salían comentando la clase y los profesores mirando curiosos. Era la primera semana de octubre, y aún no había avanzado lo suficiente con el plan. Tenía que acercarme a los Weasley.

Y si no recordaba haber escuchado mal hace años, Ron había dicho que Scabbers había sido la mascota de Percy.

Y Percy se llevaba bien conmigo. Así que solo quedaba acercarme a el.

Como si el destino hubiera leído mi mente, Percy paso a mi lado junto a Bill y Charlie, unos muy jóvenes Weasley que aún no sufrían por los horrores de la guerra. Mire a Percy y sentí una molestia en mi conciencia. Cuando los Weasley se habían vuelto a unir como familia Percy había muerto para salvar a uno de los gemelos.

Percy era parecido a Hermione Granger, ambos unos devora libros. Tenían habilidades para las pociones, habilidades que nunca supe aprovechar. Podría salvar a Percy, lo haría.

- Weasley -los tres giraron la cabeza- ujum, Percy. Qué gusto encontrarte, justo estaba pensando en mandarte a buscar. ¿Tienes algo que hacer ahora? -el joven miro a sus hermanos y luego negó- bien, Pomona, Poppy y Hagrid han ido a ver qué tal están las mandrágoras. ¿Te gustaría conocerlas? Podrías adelantarte a herbología, y nosotros pronto veremos los usos de la mandrágora. Si decides ir, te estaremos esperando junto a la choza de Hagrid, son las primeras de la época. Buena tarde, chicos.

- Muchas gracias, profesor, ahí estaré.

Los Weasley se miraron asombrados entre sí y siguieron su camino, para luego desaparecer de mi vista. Percy, en cambio, se quedó justo ahí, observándome. 

- ¿Vamos?

- Ven sígueme -salí del shock y comencé a caminar a una rapidez considerable, una que no forzara a Percy a trotar. Salimos del castillo y bajamos las escaleras hasta llegar a la casa de Hagrid, ahí ya estaban Poppy y Pomona esperándonos.

- Hagrid ha ido a por las llaves -el semi gigante salió de su choza emitiendo bastante ruido con lo torpe que era. Bajo un par de escalones y se acercó a nosotros lleno de alegría.

- ¡Weasley!

- Hola Hagrid.

- Veo que tenemos un invitado, los de primero aún no conocerán a las mandrágoras, solo lo teórico hasta el próximo año, tengo entendido que en 2.º año comienzan lo practico, ¿no Severus?

- Cierto, pero he invitado a Percy porque es un chico muy inteligente, es el más adelantado de su clase -puse una mano en su cabeza y le revolví el ondulado cabello color zanahoria. 

- Hago lo que mejor puedo con lo que tengo, profesor -su rostro, tan rojo como su cabello, expreso la timidez que sentía por la situación. Me miro un par de veces orgulloso de sí mismo y luego siguió a Hagrid, que daba algunos trancasos hacia el jardín.

Una oportunidad para Harry  |SeveritusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora