Una oportunidad para Harry |Severitus

5. Lucius práctica legeremancia en Severus

Era el día domingo, y Lucius Malfoy había llegado a la mansión. 

Severus y Draco, habían vuelto solo para pedir un permiso extendido. Ya que Draco esperaba poder jugar con Harry por más tiempo, y este no podría venir a la mansión mientras Severus no estuviera seguro del lado en que estaba.

- ¡Severus!

- Lucius.

- ¿Draco?

- Draco paso unos días conmigo -el niño corrió a abrazar a su madre sin importar que Lucius casi lo retara por correr de esa manera- Me gustaría poder hablar contigo.

- Bien, vamos a la biblioteca.

- Lo que te voy a decir, es algo que puede dejarte en shock. O tal vez confundido cuanto menos. Necesito que me escuches, Por favor. 

- Está bien.

- Necesito que hagas legeremancia.

- ¿Disculpa?

- Que me leas la mente, debo mostrarte algo que no puede ser dicho en voz alta.

- 1... 2... 3... 

La muleta se le resbaló y choco con el suelo, con cuidado se agachó hasta recogerla, y una vez tomada, noto un brillo particular, los rayos de la luna caían sobre una piedra azabache, no era una piedra que pillabas votada por ahí, era una piedra con forma y textura lisa.

La tomo y comenzó a voltearla hacia todos lados. Un brillo a su alrededor le llamo la atención. 6 humanos estaban parados alrededor de él. James Potter, Lily Potter, Harry Potter, Sirius Black, Narcissa Malfoy y su madre, Eileen Prince.

- ¿Que... ?

- Severus, tanto tiempo -habló la pelirroja. Hecho que casi hizo que Snape se callera, si no fuera porque logro agarrarse con un árbol que estaba a su espalda- No te asustes, no estás volviendo té loco.

- Lo sabía, Poppy me dio algo para volverme loco, ahora escucho muertos...

- Severus -habló Narcissa- no tenemos mucho tiempo, necesitamos que nos ayudes.

- Yo... como podría ayudar a personas que están muertas.

- Había un giratiempo -comenzó el joven de ojos verdes- Hermione se lo devolvió a Mc Gonagall. Está en su oficina, en un cajón. Utilícelo por favor.

- ¿Quieren que viaje en el tiempo? Saben... me está dando algo en el pecho, necesito... necesito sentarme... -se sienta sobre un tronco botado sobre el suelo dejando caer la muleta- uh... ah... -puso su mano sobre el pecho y comenzó a intentar respirar más lento.

- Snape, sabemos que te estamos pidiendo demasiado -James Potter, su mayor enemigo de la vida, se había hincado para estar a su altura, lucían totalmente diferente a como él lo recordaba- ayuda a Harry, a los otros, a todos, tienes la posibilidad de salvar vidas.

- Porque yo... -su rostro cansado ya estaba al borde de la desesperación, solo quería haber muerto por Nagini, descansar en paz- no puedo... en serio... busquen a alguien más...

- Eres el único que puede.

- Oh Severus -hablo Lily, quien le tomo la mano mientras los otros se hacían a un lado- Lo siento mucho por todo, ¡Lo siento y no tengo tiempo para contártelo todo! Ibas a ser el padrino de nuestra hija -se sobó el vientre y miro por unos segundos al señor Potter- se que te gustaría unirte a nosotros, inténtalo, inténtalo por favor...