Capítulo 7.

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-- ¿Qué tal ayer con tu hermana?

-- Volvimos a discutir.

Mamá suspira dejando de lado su taza de café.

-- Lo tuve que suponer al ver esa cara desanimada que traías ayer.

Muevo los hombros desinteresada mientras veo la televisión, la verdad es que no quiero pensar en nada.

Solo quiero mantener mi mente distraída.

-- Nunca entenderé porque te llevas mal con tus hermanos.

Me tenso un poco, no quiero empezar a hablar de nuevo ese tema con ella porque luego las cosas se ponen feas.

Me hago la sorda y sigo viendo la televisión, pero ella tiene la intención de sacar el tema afuera.

-- Si tan solo fueras como todas las personas que saben convivir con sus hermanos, muchas cosas se te solucionarían.

Pongo los ojos en blanco por aquello, es obvio que uno de los motivos por los que no llevo bien con mis hermanos es por culpa de ella y papá.

-- Ahora cada vez que te veo empiezo a creer que eres una niña salvaje -- le da sorbo a su taza con traquilidad -- Eres arrogante, una matona, te metes en problemas con las demas personas por culpa de tu venenosa lengua y por tu violento pie.

Ya empezamos, siempre es mi culpa en todo.

-- Metiéndote en peleas, estás siempre de mal humor, eres una bravucona.

-- Como tú hijo ¿No?

Y un fuerte silencio quedó en la sala

Ay no, lo dije.

Mierda.

Me muerdo el labio inferior con culpa por lo que dije pero fue un impulso.

-- ¿Como mi hijo? -- murmura dejando de lado la taza -- ¿Te he criado todo este tiempo solo para escuchar este tipo de cosas? Claro que no, ninguna madre merece escuchar estás palabras ofensivas sabiendo que es un tema delicado para mí.

Mierda, con solo mencionar algo negativo de mi hermano ella se pone sensible.

Tengo que solucionar esto rápido.

-- Yo lo sien-

-- ¡Callate! ¡No quiero verte en estos momentos! -- con ambas manos se cubre el rostro tratando de calmarse -- ¡Fuera de aquí!

Y para no empeorar las cosas salgo de casa.

¡¿Por qué dije eso?!

Mamá aprecia mucho a su hijo, su primer hijo...

Es alguien muy especial para ella a pesar que él no piense lo mismo de mamá.

Pero joder, si se pone a decirme esas cosas es obvio que no podría mantenerme callada por mucho que quisiera.

Mierda, aveces pienso que tiene razón.

Si tan solo tuviera una buena relación que mis dos hermanos me ahorraría muchos problemas.

Sin saber hacia donde irme camino por las sucias calles de mi barrio.

-- ¡Doña patadas! ¿Qué haces por aquí?

Genial, lo que me faltaba.

Encontrarme con Goo en mitad del camino demuestra que la vida no me quiere mucho.

-- ¿Qué quieres Goo?

-- Parece que estás de buen humor -- comenta con sarcasmo.

Pongo los ojos en blanco por cada vez que habla, todo lo que dice me parece una mierda.

•★𝐉𝐔𝐆𝐀𝐍𝐃𝐎★•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora