𝐙𝐨𝐋𝐮: maunen

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los mugiwaras estaban en la biblioteca acurrucados con unas mantas para obtener algo de calor. Tenían unas tazas de chocolate con leche caliente y unos malvaviscos pequeños flotantes encima mientras cada uno escuchaba atentamente el cuento que les leía la arqueóloga en tono suave, dejando que el calmante sonido de las gotitas de lluvia chocando con el agua del mar entrara por sus oídos.

Pero aquel ambiente no le gustaba a Luffy.

Y cada que deseaba decir algo, uno de sus nakamas lo silenciaba, pidiéndole en el tono más amable posible que los dejara escuchar la historia.

estar quieto no era su fuerte, así que decidió salir en silencio para que no lo regañaran con que volviera a entrar porque afuera estaba "lloviendo"; para su suerte, la mayoría estaba más centrada en escuchar a la ojiazul que a prestarle atención a él.

pocas gotitas de agua cayeron en él cuando salió, dándose la razón al darse cuenta de que apenas caían gotas.

Miró al cielo esbozando una sonrisa y luego comenzó a correr por toda la húmeda cubierta del Sunny, pasando un rato contento después de haber estado horas aburrido y atrapado.

después de correr por unos minutos se aburrió nuevamente, pues jugar solo no era muy entretenido. Así que decidió buscar con la mirada a ver con que podría entretenerse; sus ojos se detuvieron en el sitio donde siempre estaba Zoro entrenando, y recordó que el mismo no estaba en la biblioteca con los demás. El pelinegro sonrió ante su pensamiento de ir hacia allí y le hizo caso a sus instintos, dirigiéndose hacia el lugar donde Zoro entrenaba.

Al llegar, Luffy encontró a Zoro perdido en sus pensamientos mientras afilaba su espada; levantó la mirada al sentir la presencia de su capitán y alzó una ceja.

—¿qué haces aquí, Lu?

su capitán le sonrió como siempre lo hacía y se acercó a él. —estaba aburrido.

—¿aburrido? ¿no estabas escuchando la historia que leía Robin? ¿o disfrutando del calor de la biblioteca?

—no me gustó el cuento. —comentó mientras se sentaba con sus piernas cruzadas.

—¿y por qué estás aquí?

—Zoro es el único que no estaba escuchando el cuento de Robin.

dijo y luego cerró los ojos por un momento, como si estuviera pensando, hasta abrirlos de golpe con una sonrisa.

—¡¿juegas conmigo?!

el peliverde levantó una ceja y luego el azabache saltó sobre él.

—¡por fa, por fa, por fa, por fa, por fa! —repitió mientras lo sacudía.

Zoro suspiró y rodó los ojos con una sonrisa que quiso evitar, pero no pudo. 

—¿qué quieres jugar, Lu?

El capitán sonrió en grande antes de mencionar cual juego tenía en mente.

Una risa estruendosa hizo que la arqueóloga parara con su lectura para mirar hacia el origen del sonido, cosa que todos hicieron al ver interrumpida la sesión de cuentos

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Una risa estruendosa hizo que la arqueóloga parara con su lectura para mirar hacia el origen del sonido, cosa que todos hicieron al ver interrumpida la sesión de cuentos.

Nami se levantó con fastidio para abrir la puerta y encontrarse con una escena que no se ve todos los días.

Luffy estaba corriendo de Zoro mientras le sacaba la lengua a la vez que Zoro tenía una sonrisa divertida. No se veía con el usual semblante serio que siempre lo rodeaba, al contrario, parecía feliz y a gusto con el momento que compartía junto a su novio y capitán.

La frustración que antes sentía porque Robin haya sido interrumpida se esfumó al apreciar la cálida risa de su tonto capitán. Sonrió inconscientemente y salió del lugar con intenciones de unirse a jugar con ellos. Pronto se unió Chopper, luego Usopp, Franky, Brook y Sanji.

La pelinegra observaba en la puerta junto a su nakama.

—fufufu⁓ parece que acabó el momento de historia. —dijo Robin con una leve sonrisa.

—Si, Luffy-kun siempre contagia a todos con su semblante alegre. —comentó con tranquilidad.

El azabache los vio desde lejos y alzó una mano para que lo vieran.
—¡Jinbē! ¡Robin! ¡Vengan a jugar con nosotros! —exclamó con una sonrisa hasta que vino Usopp y le topó el hombro.

—¡congelado! —exclamó el narigón.

—¡oye, no es justo! —le gritó con molestia, pero de todas formas se quedó quieto hasta que Chopper se le acercó y le topó con su pezuña, gritando "¡descongelado!"

Robin soltó una risita y Jinbē una más suelta.

—el capitán dio una orden. —dijo la arqueóloga mientras se acercaba a ellos para empezar a jugar, siendo seguida por el gyojin.

"¡oye, Robin! ¡no uses tu fruta para descongelarlos! ¡eso es trampa!"

"¡oye, Robin! ¡no uses tu fruta para descongelarlos! ¡eso es trampa!"

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One Piece World | ZoLu | O. P.Where stories live. Discover now