FanFic rebautizado con otro título!
Título anterior: mugiwaras | ZoLu | O. P.
𝐎𝐧𝐞 𝐏𝐢𝐞𝐜𝐞 𝐖𝐨𝐫𝐥𝐝 | Algunos One-Shots del mundo del conocido manga y/o anime, One Piece.
ZoLu!
SanUso!
FroBin!
KidLaw!
NaVi!
MarAce!
ThatchxIz...
No sé por qué diablos se me ocurrió hacer esta vaina, pero bue.
¿Y cómo serían los Mugiwara si se encontraran un demonio por la noche?
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¿Qué hora es?
No tengo ni mera idea.
Pero tengo hambre.
Me senté muy lento mientras observaba que todos estuvieran dormidos. ¡Si lo estaban! :D
Me levanté y salí del camarote con muchísimo cuidado. ¡Hoy toca saqueo nocturno! Me dirigí a la cocina y abrí la puerta despaciiito para que nadie se diera cuenta, en especial Sanji. Mi plan no funcionó. ¡La condenada puerta soltó un chirrido! La odio; Esperé mirando a todos lados por si alguien venía o hablaba. Suspiré aliviado cuando nada pasó, pero justo cuando iba a entrar a la cocina...
—¿quién anda ahí? —preguntó una voz y yo miré a todos lados buscando un lugar para esconderme.
¡Me agarraron!
—¡juro que no estaba intentando robar la comida! —dije, muy demasiado rápido.
—¿Luffy? —ah, perate, ¿no era Sanji?
—¿ah? —volteé para mirar a mi capturador y me di cuenta de que no era nadie que me iba a delatar. —¡ah! ¡Zoorooo! —prácticamente, salté sobre él.
—¿otra vez intentando robar comida de la nevera?
—shhh, más bajito shishishi
Zoro sonrió y luego me bajó de encima. —ya, pero que sea rápido, son las tres a. m. y sabes que a esta hora se levanta el cejas rizadas para revisar que no andes rondando por la cocina.
Reí y asentí. —graciaaaas. —y entré a la cocina.
La luz de la nevera casi me deja ciego, pero luego más hambriento.
Empecé a saquear y comer todo hasta que un vaso de aluminio se cayó, haciendo ese sonido terrible.
Me giré para no encontrar nada.
—¿Zoro? ¿eres tú?
Solo se escuchó el viento soplando y yo me encogí de hombros y seguí comiendo.
Luego encienden la luz y me sentí atrapado.
—¡Sanji, no es lo que...! —me callé cuando vi que no había nadie.
Eh, ¿esto es normal?
Me quedé mirando en la misma dirección por un buen rato. Al final me decidí por ir a apagar la luz, pero cuando la apagué, la nevera se cerró detrás mío.
—fue el viento... —y otro vaso cayó.
¡HAY UN FANTASMA EN EL SUNNY!
Empecé a escuchar susurros justo en mi oído e instintivamente golpeé lo que fuera que estuviera a mi lado.
