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Violeta suspiró aliviada cuando el piloto del avión anunció que aterrizarían en 10 minutos. Llevaba más de dos horas sentada en ese asiento y estaba deseando poder estirar las piernas. Además, se había tenido que levantar a las 5 para poder coger el vuelo a tiempo y digamos que no tuvo su mejor noche de descanso. 

Viajar a Menorca era algo típico en los veranos de la granadina. Desde que su tía se mudó a Ciutadella, no había parado de pedirle a su sobrina que fuera de visita hasta que ella aceptó. Violeta se quedó tan enamorada de la ciudad que era ya el tercer año consecutivo que viajaba a la isla a pasar sus tres meses de verano.

A Violeta no le costaba tanto irse ya que había formado un pequeño grupito de amigos allí. A la mayoría los conoció trabajando en la cafetería. Menos a Denna. Su tía las presentó el primer verano que Violeta viajo a la isla, Denna era hija de una de las amigas de su tía que, casualmente, también se había mudado de Granada a Menorca un año antes. La conexión entre ellas fue instantánea ya que encontraron en la otra un trocito de su hogar a kilómetros de distancia.

Por eso no le extrañó cuando al llegar al aeropuerto fuera Denna quien estaba esperándola para darle la bienvenida. Violeta corrió hasta ella y se fundieron en un fortísimo abrazó, hacia casi un año que no se veían.

-¡Ay tía! ¡Como te he echado de menos! -exclamó la rubia separándose ligeramente de Violeta para mirarla a la cara. -¡Que guapa estás! Te queda genial el pelo así.

Violeta se había cortado el pelo por encima de los hombros y, después de las bromas de su hermana diciendo que se parecía a Willy Wonka, que Denna le dijese que estaba guapa la hacia sentirse mejor con su decisión. 

-¿Qué tal todo por la academia? -preguntó Denna mientras conducía camino hacia la ciudad, que el aeropuerto estuviera a casi una hora en coche era una putada para ambas.

-Igual que siempre. -Dijo aburridamente la pelirroja mientras se apoyaba contra el cristal. La vida de Violeta en Motril se basaba en ir a la academia de música en la que impartía clases de clarinete a niños pequeños por las mañanas y poco más. La ciudad se le estaba quedando pequeña. 

Violeta siempre había querido ser cantante, incluso se presentó a Operación Triunfo en 2020 y, a pesar que llegó a la final del casting, quedarse fuera de ser concursante oficial acabó minando en la confianza de la granadina que descartó su futuro en la música.

-¿Y con Miriam? -preguntó Denna de nuevo sacándole un suspiro a la pelirroja. 

-Igual que siempre. -respondió de nuevo Violeta. Ese era otro tema del que ella no quería hablar. Lo último en lo que quería pensar era en Miriam. 

-Alegra esa cara mujer, que estas aquí por fin, y en dos semanas es Sant Joan. ¡Van a venir todos! -intentó animarla Denna y vaya si lo consiguió. Violeta no pudo evitar sonreír al recordar el año anterior y como acabo descalza por la playa, totalmente borracha, diciéndole a Denna y a Alex como era l'Homo des Be. 

Denna miró de reojo a su amiga. Ella sabia lo muchísimo que su amiga quería salir de Motril, sabía que odiaba dar clases en la academia y sabía los mil problemas que tenia con Miriam, pero irse de su ciudad natal no era una opción para Violeta. 

La rubia decidió poner música para intentar animar a su amiga y hacer que se olvidara de Motril ya que le esperaban 3 meses increíbles en la isla, de eso se iba a encargar ella. Denna supo cual era la canción que sabia que animaría a su amiga. Cuando las primeras notas de Padam Padam de Kylie Minogue resonaron por los altavoces del coche, Violeta sonrió ampliamente mirando a su amiga. Era SU canción. La canción de ambas. La primera canción que Violeta y Denna cantaron juntas después de saber la pasión de ambas por la musica. Y la canción que repitieron hasta la saciedad, borrachas perdidas, ese primer verano juntas.

Última Noche de Verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora