7.

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La morena andaba de un lado para otro en la cocina. Había llamado a Ruslana y a Martin para que la ayudaran a cocinar algo para Violeta porque ella no tenía ni las más remota idea de cocina.

Sacó uno de los libros de cocina de su madre, pero no encontraba nada que supiera hacer, por un momento estuvo incluso tentada en llamar a su madre pero claro, como le iba a explicar las razones por las que quería aprender a cocinar.

El timbre sonó y Chiara corrió a abrir encontrándose con Martin y Ruslana. Los tres amigos comenzaron una discusión por ver que podían cocinar para Violeta sin quemar la casa de Chiara. Martín apostaba por hacer una tortilla de patatas pero fue descartada ya que ninguno sabía como darle le vuelta, Ruslana propuso un típico plato ucraniano pero había muy pocas posibilidades de que le gustase a la granadina y Chiara propuso pedir una pizza, por ahora la opción mas valorada.

Ruslana pareció tener una idea y se alejó de sus amigos para sacar su móvil. A los pocos minutos volvió a donde estaban sonriendo.

-A ver, ¡lo tengo! -dijo la ucraniana. -Le acabo de hablar a Naiara y dice que a Violeta le encanta el aguacate, el sushi y cualquier tipo de pescado, aunque carne también come. 

-¡Encontré Lubina! -dijo Martin sacando el pobre pescado congelado y meneándolo por la cocina. 

-Dios Martin, que asco, guarda eso -dijo Ruslana apartándose de él.

Chiara abrió uno de los cajones de su cocina sacando una vieja libreta de recetas que tenía totalmente olvidada. Era de su abuela. Se lo regaló a su madre cuando se mudaron a España para que nunca olvidara las comidas de casa.

-¿Qué es eso Kiks? -preguntó Ruslana acercándose a ella por detrás.

-La libreta de recetas de mi abuela, recuerdo que cuando íbamos a visitarla siempre hacia una lubina con una salsa super rica -respondió la inglesa pasando las páginas. -¡Bingo¡ Sea bass with potatoes and hazelnut sauce. -Leyó la ojiverde. -A ver, necesitamos lubina cortada en dos filetes, Cebollas, patatas, harina, sidra... -la inglesa siguió leyendo mientras miraba su despensa y Ruslana sacaba los ingredientes. -Creo que sidra si hay porque cuando fuimos a Asturias mi padre estaba obsesionado con eso, ¿eso caduca? 

Ruslana lo buscó en el móvil y aseguro a Chiara que no caducaba, lo último que quería la morena era intoxicar a Violeta. -Perejil, aceite, pimienta y sal y avellanas peladas. -Chiara miró alarmada a su amiga. -Creo que eso no tengo...

-¡Yo tengo! ¡Yo tengo! -Ruslana salió corriendo de la casa camino a la suya mientras Chiara se dedicó a grabar a Martin destrozando literalmente el pescado.

Mientras los dos limpiaban la suciedad que Martin había provocado en la cocina, Chiara decidió preguntarle por su noche con Juanjo. -¿Qué tal anoche?

-Genial, jo Kiks, fue un sueño -dijo el chico recostándose contra una pared. -Empezamos a hablar y cuando me quise dar cuenta nos estábamos besando. Besa tan bien, Kiks. -Martin suspiró. -Hemos quedado esta noche otra vez.

-Jo Martin, me alegro un montón. -Chiara abrazó fuertemente a su amigo mientras reía y justo sonó el timbre. Fue a abrir y Ruslana entró totalmente asfixiada con las avellanas en la mano. Ambas chicas comenzaron a preparar la comida y poco después se unió el vasco también. Puede ser, que mientras cocinaba, se bebieran un par de vasos de sidra. 

Poco a poco la cocina empezaba a oler estupendamente. Ruslana acabo manchada de harina de pies a cabeza después de que Martin empezara una guerra aunque Chiara se libró huyendo al salón, no quería mancharse antes de que viniera Violeta, le gustaba mucho el outfit que se había puesto esa mañana. Ruslana tuvo que usurparle la ducha a Chiara mientras los otros dos terminaban la receta, ya solo quedaba que se terminase de hornear la merluza. 

Última Noche de Verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora