26. {10/10}

8.9K 379 50
                                    

Julio había llegado a su fin, y con el comienzo de Agosto, llegó una ola de turistas que mantenían a Violeta más ocupada que de normal en la cafetería.

Después de aquella cita, Chiara y Violeta habían pasado todo el tiempo posible juntas. Durante el mes de Julio habían hecho muchísimos planes, ya fuese solas o con el resto del grupo. Chiara renunció a viajar a Inglaterra con sus padres quedándose en Menorca sola, así que la casa de la inglesa se convirtió en el nidito de amor de la pareja.

Pareja que aun no habían dado el paso a ser oficiales, eran prácticamente novias, se comportaban como novias, tenían la exclusividad de novias pero no lo eran oficialmente. Ninguna se había atrevido a dar el paso a formalizar la relación, cosa que sus amigos se encargaban de recordarle a diario.

Chiara ya había terminado de dar sus clases de guitarra, así que ahora tenía mucho más tiempo libre, tiempo que o bien dedicaba con Violeta o bien preparando su actuación para el concurso de talentos que tenía lugar en dos semanas.

La verdad es que la inglesa no iba tan avanzada en su actuación como le hubiera gustado, prefería pasar todo su tiempo libre con la pelirroja ya que la amenaza del fin del verano seguía presente. Intentaba no pensar en eso, pero cada vez que se ponía a trabajar en la canción no podía evitar recordar la realidad.

Violeta se iría; y ella también. Eso era una realidad. A ella le esperaba el segundo curso en la ESMUC y la pelirroja tenía que regresar a su trabajo en Granada. Pensar en eso le dolía, no se podía imaginar no tener a Violeta cerca. Se había acostumbrado tanto a su presencia que le era difícil no tenerla cerca. Según Ruslana, era por la intensidad de las lesbianas.

Chiara llevaba horas sentada frente a su ordenador intentando buscar una canción que hacer en el concurso, así de mal iba. Tenía muchas en mente pero no encontraba ninguna que terminara de parecerle perfecta. Había intentado convencer a Violeta para hacer un dueto con ella pero no hubo manera. La pelirroja se negaba a subirse al escenario y Chiara tampoco la podía presionar.

Después de media hora intentando encontrar algo que valiera la pena y que no hubiera hecho ya, decidió irse a por un café, estaba segura de que le ayudaría a concentrarse, no tenía nada que ver con que trabajase allí cierta pelirroja granadina.

Agarró el primer bolso que pilló y guardo el móvil, la cartera y las llaves y salió hacía la cafetería. Se sorprendió cuando vio la terraza llena, no había ni una sola mesa libre. La inglesa frunció el ceño y entró a la cafetería, dándose cuenta de que el interior era un reflejo del exterior.

Nunca había visto tantísima gente junta en la cafetería. Vio a Lola y a Tana moverse rápidamente por todo el lugar, llevando cosas a las mesas y atendiendo a las personas que estaban fuera. Buscó por el local a Violeta y la encontró detrás de la barra. Vestía un top blanco y una camisa azul varias tallas más grande, que hizo que Chiara no pudiera evitar sonreír porque era suya, y una falda y, además, tenía su corta melena pelirroja recogida en una pinza grande.

La pelirroja se movía de un lado a otro poniendo cafés e infusiones sobre la barra. -Tana por Dios, lleva esto a la terraza. -le dijo Violeta una vez su hermana se acercó a ella.

Tana pasó junto a Chiara sin mirarla siquiera y la inglesa se acercó a la pelirroja. -Hola, Vivi. -le dijo sonriendo ampliamente.

Violeta, al escuchar la voz de Chiara, levantó la cabeza para mirarla a la vez que sonreía. -Hola, guapa. No sabía que ibas a venir. -La pelirroja se acercó hasta el otro extremo de la barra y puso los codos sobre la superficie, justo en frente de Chiara.

-Estáis muy atareadas hoy, ¿regaláis cosas? Yo quiero tarta. -dijo Chiara y Violeta rió. -Dejadme que os ayude, no se poner cafés pero puedo llevarlos a la mesa.

Última Noche de Verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora