Cap 19

350 30 18
                                    

Hooni no sabía que decir, no pensaba bien lo que hacía. ¿Soorim gustar de él? pensaba. Se quedó mudo con el rubio al frente suyo.

Soorim ya esperaba esa reacción de Hooni, lo conocía y sabía que eso pasaría. El rubio suspiro y dio un paso hacia atrás.

-No importa lo que siento hacia ti Hooni, no espero una respuesta y estoy bien siendo tu amigo.- Intentó calmar.

Hooni se calló y miró hacia un punto fijo pensando en ¿Cómo? ¿Cómo sucedió?

-Pero, Soorim...- llamo, tomando la atención del rubio.- ¿Cómo te gusto? Digo... soy un chico, ¿no debería de gustarte una chica? Es raro.

Soorim no supo qué decir, jamás había pensado en que Hooni lo rechazara de esa forma, si se lo esperaba, pero no creía que fuera diciéndole que era anormal.

-Hooni, es normal que un chico guste de otro chico, y también que una chica guste de otra. No es algo raro. –dijo algo molesto.

Mierda, la cague, pensó el pelinegro.

Por primera vez sintió el verdadero enojo de Soorim. Sabía quizás por inercia, sabia que si esta vez no decía nada, todo empeoraría, por ende se atrevió a hablar.

-Perdón, yo no lo sabía. Solo que no sé, todo esto es nuevo para mí. Yo... no sé, aaah, es que no sé. Jamás me habían enseñado si estaba bien solo que estaba mal, y es difícil cambiar eso, pero, yo, no me importa si te gustan los hombres, te sigo queriendo porque eres mi amigo.

Bueno, me acaba de friendzonear, pero por lo menos no le doy asco, eso es algo.

-Está bien –suspiro- Entiendo lo que dices, entonces estamos bien, es mejor no pensar más en ello e irnos a dormir.

El pelinegro se relajó, eso era aliviador para él. Aunque no sabía bien porqué, pero aunque Soorim haya dicho que estaba bien siendo amigos y que no lo pensara tanto, en su corazón sentía como si no pudiera respirar. No lo sabía, pero aquello le atormentaba.

Ambos se fueron a dormir, a descansar.

Los dos pensando en lo que habían hecho y recordando lo de las últimas horas, el primero en caer rendido fue el pelinegro, inconsciente de las lágrimas que le había provocado al rubio.

En cambio el primero en abrir los ojos fue el rubio, se levantó y se dirigió al baño donde por el espejo pudo ver sus ojos rojos de tanto haber llorado esa noche. Se desvistió y se ducho, para poder calmarse. Al terminar se vistió y bajó al comedor en donde pidió un desayuno.

Cuando el pelinegro despertó y vio que el rubio no estaba, se levantó lo más rápido posible, al ver que sus cosas seguían ahí se tranquilizó un poco, solo un poco. Supuso que el rubio había ido a dar una vuelta por ende, se bañó y vistió.

En la ducha no paraba de pensar, ¿seguirá molesto? Esperaba que no.

-Soorim...-llamó- perdón nuevamente por lo de ayer.

El rubio lo miró, no sabía si decirle que le dolía lo que había pasado ayer. Como iba a saberlo, jamás se había enamorado, aunque quizás eso era una palabra muy grande... pero sabía que lo quería, y que le gustaba.

Me gustaría que mamá estuviera acá, ella podría aconsejarme.

Sin previo aviso Soorim abrazo a Hooni y lo atrajo hacia él.

-¿Soorim...?

-¿Podemos quedarnos así? Aunque sea solo un poco.

Hooni no supo qué decir, miró por un instante al rubio quien se había apoyado en su hombro. Sintió como se le calentaban las mejillas. Imitando al rubio el pelinegro puso su cabeza en el hombre del otro y se hundió en él.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 19 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¡Me gustas! EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora