Older-Rhaenyra Targaryen

Capítulo 7: Hightower

❝Hightower❞

Volver a la Fortaleza roja significaba muchas cosas, una de ellas significaba volver a su hogar. Y con eso Aemon no se refería al enorme castillo, sino más bien al volver a su hogar. Se sentía seguro ahí. 

Y más seguro se sentía cuando estaba con Laenor. 

—¿Listo?—le preguntó su mellizo, llegando junto a él con dos espadas.

—Siempre.

Ambos se posicionaron en el patio, entonces comenzó el duelo. Laenor fue el primero en atacar, Aemon se defendió regresando el golpe con su espada. Laenor rápidamente tomó el escudo para protegerse y Aemon lo volvió a atacar. Algunos Lores se acercaban a presenciar el duelo de los hermanos. El duelo terminó cuando ambos hicieron chocar sus espadas formando una “x”.

Ambos sonrieron con alegría y se dieron un leve abrazó. 

—Nada mal—le dijo Laenor.

—Has mejorado, ¿eh? 

Los aplausos no se hicieron esperar, pues todos aplaudían el duelo de los hermanos, pues ambos eran muy buenos. 

Algunos Lores con el tiempo ya habían aceptado y se habían dado cuenta que el joven Aemon Targaryen no era un bastardo. Faltó ver el gran parecido que tenía con su abuela Jocelyn Baratheon, pues él era su copia exacta, los genes Baratheon habían ganado una vez más.

Aemon tenían el parecido físico de su abuela Jocelyn, pero tenía la sangre del dragón por su abuelo Aemon, él joven había heredado la valentía de su madre, pues para todos era un joven muy valiente que no le temía a nada y aunque nadie se atreviera a decirlo en alto también tenía el espíritu aventurero de su padre, Corlys Velaryon. 

Aunque él joven príncipe no se había interesado en navegar como su padre debido a lo que había pasado. Nadie quiso hablar sobre lo aventurero que era y cómo las ciudades libres lo habían atrapado. Algunos decían que en realidad ese espíritu lo había sacado de su tío Daemon, eran muchas cosas que pensar, era un misterio. Cómo muchas cosas que pasaban. 

El joven Aemon aún no pasaba por ninguna, pero pronto lo haría. 

El príncipe iba caminando por los pasillos de la fortaleza, algunos Lores y Ladies lo saludaban, aunque hubo una que lo hizo detenerse.

—Mi príncipe—lo saludó haciendo una reverencia. 

—Lady Alicent. ¿Cómo está el día de hoy? 

—Muy bien mi príncipe, supe de sus aventuras—elogió con una sonrisa.

—Oh, sí. Nada interesante—le restó importancia. 

—Eso no es lo que dicen.

—¿Disculpé? 

—Oh, no nada, es solo que no debería restarle importancia, usted es alguien muy fuerte y aventurero, todo el mundo habla de usted.

Aemon se quedó sin palabras, tal vez a esto se refería Rhaenyra. O tal vez era el hecho de que casi nunca hablaba con ella. La veía por los pasillos y algunas veces la saludaba, no hablaba mucho con ella, pero le parecía que era una joven muy agradable. Si bien habían crecido todos juntos, había llegado con su padre, Otto Hightower. 

Padre e hija y claro el hermano de ella, solo que no convivían. Y también eso era porque su tío Daemon evitaba eso, no sabía porque, pero la mano del Rey y el príncipe se odiaban a muerte. 

—Lady Alicent, le agradezco… 

—Alicent—una voz fuerte y demandante los interrumpió.

—¿Sí, padre?