Quiéreme( Sanji X katakuri)

Capítulo 25 : Charlotte Brulée.

Claramente lo estaba mirando como uno miraría a alguien que delira, lo cual no agradaba a Sanji. Había visto una cara en el espejo, no se equivocaba, es más, no era imposible pensar en los fantasmas de Thriller Bark. Los ojos de Katakuri suben al baño entreabierto y luego entra, con los brazos cruzados sobre el pecho. Sanji lo sigue unos pasos detrás, sintiéndose por centésima vez extremadamente ridículo: su grito exagerado, sin mencionar que había huido como un conejo. Y por supuesto, el Dulce Comandante tenía que estar allí para verlo hacer el ridículo...
Sopla, luego mira el espejo en el suelo: no se había movido. Katakuri lo levanta sin dudarlo y lo observa por un momento, buscando algo que pueda ser extraño, luego busca la habitación con sus ojos.

Sanji también estaba investigando en busca de pruebas de sus afirmaciones, pero finalmente dejó de mirar a Katakuri a los ojos. Esa mirada se había vuelto más fácil de soportar con el tiempo, pero aún así tenía efecto. Se sintió un poco avergonzado de que lo miraran así sin filtro, simplemente envuelto en una toalla lo suficientemente grande como para cubrir todas las partes vergonzosas pero amenazando con caerse en cualquier momento. La vergüenza era algo que había olvidado después de tantos años de vivir en el mar en pequeñas embarcaciones donde la promiscuidad era la ley. Unos meses después de incorporarse a Orbit, se había acostumbrado a lavarse en presencia de varias personas. Aún peor en Baratie. En el Merry había olvidado toda noción de vergüenza. Las cosas habían mejorado con la llegada de Franky y el Sunny, irónicamente considerando el personaje. Pero los hábitos arraigados a menudo los veían lavarse juntos, vestirse frente a otros ojos.

"No hay ningún fantasma." Afirmó, ya saliendo.

"¡No estoy loco! ¡Vi un fantasma en el espejo! ¡El estúpido espejo incluso se movió!

-¿Cómo estuvo?-Preguntó pareciendo pensar en algo.

"Yo-... no lo sé, era una cara, ¿cómo puedo decir..."

Sólo había visto el rostro durante una fracción de segundo, ¡pero sabía que había visto algo!

Sus ojos color burdeos lo juzgaban, sin mencionar su ceja levantada.

"Debes haber estado soñando.

- ¡Qué demonios! Además, ¿qué hace aquí? ¡Ese espejo nunca estuvo aquí!

- Así es... Alguien debe haberlo traído para nosotros.

- Probablemente esté embrujado...

- Este tipo de cosas no existen." replicó. "¿Tanto miedo tienes?

- ¡Quien tiene miedo!"

La puerta se cerró, dejando a Sanji solo.

Había estado casi cinco minutos girando el espejo en todas direcciones e incluso lo había observado mientras se lavaba -después de haber tenido cuidado de darle la vuelta, no quería ser espiado por un fantasma perverso-.

Nada que hacer, el espejo estaba normal en todos los ángulos, empezó a dudar de su visión.

Cansado, se arroja en su cama teniendo cuidado de no despertar al Dulce Comandante que parecía dormir plácidamente, pero cuando dejó que su mirada se detuviera, no tuvo más esa impresión. Sus músculos parecían relajados, pero no lo suficiente como para haber caído en un sueño profundo, el sueño de los sueños, de la paz. Estaba durmiendo como Zoro, pensó mientras miraba hacia otro lado. Estaba seguro de que si la atacaba ahora, su pie no tendría tiempo de tocar a Katakuri y lo habría detenido. Así también había dormido durante 6 meses en esta fría celda, o durante 3 meses sobre esta roca: siempre alerta, consciente del entorno, sin soñar.

♥♥♥

Al día siguiente, la lluvia no había parado en Sweet City, impidiéndole caminar con Pudding-chan.