Quiéreme( Sanji X katakuri)

Capítulo 28 : Engaño.

Cuando regresó, Sanji estaba durmiendo. Su pecho subía con cada inhalación y volvía a bajar tranquilamente. La posición probablemente no era cómoda, lo sabía, pero el rubio parecía realmente cansado de dormir así. La humeante bandeja de comida que tenía en la mano ya no parecía servir para mucho, así que suspiró: había hecho todo lo posible para darse prisa.
Sin hacer ruido, dejó la bandeja sobre una mesa y se sentó frente a la celda.
Su mirada duda en detallar al rubio, sabía que estaba dormido pero lo sentía como un crimen. Quizás estaba exagerando un poco.

No había cambiado en un mes, un poco más ahora, era normal solo 5 semanas los separaban de ese día seguramente horrible para el rubio, pero pensando en retrospectiva eran 6 semanas desde su encuentro, desde el día que lo había visto por primera vez. cara a cara. Realmente era diferente de su buscado, bueno, no tanto cuando estaba saliendo con una mujer.

Eran alrededor de las 3 de la tarde, el cielo gris anunciaba tormenta después de varios días de buen tiempo, el viento soplaba con fuerza arrastrando ramas y polvo. Estaba esperando junto a Big Mom, quien por supuesto ya estaba tomando su aperitivo. Cuando el Vinsmoke entró por la puerta, sus ojos habían luchado por detectar al hombre rubio, escondido detrás de su padre y sus hermanos, mucho más altos. Tampoco había hecho mucho para llamar la atención, el comportamiento extravagante de sus hermanos y sus voces demasiado altas ocupaban demasiado espacio. Tampoco podía decir que lo estuviera buscando. Fue entonces cuando empezó a encontrarlo diferente a su familia o al buscado.
Durante las discusiones de esa noche, estaba seguro de no haberlo mirado a los ojos ni escuchado su voz. Era como si fuera invisible. Tenía la impresión equivocada de que no causaría ningún problema y que el plan de mamá funcionaría sin mucho esfuerzo.
Sólo unos días después tuvo que darse cuenta de su error.
En compañía de su capitán parecía un perro furioso, era todo menos invisible, veía una fuerte voluntad de vivir y su confianza en su capitán aún lo sorprendía. Su pelea con Monkey D. Luffy probablemente había sido la más difícil de su vida. No había ningún ganador, pero sabía que había perdido. Si no hubiera sido por la intervención de último momento de Big Mom, estaba seguro de que habría perdido.
Le tomó una semana limpiar el daño causado por su invasión, Totto Land nunca había sido tan devastada y aún hoy su presencia pasada no puede ser olvidada.

Sanji era amado y él amaba, lo entendía. La confianza mutua entre su capitán, sus nakamas y él mismo era prueba de ello, al igual que su hermana. Todo lo que estaba dispuesto a hacer por los Baratie y sobre todo su sueño demostraba un deseo de amar y de vivir. Pero la vida era injusta. Desafortunadamente, aquí solo era un sacrificio, alguien destinado a ayudar a Totto Land y los piratas de Big Mom.

"¿Qué? ¿Tengo algo en la cara?"
Su voz actúa como un despertador. Se da cuenta de que había mantenido la mirada demasiado fija en él, pero no aparta la mirada.
"¿Sigues con hambre?" dice con indiferencia.
"Por supuesto..."
Había traído comida, pero no sabía cómo hacérsela llegar tras las rejas. No tenía las llaves de sus esposas ni de la celda en la que se encontraba.
Dejando la bandeja en el suelo, miró el lugar pero solo encontró libros.
"No tengo llave", suspiró.
Mont d'Or tenía que estar investigando en algún lugar de Sweet City. No tenía sentido ir a buscarlo.
"¿No puedes romper la celda o las esposas?
- No puedo, eres sospechoso.
- Presunción de inocencia.
- Aquí en Totto Land no funciona exactamente así. Todo sospechoso es considerado culpable hasta que demostrado su inocencia, incluso si está prohibido torturar, obligar a admitir el crimen con métodos sucios... Hay que quedarse ahí.
- Es un mundo al revés."
Su estómago vuelve a rugir haciendo que sus mejillas se sonrojen. Otra cosa que notó fue la expresividad del rubio. Ciertamente sus hermanos eran muy expresivos, quisiera o no, aunque en ellos sólo se podía leer desprecio, soberbia y burla. En cuanto a Sanji, sus expresiones eran de lo más extrañas: podía pasar del sonrojo a la adoración, de la burla a la seriedad, de la ira a la arrogancia… y mucho más.