Quiéreme( Sanji X katakuri)

Capítulo 34 : Haz las maletas.

Durante 15 minutos, había intentado lo mejor que podía asegurarle a Brûlée que todo estaba bien y que estaba siguiendo el plan correctamente. Pero éste no dejó de tener dudas.

"Tengo la impresión de que me mientes..." dijo con una ceja levantada, "¿Qué pasó realmente ayer?"

Sanji hace pucheros, jugando tímidamente con sus dedos antes de resignarse.

Al principio, todo lo que quería hacer era hablar con el estúpido alfa, aprender más sobre él, sobre su relación con la familia Charlotte. Pero sus sentimientos lo habían tomado por sorpresa. No podía aceptar sus palabras llenas de fatalismo. ¿Qué significa que no podemos huir de nuestros padres? Sólo pensar en ello le hacía sentir como si estuviera en llamas.

"Esto es lo que pasó... pero-

- ¡Lo sabía! ¿Por qué eres tan indiscreto? No debe sospechar nada y entonces... ¿olió mi perfume? Miseria..." murmura mientras camina de un lado a otro. "Debemos encontrar otro lugar... ¡Vamos!"

Antes de que pudiera expresar su sorpresa, Brûlée lo agarró del codo y lo llevó al rincón donde ella solía aparecer. A primera vista no había nada allí, pero cuando se arrodilla y quita un trozo de papel del mismo color que la pared, se revela una superficie brillante y lisa.

"Por eso no encontró nada...

— Incluso si hubiera mirado de esa manera, la idea de un espejo tan delgado escondido detrás de un trozo de papel no se le habría pasado por la cabeza, ¡wiwiwiwiwi! Vamos, abrázame."

Sanji se aferró a su vestido mientras parte de su mano desaparecía en el espejo.

"Hey, espera-"

Brûlée lo empuja contra el espejo y ambos desaparecen de la habitación.

El lugar estaba coloreado en diferentes tonos de púrpura, los bultos crecían por todas partes como si el lugar estuviera en constante movimiento. Había espejos por todas partes, incluso en el suelo: algunos daban a habitaciones vacías, otros al centro de la ciudad. Este mundo parecía conectado con todo Totto Land y eso explicaba por qué Brûlée aparecía cuando y como quería en su habitación.

"Este será nuestro escondite. ¡Tengo control absoluto aquí, wiwiwiwi!
— Debe ser práctico..." murmuró mientras se miraba en un espejo, pero se apartó al ver a un hombre desnudándose. "Adiós vida privada.

— ¡No pongas esa cara, wiwiwi! No paso mi tiempo espiando a la gente. Pero sí me da cierta cantidad de información que sólo yo conozco.

—¿Por qué no usaste este mundo para atrapar a tu hermano?

— Porque se mantiene alejado de los espejos. Humpf, si fuera tan fácil ya lo habría hecho. Vamos, entremos a mi casa y hablemos", señaló una casa que parecía la de una bruja.

♥♥♥

Katakuri estaba sentado en silencio con una pierna sobre la otra mientras sus dos hermanas pequeñas, Anana y Normande, corrían riendo. No entendía por qué tenía que quedarse allí y observarlos mientras jugaban entre ellos.

"¡Hermano mayor Katakuri! ¡Hermano mayor! ¡Haznos volar!

—..."

Suspirando bajo su bufanda, convirtió sus brazos en mochi y los levantó en el aire.

Una vez más no había podido decir que no y ahora se encontraba teniendo que jugar con ellos. Lo peor es que ni siquiera tenía excusa para negarse. Las palabras del rubio, burlándose del hecho de que no tenía nada que hacer, regresaron a él como un cuchillo atravesando su cuerpo.