08. Caos en la tierra

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Un extraño suceso ha ocurrido en todo el mundo. A medianoche todos estaban inconscientes. Lo último que vieron fue un destello de algo cayendo del cielo.

El cielo estaba verde, como si lo cubrieran nubes venenosas. El silencio de la gente desmayada era escalofriante.

No sé cuando, un gruñido comenzó a sonar, no parecían animales ni humanos, el gruñido se hizo cada vez más fuerte, convirtiéndose en un rugido feroz.

—¡Ah! ¡No me muerdas!
—El grito lastimero despertó a Keleff.

Parpadeó confundido, todavía sin reaccionar ante el canibalismo que ocurría en el bar.

Sus ojos se abrieron con sorpresa y una sombra negra se precipitó hacia él, reaccionó instintivamente y lo pateó, arrojándolo contra la pared.

Su corazón casi se le salió de la boca. ¡Le rompió las costillas a alguien! ¿Aún está vivo? No quería ir a la cárcel por un homicidio accidental. ¿Cuándo se volvió tan fuerte? Ni siquiera Hulk se atrevería a hacer esto.

En medio de la confusión buscó a tientas su teléfono móvil en la poca iluminación, afortunadamente aún estaba donde lo dejó, lo levantó preguntándose si debía llamar a la policía para denunciar a alguien que se había vuelto loco luego de consumir drogas de origen desconocido.

Tan pronto como encendió el teléfono, se electrocutó.

¡mierda! — Maldijo y dejó caer el teléfono al suelo, su mano se entumeció y no pudo sentirla por un momento. Lo sacudí, lo golpeé para hacerlo reaccionar —Reacciona mano estúpida, ah.. ah.. Creo que me estoy volviendo loco.

Pero no estaba loco, de hecho, de sus manos salían chispas, lo cual es científicamente imposible, aunque tuviera las manos mojadas no habría choque.

Al mirar sus manos, forzó una extraña sensación de cosquilleo que lo molestaba, y el resultado fue como si chispas de dos cables se tocaran entre sí.

¿Seré el nuevo Thor?

¡Son zombis! ¡El fin del mundo está aquí!

Las personas que han leído muchas novelas apocalípticas pueden estar gritando, sin estar seguras de si son zombis o el fin del mundo.

Los ojos de Keleff se iluminaron al recordar lo que Jhoan le había dicho. ¿Humanos rabiosos? ¿Un hombre con superpoderes? ¿No son estas cualidades apocalípticas?

Aunque los gritos eran fuertes, Keleff ya no podía oírlos y se miraba las manos con emociones encontradas. Sus hombros temblaron y reprimió una risa baja.

Keleff se echó a reír. —¡No tengo idea de cómo diablos pasó, pero esto es jodidamente increíble!

Su humor mejoró, caminó hacia la salida, evitando la escena desordenada y eliminó a un feo zombie que cubría la entrada.

Con el cielo de un color lúgubre no se podía distinguir si era de día o de noche, la poca iluminación apenas podía hacerte caminar sin tropezar, pero es un ser sobrenatural, sus cinco sentidos tuvieron mejoras. Mirar en la oscuridad no fue un problema.

Sacó las llaves de su motocicleta y se preparó para partir.

¡Espera! ¡No te vayas, sálvame!—Gritó un adulto alfa con exceso de gordura, escapando de los zombies y atrayendo más con su grito.

Sálvate—se burló Keleff, y se fue. Un hombre tan grande que grita como una niña pequeña. Tch. Tomar a un perdedor así sería buscarse problemas. Que haga el ejercicio que obviamente le hace falta. 

🥀El apocalipsis lo hizo posible🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora