🍂03.

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Abrí mis ojos de golpe y busque por todas partes su presencia, pero se había esfumado por completo, eso me desesperó, no pude evitar llorar en medio de Shibuya, regresar a mi hogar con la frustración de no haber convivido con ella, eso me ponía mal.

Al llegar a mi hogar pude divisar en el Dojo al abuelo conversar con una mujer pelinegra en otro idioma. No le preste mucha atención y simplemente me adentre a la casa, pero al pasar por sala de estar Emma hablaba con alguien, o intentaba hacerlo.

Curioso me acerque y me asomé, solo para encontrarme con aquella persona que minutos atrás había perdido. Mirai trataba de hablar con Emma, pero su Japonés era pésimo, así que para Emma era difícil entenderle.

Me quedé observando por un largo tiempo, hasta que Emma se percató de mi presencia y me llamó, pero simplemente salí huyendo hacía mi habitación con una duda en mente.

Si Mirai estuvo conmigo en el Dojo cuando era una niña, ¿por qué no recuerdo nada de ella? Esto es tan confuso, mucho para mi gusto.

Suspiré y cerré mis ojos. Al menos la vería seguido, estaba feliz de eso.

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Me había quedado dormido toda la tarde, por lo que al ver el reloj en la mesa de noche me levante de inmediato, era hora de la cena, por lo que tendría oportunidad de hablar con el abuelo sobre Mirai. Sé que sueno como un metiche, pero esa niña es el amir de mi vida por muy ilegal que suene.

Bajé las escaleras de prisa y apenas me adentre a la cocina fuí regañado por el abuelo.

—¡Manjiro, no corras dentro de la casa! — dice con el ceño fruncido. Hice una reverencia con la cabeza.

—Si, lo siento. — contesté.

Shinichiro estaba a mi lado viendo su celular, miré de reojo lo que escribía. Se le declaraba a una chica, que tonto, esa es la número 15 que va en el año.

Era obvio que la chica lo rechazaría, porque apenas lo hizo Shinichiro apagó el celular y miró su cena con tristeza.

Los cuatro comimos en silencio, apenas terminamos nos quedamos sentados esperando que la comida nos bajara para poder ir a dormir. Aproveché que no estábamos haciendo nada para hablar con el abuelo.

—Abuelo... — lo llamé.

El abuelo despegó su vista del periódico y me miró. Me quedé en silencio por un buen rato hasta que me arme de valor para preguntar.

—¿Esa niña quién era?

—Una nueva aprendiz, desde luego. —volvió a mirar el periódico.


Dudé en seguir preguntando sobre Mirai, quería saber muchas cosas que mi abuelo simplemente no podría responder por que no sabía que este pequeño Manjiro tenía la mentalidad de un hombre de 27 años, y que estoy aquí para cambiar todo lo que hizo que mi futuro estuviera corrompido.

Ahora que lo pienso, también debo buscar a Izana, sin él con alguien que pueda darle un cariño de familia llegaremos nuevamente al futuro donde Emma muere y yo termino en Bonten, pero si logro hacer que Izana sea adoptado por esta familia sin ninguna mentira de por medio, él podrá vivir feliz. Supongo que para Takemichi esto a de ser frustrante, y para mí ahora lo es, aún no comprendo nada, pero debo poner en marcha todo lo que pienso, el tiempo vuela, y vidas pueden estar en peligro.

Al menos el día de mañana veré a la pequeña Mirai aquí.


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Tenía las clases de artes marciales en unos minutos, ahora me estaba poniendo mi keikogi y al terminar me dirigí hacía el Dojo. Mi emoción no estaba oculta, pues el día de hoy hablaría con Mirai, o trataría de hacerlo sin asustarla, pues apenas es una niña de 3 años y no sabía hablar perfectamente japonés.

Si no fuera por mi inglés básico tal vez y ni hablaría con ella, pero como sé inglés le entenderé.

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Olvidenlo, no sé que clase de demonio invoca en ese idioma, pero inglés no es.

—Hey... "I don't know that language..." —suspiro resignado. Mirai me miró por unos segundos y luego sonrió.

Para ser una niña de 3 años era muy inteligente. Aunque para mí siempre lo ha sido.

—Esto... Yo... Tu inglés es pésimo...

Su japonés no perfecto me hizo reír. En parte era cierto, mi inglés básico que aprendí por Shinichiro no estaba ni cerca al inglés australiano de ella, sus pronunciaciones son extrañas y eso me confunde.

—Lo sé... Solo que a tí yo no te entiendo. —bufe, cruzandome de brazos.

—Será porque yo no soy japonesa... Mí pronunciación no es buena, pero mamá me ha inscrito en clases de japonés con el señor Sano. — sonrió, sus mejillas estaban sonrojadas, la hacían ver adorable.

—¿Mi abuelo da clases de japonés? —mi pregunta retórica me hizo pensar un poco. Ni yo siendo su nieto sabía esa parte de él, aunque es de esperarse si ha vivido más del triple que yo.

El ambiente se quedó en silencio, pues Mirai estaba dibujando algunos garabatos con materiales que Emma le prestó. Las clases habían finalizado hace unos minutos atrás, por lo que aproveché ese chance y me acerque a ella, Baji se había ido y no quería quedarme solo haciendo nada.

Mirai estaba a mi lado, no podía negar el hecho que me produce nostalgia el recordar como murió en mis brazos por culpa de esos malditos gemelos, pero ahora esta aquí, sana y salva, una pequeña inocente Mirai que no corrompere esta vez. Se que Minjiro fue alguien especial para Mirai y para mí, pero solo fue producto de un abuso que mi estúpido yo de 19 años causó.

No voy a forzarla a hacer algo que no le gusta, y menos si se traba de un abuso. Ella no lo merece.



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Instagram: shim_lz

Fin del capítulo
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Gracias por leer hasta acá, nos vemos en el próximo capítulo
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~Smailer-Shimura

𝑊𝑟𝑖𝑡𝑡𝑒𝑟: 𝑆𝑘𝑎𝑟𝑙𝑒𝑛𝑡ℎシ︎

REENCUENTRO DEL DESTINO | 𝑴𝒂𝒏𝒋𝒊𝒓𝒐 𝑺𝒂𝒏𝒐 [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora