Cap. 3: No hay sueños imposibles.

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{Repito: Han habido cambios en el capítulo anterior, "Del Cielo al Infierno" por favor revísenlos, siento las molestias, es en el final.}

Pero, había alguien dentro de esa furgoneta que tanto me sonaba, pero no se veía quien era, ya que el conductor llevaba unas gafas que no se le reconocía y las ventanas eran negras.

Entramos a casa y estaba nuestra Tía Mery bebiendo un refresco con mi madre, las dos hablando; fuimos corriendo hacia el salón, dónde estaban ellas y abrazamos a nuestra tía dándole las gracias, le dimos dos besos a mi madre y nos dieron las entradas que tendríamos que dar en 3 días en el recinto dónde actuarían. Era alucinante ¡habían habido entradas agotadas!

A mí me picaba la curiosidad bastante por la furgoneta, no me pude resistir y pregunté. Vimos cómo Mery le mandaba un mensaje que ponía: "Ya" a un tal Pepe, justo, en ese momento, aparecieron ellos, nuestros ídolos, estaban pasando por la puerta de nuestra casa, mi madre rápidamente cogió el móvil y se puso a grabarnos, fuimos las dos corriendo hacía ellos, ellos estaban esperándonos con los brazos abiertos (literalmente), y fuimos y les hicimos el koala, yo a Jesús, ya que él era mi debilidad, y Pau a Dani, la suya.

- Hola princesas, qué sorpresa, ¿no? ~ dice Jesús

- Si... ~ decimos las dos bajito.

- Seguro, ¡que lindas sois! ~ Nos interrumpe Dani.

- ¿Que hacéis aquí? ~ Les preguntamos a coro.

Ellos nos explican que estaban yendo a ensayar el concierto al que iríamos, con Mery incluida, y la tía Mery les dijo que nos tenía que dar las entradas, entonces de camino, han parado aquí para traernos las y darnos una mini sorpresita. Que se tenían que ir ya pero que nos veían el 25, en 3 días.

Se fueron y nos quedamos asimilando lo que acababa de pasar, también le dimos las gracias a mi madre, y llamamos a mi padre, ya que si ellos no hubieran querido que viniesen no estaría cumpliendo parte de mi sueño. Teníamos las entradas en un sobre, y Pepe, el director de la discográfica, ya nos conocía para después del concierto pasarnos al backstage.

Nos moríamos de ganas porque sea ya domingo, ya era viernes y estábamos preparando la ropa, cómo iríamos peinadas... Todos los días soñábamos con los nuevos abrazos que les daríamos, y, también no parábamos de editar el video haciéndoles el koala con música romántica etc.

Mis antiguas amigas siempre me decían que nuestro amor era imposible, nos sacaban 3 años, eran famosos, guapísimos... Que no los conseguiría en mi vida; la verdad que yo soy bastante positiva pienso que lo único imposible en este mundo es la inmortalidad, aunque en el futuro alguien inventará un remedio para ser inmortal, tal vez, un loco chiflado.

Lo que el destino unióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora