▪️Socios▪️
La dirección que me ha dado Cris debe estar mal. Llevo toda la mañana merodeando por un barrio con apariencia japonés sin dar con Fermi. Los enormes carteles publicitarios cubren la mayor parte de las calles y los edificios se encuentran amontonados en paredes de árboles gigantes. Resoplo bajando la mirada a mis zapatos de tacón, creo que no fue una idea muy acertada para visitar un lugar que nunca había visitado.
Le envió un mensaje a Cris de súplica el cual deja en visto. Me detengo ante una tienda de venta libre donde un señor sale a tirar la basura.
—Disculpe, conoce donde puedo encontrar esta dirección —el hombre me mira de manera desconfiada antes de mirar el papel que le muestro.
—Es la del frente —antes de que pueda agradecer se encierra en su local, frunzo el ceño extrañada y cruzó la calle hasta llegar al local. Toco la puerta y miro por las oscuras ventadas, pero todo parece como si no habitara nadie desde hace bastante tiempo.
La expectativa de volver a ver a Fermi me altera un poco. Después qué terminó con Cris no volví a saber nada de él, no quería interferir en un tema que obviamente era de pareja y yo solo era la tercera, pero debo reconocer qué siempre me agrado su manera de ser y no me gustó la manera en cómo terminaron las cosas con él. Reconozco que mi mejor amigo a veces se comporta como un tremendo patán qué no se percata de los sentimientos de los demás, lo que provoca qué sufran con su actitud. Aun así, he aprendido a quererlo y entenderlo tal cual es.
—¿Quién es? —me sobresalto cuando una voz sale del timbre del edificio. Agachó mi rostro para mirar la pequeña cámara en la puerta.
—Soy Carly, la amiga de Cristian me recuerdas —un silencio prolongando es lo único que recibo como respuesta. Rasco mi nuca mirando a la carretera, es probable que no me recuerde o quizás el hecho de que sea mejor amiga de su ex lo perturba un poco.
—Entra. —Suspiro aliviada cuando la puerta se abre de manera automática.
Dentro todo está a oscuras y debo caminar un paso detrás del otro para no caer. No pensé que Fermi estuviera tan mal para encerrarse en este lugar solitario, aunque él siempre fue una persona reservada y cariñosa muy diferente a lo que es mi mejor amigo.
—Qué te trae por aquí —el tono de su voz me hace notar su desconfianza. Esta midiendo mis movimientos esperando que en cualquier momento mencione a Cris —si te envío Cristian...
—No, he venido por mi cuenta, necesito tu ayuda —me apuro en contestar en cuanto lo veo salir de la oscuridad. Sigue siendo el mismo chico de ojos oscuros brillantes qué tienen vida propia. —En realidad tengo algo que proponerte.
Levanta una de sus cejas y cruza sus brazos, bien puede ser que el Fermi qué recuerde ya no este, esta actitud en él no es propia. Supongo que los años lo cambiaron solo espero que no esté así por lo que le hizo Cris.
—Y bien, hablaras o no —trago saliva con fuerza y tomo aire suficiente en mis pulmones. Me ha tomado toda una semana pensar esto, no tiene nada que ver con mi creciente fama de la cual no tenía ni idea. He tomado la decisión de dedicarme por completo a mi pasión del reportaje, pero para ello no lo puedo hacer sola, necesito a alguien que me apoye en todo esto y ese alguien es: Fermi, un genio en la tecnología.
—Cómo sabes he estado trasmitiendo videos por mi cuenta en Facebook y he acumulado muchas vistas y seguidores —me escucha sin moverse, ni pestañas —. No soy una experta en esto de las redes sociales y sé que tú eres un genio en todo lo que tenga que ver con la tecnología, así que pensé, porque no hacernos socios, yo sería el rostro qué sale a dar los reportajes y tú el cerebro. Claro que no es nada seguro que esto funcione, pero ¿por qué no intentarlo? No tengo nada que perder y todo qué ganar, si esto funciona sería increíble.
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Descubriendo al héroe
FantascienzaCarly nunca pensó que su vida cambiaría tanto después de aquel incidente en las alturas. En ciudad Blinbao nunca pasa nada interesante, hasta que un día cualquiera extrañas anomalías empiezan a surgir de entre las profundidades de la tierra. Decidid...