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Habíamos llegado a la cafetería. Sí habían muchas cafeterías esparcidas por las diferentes localidades de Seúl, pero está cafetería es muy especial, el lugar era hogareño y la estructura era rustica y además de todo eso, los postres, los licuados y los cafés que estaban aquí eran de los mejores.

Estaba agradecido con Ni-Ki por llevarme a ese lugar, ya que me había enseñado en la que ahora era mi cafetería favorita.

Con Rayden nos sentamos en una de las mesas de inmediato alguien fue a atendernos, había un buen servicio.

– Nunca había venido a este lugar es bonito. – la miré, o bueno traté porque me percaté que a sus espaldas estaba sentada Amira con un chico, quedando de frente a nosotros. Halé un poco de mi cabello, se me había olvidado que ella frecuentaba mucho el lugar.

Algo que me cayó como una piedra en la cabeza fue verla con ese chico, ella parecía estar rodeada de personas de diferente sexo, tenía muchos amigos y se llevaba bien con hombres, y sí, no podía dejar de sentir mi estómago revolteado y sentir una gran sensación de incomodidad, y, aunque por patético que suene, me sentía algo celoso.

– ¿Qué pasa Jungwon? – está vez miré a la chica que había llegado conmigo, parecía estar fuera de lugar por mi famoso comportamiento distraído.

– Nada. – no quería que se diera cuenta de lo que pasaba, de que me encontraba muy entretenido mirando a nuestra profesora sustituta de biología, sería muy difícil dar explicaciones de por qué la observo tanto, así que mi deber es tratar de disimular. – A veces me sumerjo en mis propios pensamientos, ¿no te ha pasado? – junté mis manos y entrelacé mis dedos, mientras esperaba que ella respondiera para darle paso a una conversación "Amena", o algo por el estilo.

– Me pasa a menudo. – su tono de voz era muy suave, se mantenía serena y atenta a mis facciones, aunque yo me mantenía más atento a las dos personas que están detrás de ella, era un mal acompañante quedaba confirmado por mí mismo. – ¿Y cómo te está yendo en la escuela después de ya sabes? – un leve rubor empezó a esparcirse por sus mejillas, un color rosadito, no solo la ponía nerviosa a ella, a mí me ponía nervioso su rubor, soy un tonto.

– Me está yendo un poco mejor. – rasqué mi nuca un par de veces, mientras sonreía un poco. – Estoy recibiendo una muy buena ayuda. – miré a la señorita Amira, estaba haciendo algo con ese chico, parecía que estudiaban o al menos eso quería pensar.

– Puedes también contar con mi ayuda. – propuso, la miré por unos segundos y asentí, aunque por dentro no estaba muy seguro de su propuesta, porque quizás me pedía algo a cambio por su ayuda, pero tampoco debía suponer teorías.

Nuestras órdenes llegaron, le di las gracias a quien nos atendió, y empezamos a degustar, el mocca caliente tenía un sabor exquisito, me gustaba mucho.

– Hacen unos buenos cafés aquí. – asentí con la cabeza, mientras que tomaba varios sorbos de mi bebida, estaba muy deliciosa. – Creo que vendré más a menudo, este lugar está genial. – la observé por unos segundos, tenía una sonrisa muy grande en su rostro, solo aparte mi mirada.

– Sí es un lindo lugar. – comenté mientras seguía concentrado en mi bebida. – Me gusta mucho, este lugar me transmite cierta paz. – ella sin querer puso su mano sobre la mía, la miré con seriedad, ella se dio cuenta de que no me gustó mucho que me tocara y apartó su mano de manera rápida, luego apartó su mirada y nuevamente se sonrojo pero está vez más fuerte. – mmmm... creo que ya debo irme, déjame pagar.

–Yo pago. – alzó un poco la voz, la miré y negué con la cabeza mientras sonreía amablemente.

–No, yo te invité, lo más justo es que yo pagué la cuenta. – ella se quedó callada, pedí la cuenta y pagué. – Nos vemos en el instituto Rayden. – salí del lugar y empecé a caminar hacia la parada de autobuses.

No quería ir a casa, pero tampoco tenía otra opción, no podía ir corriendo como siempre a donde Amira, está vez ella no podía ser mi refugio, no podía refugiarme con ella, porque ahora mismo era como refugiarme en la boca del lobo, tenía miedo de correr el riesgo de que me gustara más.

Soy un miedoso, huyo de todo cuando siento que podría pasar algo inesperado, nunca me arriesgo cuando siento que puede influir mucho en mi futuro, cuando no son cosas tan malas.

...

Cerré la puerta de mi casa con un portazo, para que mamá supiera que había llegado.

La casa se mantenía silenciosa, excepto por mi padre, que se encontraba tirado en el sofá roncando.

Él era el hombre más holgazán que conocía, quitó varias de sus horas para llegar más temprano y dormir, quizás porque duraba hasta altas horas de la noche fumando y tomando hasta más no poder, me daba pena a veces y rabia sobre todo, porque no solo arruinaba su vida, arruinaba la de su familia, con sus constantes maltratos y falta de interés hacia nosotros, con razón mi hermano se fue, yo no me he ido solo por mi madre, porque sí no, hace tiempo lo hubiera dejado y me hubiese ido a Busan.

Fui a la cocina y busqué un poco de agua para tomar, me senté en una de las sillas.

Mi vida era una mierda, llena de tantos problemas y que cada vez se van sumando más y más, era como un pequeño infierno, era como si estuviera pagando los errores que quizás cometí en mi vida pasada, desearía que esto fuera un espejismo, que solo fuera un sueño, pero está era la cruda realidad, y la debía afrontar día a día.

Tenía a tres personas que hacían que soporte todo, mi madre, Ni-Ki y por ultimo Amira, en el poco tiempo que tengo conociéndola, me ayudó mucho, me ha aportado cosas que me han ayudado a controlarme y a tratar de ser mejor persona, dejar de violentar a mis estúpidos compañeros, me ha sacado sonrisas, me ha ayudado mucho.



















🐱🐱🐱🐱

Si hay algún nombre sin editar me gustaria que me lo hicieran saber.

Dulce y Lindo pecado ➳ Yang Jungwon (ADAPTADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora