Dulce y Lindo pecado ➳ Yang Jungwon (ADAPTADA)

08.

Las cinco, sabía que a esta hora terminaba el castigo de él joven Yang, a quien esperaba tranquila en la salida, tenía muchas cosas que hablar con él y era el momento indicado para hacerlo. Miré como el chico venía corriendo hacia mí, era ciertamente tierno y adorable, cada gesto que hacía me parecía así.

-Tuvo que esperar mucho por mí, pero los castigos tardan mucho. - sonreí un poco, era algo obvio, empecé a caminar y el me siguió, caminando a mí lado, yo sujetaba algunos libros con mis manos.

- Lo sé, no sé preocupe, joven Yang. - miré como entraba sus manos en los bolsillos de su pantalón, era muy observadora y más con los pequeños detalles y gestos.

- ¿Puede decirme Jungwon? - giré un poco mi rostro para poder ver su cara, su mirada de inmediato chocó con la mía y él decidió apartar y mirar hacia delante rápido, se estaba avergonzando, el color carmesí que estaban tomado sus mejillas me lo decían.

- Ok, joven Jungwon...

- Sin el joven. - su voz bajaba un poco, he aprendido que una de sus características es avergonzarse muy rápido. - Cuando estemos fuera de clases y este ayudándome con mis dos casos, quiero que me trate como un amigo ¿entiende? - asentí, ambos caminamos hacia la cafetería, que quedaba algo cerca del instituto. - Sería menos incómodo para mí, Noona. - me alegre de que se recordará lo que le dije cuando fuimos a la cafetería.

Llegamos al lugar, el olor a café y pasteles, invadieron mis fosas nasales, era un lugar tan agradable e increíble. Nos sentamos en una de las mesas, que tenía vista hacia la calle. De inmediato llegó una mesera, al parecer era nueva, porque mientras trabaje aquí, no la había visto.

- ¿Qué desean ordenar? - miré a la chica, que solo miraba a quién me acompañaba, eran de la misma edad a simple vista se veía así, a mí no me molestaba, pero al parecer a él sí, quien estaba tenso, y movía mucho su pie, quizás no estaba tan acostumbrado a llamar la atención de chicas, pero pronto lo haría, porque era un niño lindo, y los niños lindos le gustan mucho a varias chicas.

-Yo... quiero un licuado de fresas. - dijo con mucha dificultad, él estaba todavía rojo y yo estaba por reírme, por ese momento tan vergonzoso para él.

- Yo un té verde con muy poca azúcar. - Heeseung, mi actual compañero de trabajo me había convencido de dejar por un tiempo el café, cosa que era muy difícil para esta persona, pero me dio buenos argumentos para tratar de hacerlo. La chica a duras penas anotó mi orden y se retiró.

-Todo un casanova, Jungwon. - dije con una risilla, obviamente me burlaba de él.

- No me diga eso, por favor. - mis orbes se abrieron mucho, bastante para ser ciertos. - En este momento no quiero gustarle a nadie, ni tener novia, tengo muchas cosas que afrontar y no tengo tiempo para una pareja. -Llegó la chica con nuestros pedidos y ambos agradecimos, ella se retiró, pero antes le dio un guiñó "coqueto" al chico, quien lo ignoró por completo.

- Hablemos Jungwon de lo de hoy. - dije de inmediato, mientras daba pequeños tragos a mi té. - ¿Por qué tú y ese chico pelearon hoy?

- Bueno noona, es que... ese chico es hijo del jefe de mí padre y empezó a hablar porquerías de mi familia, a pesar de lo mal que este nuestra relación familiar, nadie tiene al derecho a hablar todas las barbaridades que se le venga a la cabeza. - me sentía tan mal por ese chico, tenía que ser juzgado por algo que no era su culpa, juzgado por los errores que estaba cometiendo su padre y que él no estaba de acuerdo con lo que su padre hacía.

- Las cosas no se resuelven a los golpes ¿lo sabes? - él asintió con la mirada puesta en la mesa. - ¿Cuántos reportes llevas en el año? - dije al fin, el levantó la mirada y sus facciones estaban serenas, se estaba tomando algo de tiempo para analizar una simple pregunta.