Yurielkis estaba en shock, no entendía por qué el rostro de Valeria lucía así, marcas de cachetadas y moretones en sus ojos no pasaban desapercibidos, era innegable que la menor tenía unos hermosos y tiernos ojitos, pero sin duda lucirían aún mejor si esas marcas de agresión que tenía.
-Yurielkis suéltame- Pidió la menor intentando cubrirse la cara.
Pero Yuri inmovilizó sus manos con una de las suyas y con la otra la tomó del mentón para analizar aquellas heridas.
- ¡Yurielkis!¡Basta, te dije que me sueltes! - Intentó zafarse la menor .
-Valeria , ¿Quién te hizo eso? - yuri preguntó totalmente seria aún sin soltarla.
-No te importa, solo déjame- Pidió la menor al borde del llanto.
- ¿Fue él? - Un sollozo fue la única respuesta que recibió - Valeria , ¿Tu esposo te hizo esto?
-por qué lo acusas de algo así?! Eso no te incumbe- Valeria gritó llorando aún con las manos aprisionadas.
iLo acuso porque no convives con nadie más que él aparte de mí, lo sé porque estuviste disponible para mí cada maldita mañana de lunes a viernes, y por las tardes y el fin de semana él fue el único que estuvo contigo, además yo no te lastimé, jamás lo haría, entonces nadie más que él pudo haberlo hecho! -
Yurielkis levantó la voz.
Y Valeria dejó de hacer cualquier tipo de esfuerzo por soltarse, simplemente apoyó su cabeza contra el pecho de Yuri y comenzó a llorar.
Entonces Yurielkis la soltó y la abrazó. Acarició suavemente su cabello y espalda aún sin poder sacarse de la mente las imágenes de las heridas de Valeria.
Estuvieron un rato así hasta que la menor dejó de llorar y justo cuando Yuri creyó que la contraria se había dormido la escuchó hablar.
-Solo no te metas en mi matrimonio, por favor- Pidió con un susurro.
Yuri no quería hacer eso, ella sí que quería meterse en su matrimonio, quería ir a la casa de Valeria a buscar a ese infeliz y partirle la cara, quería lastimarlo diez veces más de lo que había lastimado a Valeria , quería herirlo, mandarlo al hospital, quería...
-No lo haré, tranquila- Quería demasiadas cosas, pero solamente se limitó a asentir y seguir la petición de Valeria - Solo no me pidas que me aleje.
Y Valeria asintió, parecía un buen trato seguir las cosas normales, solamente que ahora tenía miedo de que Yuri no la tratara igual, lo último que quería era dar pena, después de todo
Yuri era su amiga por decisión propia, no quería que Yuri se quedara a su lado solo por lastima, si tan solo pudiera regresar unos minutos en el tiempo para no revelar sus heridas, si tan solo no fuera tan tonta, se odiaba ahora mismo por eso, no quería complicar las cosas y menos cuando todo parecía ir tan bien.
Entonces la menor se levantó, necesitaba tiempo a solas para pensar, ahora una persona más aparte de ella y su esposo sabía sobre el maltrato que recibía en casa.
Creyó que se iría fácil, pero no se esperó que Yuri la tomara de la mano y no la dejara seguir caminando.
-No te vayas-Yuri pidió mirándola a los ojos -Por favor.
-
-Al menos déjame curar tus heridas antes y si después quieres irte lo aceptaré- La mayor habló sosteniendo con ambas manos la mano de Valeria
Entonces a la mexicana no le quedó otra opción más que asentir sintiendo como Yuri
tiraba de su mano para llevarla hasta su habitación.
Una vez llegaron a la habitación, Yuri entró al baño en busca de un botiquín de primeros auxilios mientras que valeria se sentó en la cama, si bien las heridas en valeria no eran recientes, al menos podría aplicarle una crema que ayudara a desvanecer las marcas de violencia en la menor.
Al regresar encontró a la mexicana mirando a su alrededor aún sentada en la cama, Valeria recordaba que Yurielkis solamente llevaba 4 semanas en México y sin embargo toda su casa realmente lucía muy bien amueblada ¿Cuánto dinero tenía esa mujer para vivir así?
Yuri por su parte se acercó hasta donde la contraria estaba para agacharse un poco y comenzar a frotar algo de crema en sus hematomas. Estaban en silencio mientras yuri acariciaba, con sus dedos llenos de crema, los hematomas de la menor, estaba concentrada, frotando con delicadeza cuando
Valeria rompió el silencio.
¿Por qué compraste un piano que jamás tocaras? Digo, los pianos no son nada baratos- Ella fue directa, realmente tenía dudas acerca de eso.
Yurielkis rio
-La sala era demasiado grande, hacía falta una decoración- valeria continuó mirándola -Además lo conseguí a un buen precio, la escuela en donde trabajo quería deshacerse de él.
- ¿Eres maestra? - La mexicana preguntó interesada.
-Algo así, soy más bien una coreógrafa.
- ¿Y por qué viniste a trabajar hasta
México?
- ¿A dónde tan preguntona? - Yurielkis bromeó bajando su mano a la próxima herida en el pómulo de Valeria .
-Lo siento- Se disculpó la menor bajando la cabeza.
-Solo bromeo- La inglesa aclaró levantando el mentón de Valeria con su otra mano para poder
seguir esparciendo crema -Cuando estaba en
Inglaterra gané algunos premios en competencias de baile, entonces recibí una propuesta de trabajo de la Earth Dance Academia de Baile, ¿Haz oído hablar de ella?
- ¿La escuela de bailarines? - Valeria estaba realmente sorprendida.
Yurielkis soltó una leve risita.
-Si.
-Oh por Dios, debes ser una muy buena bailarina entonces.
-Solo lo intento- Yurielkis respondió con modestia para bajar su mano hasta la siguiente herida de Valeria .
La ruptura en su labio.
La menor no podía hablar, Yurielkis necesitaba curar su boca y, además, ella no encontraba nada que decir al estar tan concentrada en la caricia que Yuri le otorgaba en los labios.
Desafortunadamente ambas dieron un sobresalto al escuchar la alarma de Valeria informar que era hora de separarse.
-Gracias por todo, pero ahora debo irme-
Valeria informó levantándose de la cama.
- ¿Volverías mañana? - yurielkis preguntó con ojitos de cachorro -Yo... quiero escucharte tocar el piano.
Valeria lo pensó un poco, ella realmente quería volver... Entonces asintió, Necesitaba sentir de nuevo esa cálida sensación de la cercanía de Yurielkis .
Quería que la semana transcurriera así, tal como lo había sido la semana anterior, porque gracias a Yurielkis, el infierno que vivía con su marido ya no era tan espantoso, a pesar de esas tardes de dolor ella tenía la esperanza de poder refugiarse en yuri al siguiente día. Eso la mantenía un poco tranquila.
Y aunque Yuri no quería dejarla regresar a casa con ese monstruo que vivía con ella, no tuvo más remedio que verla partir.
