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La semana continuó transcurriendo, Yurielkis había desarrollado cierto instinto protector hacia la mexicana desde que descubrió lo que la menor vivía, ella quería cuidarla siempre y detestaba tener que dejarla en casa sola con ese monstruo que tenía por esposo, sin embargo, no podía hacer mucho cuando la misma Valeria le había pedido que no interviniera en su matrimonio, Yuri se sentía impotente, solo quería lo mejor para Valeria, pero esta parecía no querer aceptar su ayuda.
Sin embargo, no pudo negarse cuando Yurielkis  llegó a su casa con una bolsa de comida en una mano y en la otra una cajita con cremas para sus heridas la cual le obsequió.
Cada día Yurielkis  había ido para encargarse ella misma de tratar las heridas de valeria lo estuvo haciendo por un par de semanas hasta que las heridas en su rostro se volvieron casi imperceptibles a tal punto de que aún la misma Valeria  era incapaz de distinguirlas en su piel, ella se sentía feliz, adoraba lo bien que se sentían los dedos de yurielkis sobre su piel cuando acariciaba su rostro con cremas calmantes o regenerativas.

yurielkis estaba orgullosa de su trabajo, ahora el rostro de Valeria lucia saludable y todo gracias a ella, no podía sentirse mejor al mirar a Valeria  curada y feliz, poco a poco se estaba enamorando de la hermosa sonrisa que la menor  le regalaba, era la persona más feliz del planeta cuando recordaba que el bienestar en Valeria se debía a ella, pero aun así temía dejarla por las tardes a solas con Valentino , ella había visto al mexicano en fotos, solamente deseaba encontrárselo algún día en la calle y utilizar cualquier pretexto para golpearlo hasta dejarlo inconsciente.
La inglesa aún no sabía hasta donde llegaría todo esto, ella quería a valeria,desde el día uno ella había llamado su atención y ahora que conocía su historia no deseaba más que sacarla de ahí, quería salvarla de su esposo, cuidarla y asegurarse de que nada malo volviera a sucederle jamás.
Pero no podía hacer nada cuando Valeria  prácticamente se lo había prohibido.
No podía evitar que Valentino la lastimara, solo podía curar sus heridas después de que todo hubiera pasado y eso a Yurielkis  le dolía.

Ella supo un poco después la razón inválida del maltrato que recibía su menor y le parecía algo muy cobarde el hecho de que Valentino desquitara su coraje con su esposa, ella no tenía la culpa de nada, después de todo Valeria no había decidido no darle hijos, simplemente ella no había podido y eso no tenía por qué ser algo malo, tal vez la vida no quería que un bebé sufriera de maltrato como Valeria lo hacía, ese hombre no merecía un hijo, no merecía ni siquiera una esposa, entonces él no podía exigirle nada a Valeria cuando él era un hombre muy malo.
Además, Valeria era una mujer demasiado hermosa como para estar con ese hombre tan insuficiente, ella no merecía ser usada como una máquina para procrear, una mujer como ella se merecía el mundo entero, ¿Acaso Valentino solamente la utilizaba para intentar tener un bebe? Eso era injusto, las mujeres no eran una fábrica de bebés ni nada por el estilo, una mujer como ella debía ser complacida y Yuri estaba totalmente segura de que alguien como
Valentino era incapaz de conseguirlo.
- ¿Entonces su único propósito es procrear? - Yuri preguntó incrédula.
-Así es, pero yo no he podido darle un hijo, entonces... Todo ese maltrato es mi culpa- La menor  bajó la cabeza al decirlo.

-Oye, no digas eso- Yuri pidió tomando las manos de la contraria mientras buscaba su mirada -Tú no eres culpable de nada, no vuelvas a decir algo como eso.
-Pero, soy una mujer incompleta si no puedo embarazarme.
-Ya, Yuri , ese hombre te ha lavado el cerebro, las mujeres no son una máquina de bebés.
-Pero yuri-....vale  iba a empezar a llorar.
- ¿Cuándo fue la última vez que Valentino te dio un orgasmo?
Valeria  abrió los ojos en grande.
-Yurielkis .. ¿Qué dices? - Ella estaba muy sonrojada.
Demasiado sonrojada.
-Hablo en serio, ¿Hace cuánto no tienes un orgasmo?
-Yo...- Valeria no sabía que responder.
-Diablos, ¿Al menos alguna vez te ha dado uno?

Valeria negó con las mejillas rojas.
Y yurielkis abrió los ojos en grande.
- ¿Me estás diciendo que llevas al menos cinco años sin un orgasmo?
Valeria estaba muy avergonzada, llevaba cinco años de casada, pero antes de su esposo nunca tuvo relaciones sexuales con nadie, su familia le había enseñado que debía llegar virgen al matrimonio y ella lo hizo.
-Yo... Bueno... Antes de casarme... Yo
по...
-Valeria , tranquilízate- Yurielkis pidió con una risita al verla tan nerviosa.
- ¡Nunca he tenido uno! - Ella soltó dejándose caer contra el pecho de Yurielkis , estaba muerta de la vergüenza - ¿Podemos cambiar de tema?
-Diablos, entonces te acostaste con los menos aptos- yurielkis razonó.
-Llegué virgen al matrimonio, ¿Podemos cambiar de tema? - Volvió a preguntar aún escondida en el pecho de Yuri .
- ¿Nunca te tocaste?

¿Podemos cambiar de tema? - Insistió.
-Relájate, estamos en confianza y este tema es importante.
-Pero me avergüenza- Ella se sinceró.
-Es algo natural Valeria, pero no es nada natural que tu esposo no pueda complacerte, ¿Qué clase de hombre es entonces?
- ¡Oye! Es solo que él está más enfocado en tener un hijo.
-Es solo que es egoísta, busca su propio placer y no le importa nada más que eso.
-Basta, pedí cambio de tema- Valeria una vez más insistió avergonzada.
-Lo siento- Yurielkis pidió intentando levantar el rostro de Valeria para mirarla, pero ella insistía en esconderse en su pecho.
-Déjame, estoy muy avergonzada- Pidió la mayor abrazándose fuerte del torso de Yuri para que esta no pudiera alejarla de su escondite.
Y Yuri rio abrazándola también.

-Nunca me toqué porque me dijeron que eso era malo- Confesó aún escondida.
- ¿Por qué sería malo?
-Mis papás eran religiosos y decían que m-masturbarse era malo- Ella ni siquiera podía decir la palabra sin avergonzarse nuevamente.
-No lo es, es peor entregarse a alguien sin amor.
-Pero aquí estoy, es la vida que me tocó-vale se encogió de hombros restándole importancia.
-Eso podría ser diferente- La mayor soltó con total sinceridad.
+
- ¿Cómo? - Ella quería saber, estaba realmente interesada.
-Pues... - e Yuri también quería decirlo.
+
Sin embargo, la alarma de Valeria la interrumpió.
Yuri debía irse.

Yurielkis debía irse.
Debía dejarla en manos de ese bastardo con la inseguridad de poder encontrarla al día siguiente con nuevas heridas de maltrato. Y ella no quería eso, le había costado tanto quitarle esas marcas de violencia como para que de un día a otro su esposo le hicieran nuevas.
Pero no podía hacer nada más.
Nada más que irse.

EsterilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora