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Suficiente.
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Podía ver un campo de margaritas en el gran ventanal. Lisa se preguntaba como era posible que ella simplemente pudiera ver lo que ella llamaba como el exterior de ese vidrio como un simple campo de flores, sabía que no era así, una ilusión era, todo a su alrededor lleno de falsedad.

Aún así no podía hacer nada más que recargarse en la mesa de su habitación, no se sentía lo suficientemente lista para salir sin perderse o encontrar algo que la lastime una vez más, aún cuando ella no lo supiera. Todos la respetaban más que al mismo Adán, era inevitable cuando tenía al inframundo colgando en sus hombros y a los dueños del infierno tomando su mano.

Un pequeño ruido seco la distrajo, miró hacia atrás suyo, solamente podía sentir y escuchar su respiración, el corazón acelerarse y sus oídos comenzar a palpitar. Lo odiaba, odiaba ese sentimiento de sentirse acorralada y frágil, pero sabía que era verdad, no era alguien fuerte, una simple mujer en un lugar lleno de pecados. ¿Qué podía hacer una margarita en un lago de llamas?.

La perilla de la puerta se abría lentamente, al no recibir respuesta por parte de la fémina, una pequeña cabeza asomándose por la orilla de la puerta apareció, una sonrisa expresó desde el rostro de la fémina. Jisoo se adentro a la habitación sin decirle una palabra, ya sabían las razones de su estadía, como lo era todos los días que venían a cuidar de ella como si de una pequeña flor se tratará. Esperaba florecer algún día.

—¿Pudiste dormir?. —se acercó Roseanne, venía detrás de la mayor mientras comenzaba a cepillar los cabellos ahora negros de la chica.

Al menos creía que así podía conservar su apariencia, una mujer vanidosa y llena de pureza.

—Sí, me siento algo... Extraña, pero me encuentro bien. —se encogió de hombros, pero rápidamente se volvió a enderezar recordando uno de los tantos regaños qué recibía por parte de Jennie respecto a su postura. Imperdonable.

—¿No recuerdas nada más...? —preguntó Jisoo.

Las dos mujeres se voltearon.

—No, no qué yo sepa. ¿Ocurrió algo?. —esta vez preguntó ella.

—No, nada de que preocuparse, es solo una curiosidad, ya sabes... Algo de que platicar, un sueño o no sé... —Roseanne sonrió nerviosa, mientras intentaba no jalar más fuerte los cabellos de Lisa.

Independientemente de su estado, les sorprendía el hecho de que estuviera hablando más que otro días, aún no sabían si eso era una buena noticia, sabiendo que en ese lugar nada era bueno.

—Yo... Tengo un recuerdo borroso. Una mujer corriendo en un bosque, estaba en llamas, pero era hermosa, su vestido y su cabello negro, lo recuerdo muy bien, demasiado... Como si la conociera desde antes, me tiemblan las manos simplemente de pensar en ese sueño, me causa escalofríos lo real qué se siente.

Bajó la mirada, pensando en aquella mujer, la recordaba hermosa pero asustada.

—¿Qué paso con ella?.

—Se la tragó la tierra. —respondió, mirando aquel campo de flores, de repente cayó una gota. Frunció su ceño confundida. La mirada de lamento de Jisoo no tenia explicación, la observaba con lastima en sus ojos, sabía que todo tenia una porque. —Pero, me parece tan raro... Tan familiar. —suspiró.

Un silencio sin respuesta se mantuvo por unos momentos, la imagen alejada y tan cercana de aquel campo se hacía cada vez más visible, Jisoo tragó saliva, sabía que no podía mantener a Lisa por toda la eternidad encerrada en esa habitación, se aburría por completo y podría ponerse en mi peligro –no era lo ideal en ese momento–.

៚нεℓℓ¡รн ℓ๏vε❜ ↬ʟɪᴢᴋᴏᴏᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora