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Hermano.
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Su mirada vacia mirando hacia el profundo vacío llamado la nada. ¿Cómo podría una mujer tan envidiada ser tan solitaria?. Sus cabellos oscuros como el lugar que la rodeaba permanecían quietos esperando con ilusión una ráfaga de viento qué los hiciera bailar.

Su vestido azul oscuro suelto simplemente se aplastaba estando ella sentada pero horas, todos los días y a todo momento. Su único entretenimiento eran Roseanne y Jisoo, aunque a veces Jennie la solía visitar con frecuencia junto a Miyeon, le causaba intriga por que los demás no se limitaban a verla con sus propios ojos en vida propia. Pero no podía sentirse así, no se lo permitía, al menos debería llevar una frente en alto si se quería dar a respetar hacia el inframundo y el mundo desconocido qué era para ella, se negaba a seguir siendo presa de Lucifer y engañada por las flores que parecían estar vivas, pero en el mundo de la muerte nada esta vivo más que las mismas almas de aquellos que fallaron en sus vidas.

Un toque en la puerta la despertó de sus pensamientos, miró con curiosidad sin decir nada, estaba acostumbrada a que sus mucamas simplemente tocarán una vez y entrarán.

Volvió a tocar.

Frunciendo su ceño se decidió por hablar;—Adelante.

La perilla dorada se giró lentamente mientras un incertidumbre es apoderada de Lisa.

En eso, unos cabellos rubios conocidos se mostraron, aquella sonrisa que tanto extrañaba ver y anhelaba cada segundo qué pasaba ahí dentro.

—¡Jimin!. —gritó, corrió cuanto pudieron sus piernas y le permitían sus zapatos y vestido hacia los brazos de aquel nombrado.

Él le devolvió el abrazo aún más fuerte, escondiendo su rostro entre su cuello mientras aplastaba con fuerza sobre sus manos el ramo qué llevaba en sus manos. Finalmente se sepraron, la fémina tocaba el rostro de su hermano con la ilusión de que no fuera una mentira más.

—¡Sorpresa!. Esperaba llegar mucho más antes, pero se me complicaron algunos asuntos. —le mostró una sonrisa, mientras le extendía su mano con un ramo de flores amarillas. —Toma, te traje esto.

Los ojos de Lisa se iluminación como una flama joven, pero inmediatamente se llenaron de lágrimas.

—Todo esto, ¿S-significa qué estas muerto?. —su voz temblaba con tan solo pronunciar esas palabras, le daba terror la peor respuesta que pudiera tener.

El mayor inmediatamente posó sus manos en el rostro de la fémina, eliminando las lágrimas qué corrían sobre su rostro mientras ella lo tocaba asegurandose de que estuviera en cuerpo entero, aún si eso no le diera respuesta alguna.

—No, claro que no. —tragó saliva, sabía la verdad, pero no podía mentirle sobre una atrocidad qué ni él mismo podía vivirlo como ella lo hizo. —Yo soy como tu, estoy aquí contigo, siempre voy a estar para ti. —la abrazó tan fuerte como pudo, mientras escuchaba el llanto de su hermana esperando que cesará, sintiendo como las lágrimas de ella se traspasaban por su camisa, pero no le importaba.

Conocía la situación, ella estaba muerta, le arrebataron su inocencia, es algo que nunca se lo va a perdonar a Lucifer. La mantenía encerrada en esa habitación, miró alrededor observando con atención cada una de las ilusiones qué le ponian esperando que se sintiera un poco más... "libre", conociendo mejor que nadie lo vacia qué se encontraba en ese momento. Ella necesitaba de alguien, de su familia, de su compañero, de su misma sangre para afrontar algo como esto.

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⏰ Última actualización: Apr 06 ⏰

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៚нεℓℓ¡รн ℓ๏vε❜ ↬ʟɪᴢᴋᴏᴏᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora