amor a distancia - 𝗹𝗶𝘁 𝗸𝗶𝗹𝗹𝗮𝗵

𝟮𝟳

Luana

me encontraba cocinando con Martin unos ravioles con salsa, por suerte habíamos empezado a cocinar temprano, y por primera vez íbamos a comer todos en horario. iban a venir algunos amigos a pasar el día, ya que a la noche íban a salir, Mauro y yo no sabíamos si íbamos a ir ya que a la tarde íbamos a ir a Puerto Madero como él me dijo.

el peliblanco se encontraba todavía durmiendo en su pieza, no se había dado cuenta de que me levanté hace rato, los chicos ya estaban despiertos y se encontraban boludeando en el living, escuchando música y jugando, cómo siempre.

la comida ya casi estaba, así que me dirigí hacia la pieza para despertar a Mauro. al llegar a la pieza, escuché al peliblanco hablar, parecía que estaba hablando por teléfono, así que no lo quise interrumpir, pero cuando quise entrar.. me quedé quieta escuchando lo que decía Mauro.

— bueno, Fio, está bien, hablamos.. —hizo una pausa.— no sé cuándo se va, supongo que para su cumple.. —dijo y se quedó callado unos segundos.— tranquila, no pasa nada, nos vemos, chau..

y entonces se quedó completamente callado, algo no me gustaba, sabía que él estaba hablando con Fiorella porque la había nombrado, pero pensaba que solo era una charla más, así que decidí restarle importancia aunque quizás vaya a pensar mucho en eso.

entre a la pieza y el peliblanco dirigió su mirada hacia mi. — te iba a venir a despertar, pensé que seguías durmiendo..

— me desperté hace un ratito

— quería decirte que la comida ya va a estar, ¿vas a comer? —él asintió.— cocine ravioles con salsa.. ¿te gusta? —sonreí.

— si, Lu —dijo algo cortante mientras escribía algo en su celular.

lo notaba algo raro y eso me ponía rara a mi. — ¿estás bien? —pregunté .

— ¿por?

— estás raro —negó.— ¿seguro? ¿hice algo? ¿que pasó?

— no hiciste nada, Lulita, tranquila.. —dijo soltando una leve risita.— no dormi bien, nada más

— ¿seguro? —él volvió a asentir.

— ya se me va a pasar, tranqui.. —lo noté no muy seguro de lo que decía.

no dije nada y me dirigí hacia la puerta nuevamente para volver a la cocina.

— Lu —me llamó el peliblanco, lo miré.— te amo ¿sabes? —sonreí un poco y cuando estaba por contestar una persona me interrumpió.

— ¡Luana! ¡veni! —escuché gritar a Martin.

— voy a seguir con la comida, Mau —fue lo último que dije para después salir de aquella pieza y volver a la cocina.

— Lu, ya casi está, ¿podés ir poniendo los cubiertos y todas las cosas en la mesa? porfa —dijo Martin y me miró.— ¿por qué esa cara tan seria? —me preguntó.

— ¿eh? nada, amigo —sonreí un poco y empecé a buscar las cosas para poner en la mesa.

— dale Lu, te conozco demasiado bien como para saber que algo te pasa —no le respondí y seguí en lo mío.— ¿te dijo algo Mauro?

reí un poquito y contesté.— no me pasa nada, en serio —me dirigí hacia el comedor para poner las cosas en la mesa.

minutos después ya estaba todo listo, Martin estaba sirviendo la comida y yo iba poniendo los platos en la mesa. los chicos ya estaban sentados esperando para comer, unos minutos después Mauro apareció y solo se sentó.