𝟮𝟬

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maratón 01/03

y había llegado el día de ir a Uruguay, Mauro iba a ir conmigo, cuando le mostré los pasajes.. se había puesto más feliz que yo.

en unas horas ya nos teníamos que ir, el viaje era a las cinco de la mañana, así que, maso menos íbamos a llegar a las nueve de la mañana, por ahí.

ya teníamos todo guardado, bueno, yo ya tenía todo guardado, Mauro decía que ya tenía todo listo y al rato decía que le faltaba algo, pero ese algo ya lo tenía guardado, un chico poco distraído él.

ahora nos encontrábamos con todos los chicos afuera, hablando y boludeando, habían venido casi todos para despedirse de nosotros, y la idea había sido de Martin, de mi hermanitoo.

— ¿jugamos a un "yo nunca, nunca"? —habló Martin.

— pero estamos hablando de algo interesante, enano —le contestó Rusher.

— ¿interesante? estás diciendo que querés comer más serenitos, gil —rió Enzo.

— tiene razón —dijo Mauro.

— bueno, dale, jueguemos a eso —dijo Rusher mientras acomodaba.

— ¿hacemos preguntas tranquilas o.. medias jugadas? —preguntó el enano.

— ambas —contesté.

los pibes me dieron la razón y el morocho de Tiago se había ido a buscar tragos a la cocina, minutos después ya nos encontrábamos jugando.

los que hacían las preguntas eran Martin y Enzo, algunas preguntas eran serias y otras no.

después de algunas horas más de juego, charla y boludeces, se hicieron las cinco. nos estábamos despidiendo de los chicos, pero Rusher no me dejaba irme, quería que deje a guadita con él.

— porfa, déjala conmigo, se ganó mi cariño, dale —seguía insistiendo.

— pero Thomi, ella me va a extrañar.

— no, estuvo todo el tiempo conmigo y con Enzo, nos va a extrañar a nosotros —me contestó el morocho.

— es verdad —se metió el peliblanco.— aparte yo también después la voy a extrañar.

— ¿Mauro no es el papá? si el dice que sí, Guada se queda —dijo Rusher mirándome.

— tomatela —reí.— yo toy hace pila con ella, dale

— yo diría que la dejes, dale, yo te la cuido cuando vuelva —me dijo Mauro.

— disculpen que me meta eh, pero es un quilombo llevarla a guadita escondida, mira si caga en el viaje, todos los pasajeros los van a querer matar —dijo Tiago acercándose a nosotros.

— ¡tiene razón! —dijo Rusher.— déjala, dale, después volves y ahí.. se puede ir con vos.

— aparte, si la vas a extrañar, voy yo exclusivamente a tu casa y te la llevo — dijo Mauro ayudando a su amigo.

— toda excusa le viene bien a este pibe eh —se burló Tiago.

— yo digo que se puede quedar.. —finalizó el peliblanco.

— chupala, Mauro, Guada se viene conmigo.

al terminar de decir eso, el peliblanco se quedó mirándome con una sonrisa sin mostrar sus dientes.

— nabueno, está bien, Guada se queda con ustedes... —dije no muy segura.

— ¡vamoo, te amo Luana! —dijo el morocho feliz acercándose a mí para darme un abrazo.— sos única, Mauro se fue mundial.

amor a distancia - 𝗹𝗶𝘁 𝗸𝗶𝗹𝗹𝗮𝗵 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora