Rose Fairhell, su nombre lo decía todo ella era delicada como una Rosa...tan perfecta.
La candidata perfecta, pensó Coriolanus. Pero al igual que cualquier rosa, ella tenía espinas.
La conexión entre dos familias poderosas del Capitolio, las cuales...
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Rose Fairhell. Al entrar a su hogar dejo su abrigo negro, rebelando su vestido blanco que le llegaba hasta las rodillas el cual hacia juego con sus tacones bajos que también eran de color blanco.
Camino por los pasillos en dirección a su habitación hasta que escucho voces en la sala principal y una de ellas en voz alta dijo; Rose, tenemos visitas. Dijo su padre.
Esto desconcerto a la joven ya que nunca tenían visitas. Se acomodo su vestido y ajusto el moño negro que está en la espalda camino hacia la sala y al entrar se detuvo en seco al ver lo a el.
¡¿Que carajos está haciendo aquí?! Pensó Rose.
Windsor aclaro su garganta y se levanto. -Los dejaré solos, tengo cosas que hacer. - Dijo y abandono la habitación dejando a ambos jóvenes en un silencio incómodo que fue interrumpido por Coriolanus.
-Te extrañe. - Mintió y se levanto del sillón para luego caminar hacia ella.
-¿Qué haces aquí? -Contradijo sorprendida y se separó de el dando unos pasos hacia atrás, sintiéndose tan vulnerable con su presencia. Lo dependiente que Coriolanus la había vuelto hacia el en el pasado había regresado.
-Vine a verte -Intendo tomar su mano pero ella la apartó. -Eres mi amiga, después de todo. -Finalizo, haciendo que Rose se llenará de resentimiento el cual supuestamente ya había desaparecido.
-¿Tu amiga? ¿Cómo me puedes llamar así después de todo? -Dijo incrédula y se cruzó de brazos intentando mantener la cordura y no volver a sus brazos, cosa que no duró mucho.
-Se que estuvo mal, Rose -Evadió el tema y tomo sus manos con fuerza, no lo suficiente para lastimarla pero si para que no se apartará.
-¿Qué cosa estuvo mal? - Pregunto aunque ella ya sabía la respuesta y está vez no apartó sus manos.
-El dejarte...todo -Respondió y atrajo sus manos hacia sus labios para darles un suave beso a estás. -Dejame explicarte todo, por favor -Finalizo con un tono que parecía genuino aunque fuera falso.
Rose solo se limito a asentir y ambos se sentaron juntos. Luego el joven comenzó a explicar todo.
-Lo hice por el premio...yo nunca ame a Lucy Gray -Mintio, una parte de el si la amo pero la sed de poder era más fuerte.
Siguió explicándole todo lo que había hecho, omitiendo en donde mato a Bonnie, Mayfair y a Sejanus. Todo basado en mentiras sobre cuánto la extraño y que ahora la quería de vuelta. Pero lo que Coriolanus no sabía es que las personas pueden cambiar demasiado en un año, eso se notaba en la apariencia de Rose; por ejemplo. Ella ya no se veía como la niña dulce y inocente de 16 años, ahora su cabello era negro siendo que antes era café claro y sus ojos tenían más maquillaje. Aunque por supuesto se seguía viendo como una delicada rosa.
Después de que Coriolanus finalizará, miro a Rose y acaricio su cabello suavemente.
-¿Pondrías perdonarme, por favor? -Dijo en un tono falso lleno de amabilidad aunque en sus ojos se reflejaba esa frialdad y crueldad. Cosa que Rose noto, el ya no era el mismo al igual que ella ya no era la misma.
Rose solo se limito a asentir con la cabeza y se dejó abrazar por el, llena de irá y tristeza después de todo lo que había pasado. Sintiendo su calor y protección como si fuera una niña pequeña....tan delicada, tan manipulable. Pensó Coriolanus. Abrazándola y posando una de sus manos en la parte baja de su cabeza, acariciando su cabello suavemente, eso le llevo a un recuerdo vago en su mente.
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Flashback. Coriolanus miro a Rose quien usaba un hermoso vestido color azul cielo, parecía una princesa.
Se acercó a su oido y susurró. -¿Quieres ir a un lugar más privado? -Pregunto y Rose tomo su mano sin que nadie los viera.
-Vamonos -Susurro y se fueron a una habitación lejana del evento, todos estaban demasiado distraídos para prestarles atención. Al entrar ambos se sentaron en la cama de la habitación y Rose se acurrucó en su pecho, esto ya se había vuelto una rutina; el verse a escondidas y fingir que solo eran amigos.
Ambos jóvenes comenzaron a charlar de cosas sin sentido o sobre que harían en el futuro, pero unos minutos después quedaron en silencio escuchando la música clásica que tocaba la orquesta de la fiesta.
Hasta que Rose levanto su rostro en dirección del joven, sus narices casi rozando, Coriolanus la tomo del cuello y comenzó a besarla cosa que Rose tomo por sorpresa pero se dejó llevar. Poniendo sus manos en las mejillas del chico y devolviéndole el beso ambos fundidos por este.
Pero las cosas se salieron de control, este siendo tomado por Coriolanus el cual abuso de su poder hacia Rose. Manejandola a su antojo, en especial físicamente. Pero Rose al estar sedienta de amor y segada por este, no se detuvo y se dejó tocar por el.
