Capítulo 21: Un nuevo don

88 14 20
                                    

La alegría y el alivio invadieron a Adam, cuando los párpados de Kalet se abrieron y pudo contemplar aquellos preciosos ojos azules.

—Kalet. —Agarró su rostro con ambas manos y lo besó en los labios.

—Adam —dijo Kalet, algo somnoliento—. ¿Qué ha pasado?

—Tranquilo, todo está bien. Te lo explicaré en un momento, pero estamos todos bien.

—Vale. —El gatito de Kalet saltó sobre la cama y se acercó a él—. Hola, pequeño. —El gatito ronroneo—. Yo también me alegro de verte —dijo Kalet acariciándolo.

—Avisaré a los demás de que te has despertado. Descansa mientras tanto, ¿vale?

—No pensaba irme a bailar ahora mismo.

Adam se rio y lo besó de nuevo en los labios.

—Eso más tarde —contestó—. Te amo.

Kalet sonrió y siguió acariciando al minino, mientras Adam se marchaba. En otras ocasiones despertar después del ataque de la sombra había sido un suplicio; le dolía todo el cuerpo, estaba mareado, y apenas podía enfocar la vista, tenía una sensación de miedo constante; pero esta vez era diferente. Sí que se sentía cansado, pero no tenía aquella sensación de miedo y angustia, como si algo hubiera invadido su cuerpo y aún tuviera su rastro. Esta vez su cuerpo estaba limpio, como si no hubiera sido mancillado. De repente, comenzó a recordar todo lo que había ocurrido, y sintió un ligero escalofrío al rememorar aquel momento, con la magia saliendo de su cuerpo. No había sido la sombra, ese poder era suyo. Ya lo había sentido antes, pero nunca con tanta intensidad, ni siquiera sabría como definirlo, pero había sido algo que sin duda repetiría. Quería saber de donde provenía.

Cory revisó a Kalet, y se sorprendió bastante al ver lo bien que se encontraba, pero fue un alivio para todos. Kalet observaba la puerta a la espera de que Din Don apareciera, pero no lo hizo, y eso no era habitual.

—¿Y Din Don? —Lumiere, Adam y Cory se miraron, algo incómodos—. Le pasaba algo, me acuerdo. ¿Dónde está? ¿Está bien?

Los tres volvieron a compartir una mirada cómplice, y Lumiere asintió, indicando que hablaría él.

—Antes que nada: sí, Din Don está bien, pero ha pasado algo. Verás, la última vez que la sombra atacó, hirió a Din Don en el brazo, todos creímos que había sanado, pero no fue así. El brazo se infectó, aún no sabemos de qué exactamente, pero la sombra le inoculó una especie de veneno que lo estaba drenando, hasta casi hacer que perdiera el brazo. Cory ralentizó el proceso mientras buscábamos una cura...

—¿Tú lo sabías? —lo interrumpió Kalet.

—Me enteré hace poco y no porque me lo contaran, lo vi.

—Pero tampoco dijiste nada.

Lumiere y Cory agacharon un poco la cabeza, sintiéndose culpables.

—No. No dijimos nada porque Din Don no quería. Estaba muy asustado y con todo lo que estaba pasando, no quería preocuparnos y desviar nuestra atención...

—De mí —comprendió Kalet.

Adam agarró su mano, al notar como la culpa comenzaba a invadirlo.

—Hemos estado llevando esta situación muy mal, todos —recalcó—. Ninguno estamos bien, Kalet, y hemos estado intentando afrontar todo solos.

—Eso no debería ser así —dijo Lumiere—. Mira, Din Don se estaba muriendo, casi tenemos que cortarle el brazo para salvarlo, pero cuando tu magia se activó, lo salvaste.

—¿Qué pasó? —preguntó Kalet, queriendo saber su versión.

—No lo sé, pero algo que tienes dentro, lo ha curado. Su brazo no está muy bien, pero la infección se ha detenido.

Kalet y la Bestia: La sombra [LRDN #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora