06 ─ Dulce Trato

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«El amor siempre es un extraño en la casa de la avaricia»

Andreas Capellanus

─¿Por qué no juguetes? ─preguntó Soobin con una voz calmada, pero deslumbrantemente reprobatoria

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─¿Por qué no juguetes? ─preguntó Soobin con una voz calmada, pero deslumbrantemente reprobatoria.

Yeonjun se encoge de hombros. ─No lo sé. Sólo sé que no me gustará.

─¿Cómo puedes saberlo si no lo has probado? ─Soobin ladeó su rostro─. Hagamos una pequeña prueba, sé que si lo uso contigo no te arrepentirás.

Yeonjun se sonrojó explosivamente, pero tras un largo minuto pensándolo, terminó aceptando. Sana sostuvo su mejilla contra su mano, viéndolos atentamente.

─¿No BDSM¹? ¿Qué tienes contra las escenas? ─preguntó Soobin.

─No son mi estilo.

─Jun, amor, deberías intentarlo. Si tienes un buen dom² funcionará y te gustará. Confío en el pequeño, Soo ─Sana apeló por Soobin.

Yeonjun realmente la miró a los ojos y aplanó sus labios, indeciso. A él no le agrada el dolor, ni siquiera un poco. Recuerda cuando se pinchó un dedo con la aguja mientras cocía uno de sus pantalones más viejos y realmente le desagradó ese pequeño pinchazo.

─En verdad, no quiero sonar malcriado, pero no es mi estilo y no quiero hacerlo.

Soobin sonrió con disimulo y desestimó el comentario negativo con un giro de muñeca. Yeonjun frunció el ceño ante el gesto.

─Yo te enseñaré ─dijo Soobin─. No perderías nada con intentarlo, pero si mantienes tu decisión lo dejaremos pasar.

Yeonjun suspiró provocando que el cabello sobre su frente flotara. ─Está bien ─respondió de mala gana.

Soobin se acercó a Yeonjun, invadiendo su espacio personal. Su piel se erizó al sentir los labios de Soo contra su oreja y cuando él comenzó a hablar tan bajo, lo estremeció embarazosamente.

─Si piensas que te traerá dolor, estás muy equivocado, Yeonjun. Conmigo siempre tendrás placer.

Yeonjun lo miró a los ojos y sin siquiera notarlo, mojó sus labios como si deseara que Soobin lo besara y dejara de sólo mirarlo.

El hombre sonrió mientras observaba atentamente la pequeña boca de Yeonjun brillando gracias a los azotes de su lengua.

─¿Cuánto tiempo? ─él preguntó, de repente.

─¿Cuánto tiempo qué? ─Yeonjun murmuró.

─¿Seis meses? ─Soobin alcanzó su rostro y con su pulgar, acarició la pequeña bolsa debajo de sus ojos cafés─. No, es poco tiempo para disfrutar de ti, Yeonjun.

─Lo es. ─Estuvo de acuerdo.

─¿Qué hay de un año? ─Yeonjun asintió, realmente no estaba pensando con la cabeza, más bien, estaba utilizando la otra.

sugar daddy! ─ soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora