Para Yeonjun no existe la palabra libertad; vive encadenado a las deudas y a las responsabilidades. Vivir estresado es su día a día. Entonces, cuando acepta el empleo de ser un Sugar Baby suena tan tentador y confiable.
La Casa de Azúcar le abrirá...
─¿Cómo te ha tratado la vida, Soobin? Si estoy en lo correcto y este lindo chico es tu sugar baby creo que te ha tratado demasiado bien.
Soobin sujetó a Yeonjun de su mano luciendo protector contra Minjeong. A él no podría molestarle, sentir la mano de Soobin sujetarlo se siente correcto.
─Me desagradó verte, Minjeong.
Minjeong sonrió con diversión, parecía acostumbrada a recibir ese tipo de comentarios de Soobin.
─Siempre es bueno verte y saber que sigues siendo un idiota.
Soobin no se molestó en contestar a Minjeong. Tiró de la mano de Yeonjun y con su otra mano empujó el carrito con las maletas siguieron su camino.
Fuera del aeropuerto subieron al range rover y saludaron a Jeong quien les dio una pequeña inclinación.
─Buenas noches, joven Jeon, joven Choi... ─Jeong les sonrió amablemente─. Señor, espero que la noticia no sea negativa para usted, pero la señora Yubin está esperando por usted en la casa.
Soobin respiró hondo y se frotó la barbilla luciendo cansado. ─¿Ella no ha dormido nada? ─le preguntó a Jeong. El viejo hombre sacudió la cabeza.
─Insistí en que lo haga, pero la señora Yubin dijo que esperaría por usted.
─Maldición.
Yeonjun guardó silencio en lo que respeta al breve viaje hasta su edificio. Soobin lucía realmente estresado desde su cruce con Minjeong y ahora con la mujer que le esperaba en su casa parecía hasta seriamente afligido.
En el momento en el que sintió la camioneta estacionarse frente a su edificio, miró a Soobin con lo que pensó era una sonrisa consoladora. Vio a Jeong salir de la camioneta para darles un poco de privacidad, Yeonjun sentía un gran afecto hacia el hombre en ese momento.
─Si quieres puedes quedarte a dormir ─ofreció.
Soobin apartó sus ojos de la ventana para echarle una mirada objetiva. ─Estoy bien. Está semana no podré estar contigo, Jeong se encargará de depositar el dinero en tu cuenta y...
─No me importa ─le interrumpió bruscamente.
Yeonjun se acercó hasta Soobin y montó su regazo fundiendo sus bocas en un profundo beso, intentando aplacar lo que fuera que estresaba al hombre. Lamió y chupó esos labios que derretía su cuerpo, finalizando el beso, abrazó al hombre por el cuello y le dio un último pequeño beso en su mejilla.
─Buenas noches, daddy.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando Yeonjun empujó la puerta tras suyo, se recuestó contra la madera con una gran sonrisa en su rostro.
─Me gusta lo que veo. ─Kai apareció en el pasillo con un tazón en sus manos─ ¿Cereal?
Yeonjun arrastró sus maletas, abandonándolas al comienzo del sofá donde Kai se esparció. Empujando las piernas de Kai, tomó asiento a su lado.
─Tienes cara de felizmente-jodido. Dispara, dulzura. ─Kai le señaló con su cuchara.