c a p í t u l o 2 2

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El sábado, papá y yo nos levantamos temprano, yo no dormí casi nada pensando en que Pedro se había molestado conmigo y cuando papá vio mi expresión en la cocina no se restó de interrogarme.

–¿No me vas a decir por qué estaban discutiendo ayer?

–No estábamos...

–Agnes... -papá me interrumpe. –Se veía muy afectado cuando se fue a dormir. ¿Fuiste grosera con él? –dice bajando un poco la voz.

–¿Qué? Claro que no. –me acerco a la barra para prepararme un café mientras él prepara unas tostadas.

–Me cuesta entenderlos. –dice después de unos segundos de silencio. –A veces parece que se llevan muy bien y luego están discutiendo otra vez.

–Tal vez sólo... nuestros caracteres chocan. –invento una excusa.

–Pedro no tiene mal genio. –dice papá. –Siempre ha sido muy alegre y amable, pocas veces he discutido con él.

–Pedro estaba enamorado de mamá.

Por el rabillo del ojo, veo como papá tensa sus hombros. Después saca el pan de la tostadora y se queda mirándome.

–¿Eso es lo que te molesta de él?

–No lo sé... -evito su mirada porque odio ocultarle información. No quiero ser como él, inventando excusas y negando cosas. –¿A ti te molestó?

Papá parece sorprendido por mi pregunta.

–¿Cómo te enteraste? –le insisto.

Los dos caminamos hacia la mesa de la cocina, le sirvo café mientras él unta mantequilla de maní en las tostadas. Sé que hablará, sólo tengo que darle su tiempo.

–Siempre lo supe, desde que los conocí. –dice sentándose en la cabecera de la mesa. –Eran muy unidos. Hacían todo juntos, todo el tiempo.

¿Papá los había separado?

–Supongo que... fue un cobarde. Se lo pregunté, una noche que salimos. Le pregunté si estaba enamorado de ella, de hecho... le pregunté si había pasado algo entre ellos.

–¿Y bien?

–Lo negó. Me aseguró que no había ocurrido nada. Así que decidí invitarla a salir.

–¿Por qué no te lo dijo?

–No lo sé. –dice papá. –Tal vez tenía miedo, ella siempre decía lo mucho que lo quería, que era su persona favorita en el mundo. Tal vez tenía miedo de que eso cambiara.

Asiento bebiendo un sorbo de café, papá parece perdido en sus pensamientos.

–¿Y cuando se lo dijo a mamá? –él suspira antes de continuar.

–Tu madre no me lo dijo al principio. Encontré la carta y... discutimos.

—Entonces sí te molestó.

–Creo que me sentí inseguro, pero de todas formas él estaba a kilómetros de aquí.

–¿Y mamá?

–Se molestó con él. Con el tiempo volvimos a hablar de eso, ella estaba furiosa, parecía que no lo entendía. Siempre pensó que sólo eran buenos amigos. Cuando nos vinimos de Chile lo extrañaba todo el tiempo, se enviaban cartas y fotos, tu madre lo quería mucho.

—¿No estaba enamorada de él? –me decepciona en cierto modo escuchar eso, tal vez porque en el fondo esperaba que le correspondiera.

–Creo que no. Se lo preguntó en algún momento, pero... yo creo que no. Sé que fue feliz conmigo, con nosotros. –dice poniendo una mano sobre la mía.

Y O U [Pedro Pascal] TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora