[Historia escrita por Shawnort]
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En la inmensa ciudad de Nueva York, poblada por miles de superhéroes y aún más supervillanos, había una súper heroína muy particular.
No era autóctona de la ciudad, y por no ser, ni siquiera era de ese mundo. En un piso de lujo situado en Manhattan, una chica de veinte años apareció por el pasillo, deslizándose en ropa interior.
La chica comenzó a bailar al ritmo de una canción de Ok Goodnight.
El piso tenía la ropa de la heroína desperdigada por el suelo, mientras que en la mesa había un cartón de pizza con una caja de comida china encima. La noche anterior le había dado por la cocina fusión.
– ¡Now it's time to say goodbye! ¡To the things we loved! ¡To the innocence of young!
Mientras Sara Sánchez destrozaba la canción, recibió una llamada a su comunicador. – ¡Ay mierda!
Sara apagó la música y se puso una sudadera para estar presentable.
Una cara con ojeras y piel morena apareció en su dispositivo. Varga, el Spider-Man de esa Tierra, saludó a la heroína. – Buenos días Sara.
– ¡Eeey! Qué tal Varga. ¿No son las doce de la noche allí? ¿Qué haces despierto?
– Íbamos ya a dormir, así que como he visto que eran las diez de la mañana había pensado en ver cómo estabas.
– ¿Yo? Perfectamente. Iba a salir a patrullar ahora mismo.
– Bien, bien. Oye, recuerda que esto no es Algeciras. Si necesitas ayuda, puedes preguntarle a cualquier héroe. Ah, y si ves a un tío con una calavera en el pecho, evítalo y llama a Daredevil, suele estar en Hell's Kitchen.
– Qué si...
– Y recuerda alimentarte bien, no se puede vivir de pizza y comida china.
Sara miró a su alrededor. – ¿Me has puesto cámaras?
– No, pero te conozco. Tengo que dejarte Sara, me reclaman por aquí.
– ¡Adiós Sara! – dijo una mujer fuera de plano. – No llames salvo que sea importante, Varga no va a dormir esta noche.
– ¡Ugh! – se quejó Sara, cortando la llamada. – No me puedo creer que Varga folle más que yo... ¿Qué tiene él que yo no tenga?
Sara flexionó los músculos, intentando chulearse. Por desgracia, justo a su lado tenía una foto de Varga en la playa.
La heroína se desinfló, las comparaciones eran odiosas.
La chica entonces miró al laboratorio secreto, una sonrisa maliciosa se formó en sus labios. – Bueno, supongo que no pasará nada por coger algunos juguetes...
La heroína se deslizó hacia la estantería, tirando del mismo libro del cuál tiró Varga. Allí, caminó con una sonrisa de oreja a oreja por el laboratorio. Miraba los aparatos ilusionada, buscando los que más le llamaban la atención.
En un atril, vio una placa enana, suspendida en el aire. Sara pulsó un botón en la máquina, haciendo que saliese un holograma de Varga. El holograma, vestido con una bata de laboratorio, miraba a cámara.
– Prototipo veintidós, mk II, Nombre en clave, araña de hierro. Después de varios experimentos, he logrado replicar un campo psíquico similar al de la mutante Psylocke. Con ello, he podido hacer realidad la Araña de hierro. Esta máquina, colocada en la espalda, despliega cuatro patas mecánicas de gran tamaño. Debido al campo psíquico, se controlan con el pensamiento como si de otra extremidad se tratase. La parte ma-
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Las Desventuras de Sara Sánchez
Novela JuvenilRelatos cortos y de autores diversos sobre la Spider-Girl más desafortunada de la década: ¡Sara Sánchez! Romances imposibles, latinos encuerados y muchos, MUCHOS batacazos. Portada maravillosa de @DoodleBlight, seguid su cuenta en Twitter.