7 | Habitación

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Sus pies agradecen cuando llegan al fin, sabe que lo han hecho porque hay una gran construcción que se alza gloriosa ante ambos. Aether se queda por un momento quieto en su lugar, tan solo observando los alrededores.

—Llegamos antes de lo previsto, creí que lo haríamos al anochecer —le dice Xiao, estuvieron caminando bajo el sol durante casi un día.

Se imagina que tardaron menos debido a las pocas pausas que se dieron para descansar.

—Es... —Aether tarda en encontrar las palabras para describir el paisaje— Hermoso.

De nuevo, el alfa le lanza aquella sonrisa que puede pasar desapercibida para cualquiera, menos para Aether. Es consciente de que esas sonrisas, por el momento, le pertenecen únicamente a él. Así lo decidió, ya las ha reclamado.

—Y hay muchos lugares iguales o más preciosos, cuando tenga la oportunidad te los mostraré —esas palabras le hacen feliz, no estará solo, al fin tiene a su lado un amigo que no es fiel a su rango, sino a él. No importa que no sean tan cercanos, es importante para él.

Al pasar por el gran puente de madera casi se le hace imposible apartar la vista del agua cristalina de los alrededores. Se enfadó consigo mismo por no prestar atención a los detalles cuando pasó por allí, no mostró ni un poco de interés en admirarlo. Ahora lo hace.

Xiao se quedó parado a su lado, le permitió observar todo lo que quisiera. Solo Aether sabe lo agotado que se encuentra el Caballero y decide que no es momento para retenerlo.

—Vayamos, hemos pasado un tiempo sin comer algo decente —bastaron esas simples palabras de Aether para continuar con su camino.

Pasan por unos puestos ambulantes mientras Xiao no para de decir que lo hará probar Tofu de Almendras, hay cierto brillo en su mirada al pronunciarlo y Aether se pregunta si de verdad es tan delicioso. Seguramente lo es porque lo repite dos o tres veces más.

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—Una habitación con cama para dos personas —dice la encargada.

A ambos se les corta la respiración, hay un silencio incómodo que nadie percibe más que Aether y Xiao. Claro que para ellos es muy distinto compartir el suelo a compartir una cama.

—¿No hay otra habitación disponible?—rompe el silencio Xiao y le agradece mentalmente por ello.

La mujer suelta una risita ante la petición, entonces intuye que no habrá otra opción para ellos.

—Me temo que debido a que se acerca la fecha para la boda de los Reyes tenemos poco espacio —le sonríe a Xiao—. La habitación que les estoy ofreciendo es aquella que pertenecía a usted hace tiempo, ha estado desocupada desde que se fue.

Aether evita interrumpir la conversación para preguntarle al Caballero acerca de su evidente estadía en este lugar. Le intriga saber si, cuando logre preguntarle, le responderá sin evadir la pregunta.

Hay un evidente conflicto en tal situación, Aether mira a Xiao y ambos intercambian una mirada rápida y silenciosa.

—La tomamos entonces —responde Xiao.

La gerente asiente contenta y procede a registrar su visita. Les entrega una llave junto con un "Disfruten su estadía", sin embargo, Xiao lleva a Aether de nuevo a la entrada sin darle la oportunidad de ir a ver la habitación de inmediato. No se sorprende, Aether ya se está acostumbrando a las acciones repentinas del alfa.

—¿Ahora qué sucede? —susurra solo por si de verdad es algo grave, como que se encuentre algún otro Caballero cerca, merodeando.

—No es nada grave —le tranquiliza Xiao—, se trata de otra cosa.

Sabe muy bien que hay que estar alertas, pero hasta el momento no se han encontrado con nada peligroso que indique una búsqueda del príncipe prometido del Rey. Lo cual también es sospechoso, a este paso ya debería haber algún anuncio de que está desaparecido.

—¿Entonces qué es? 

—Hablaré un momento con la gerente para hacerle saber que tu estadía será permanente, por lo menos hasta que tú decidas que no sea así —Xiao toma su mano, el gesto es delicado y le conmueve—. Si vas a salir no te alejes demasiado.

—No lo haré, puedes estar tranquilo —Aether devuelve la acción con un ligero apretón, quiere transmitirle que no hay de qué preocuparse.

Entonces se queda solo y se siente tan extraño que no sabe qué hacer, obliga a sus pies a moverse hacia la habitación, no sin antes asegurarse que Xiao seguirá allí. Vuelve la mirada y... allí está, haciendo justo lo que le dijo, después de comprobarlo se da el lujo de soltar el aire que había estado reteniendo. Internamente, se siente mal por haber dudado por un segundo, es inaceptable.

Ignora la molestia consigo mismo y busca entre sus túnicas la llave que le entregó Xiao para poder ingresar, detesta ver manchas de tierra en la tela, nunca le había pasado algo así. Sabe que se tiene que acostumbrar a esos pequeños detalles y evitar ser caprichoso, con dificultad se guarda el reproche. Cuando logra sacar la dichosa llave ya ha contado por lo menos cinco manchas de suciedad.

Inserta la llave y hay algo que le sorprende, la puerta está abierta. Su ceño se frunce y de inmediato la desconfianza entra en él, da un paso hacia atrás y hecha una mirada hacia el largo pasillo y las escaleras de madera, esperando atrapar a la persona encargada de la limpieza y librarse de dudas. No encuentra a nadie.

¿Está exagerando? Probablemente sí. 

—Demonios —susurra y abre la puerta sin darle más rodeos.

Vacía. 

No hay nadie dentro, sin embargo, no es suficiente. Revisa cada rincón dentro, incluso debajo de la cama. Después de unos minutos se cansa y abandona la tarea, se sienta sobre la gran cama y se recuesta sobre su espalda.

—Me he vuelto paranoico.

—Yo diría que intuitivo, esa es la palabra.

Un Compañero Para El Rey || Xiaether (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora