El Rey no quería su presencia a pesar de haberla solicitado para aquella noche, probablemente había una muestra de cansancio y frustración detrás de su rechazo, tal vez incluso algo más como que no tenía sentido continuar con disputas que no llevaban a ninguna cosa. Olvidó fácilmente la intención de verle y el Rey no lo solicitó de nuevo.
Sin embargo, ya había clavado una espina en la mente de Aether, una que picaba sin cesar por culpa de su inseguridad.
—Estás demasiado distraído —Xiao se coloca tras su espalda, quieto y sigiloso, sin acercarse demasiado para no provocar más rumores de los que ya había.
—¿Tú nunca me ocultarías nada, verdad? —Aether susurra casi anhelante, lamentando el cómo salió su tono de voz, aun así, se mantuvo firme. Estaban parados justo a la mitad del camino, en un pasillo con grandes ventanales, los guardias no miraban, pero sabía que escuchaban con atención.
Estaba deseoso de escuchar lo que diría, aunque la respuesta fuera obvia.
—¿El Rey te dijo algo? —no era lo que esperaba, la espina creció— No debes confiar en algo que no salga de mi boca.
—Son justo las palabras que salen de ti las que me hacen dudar —soltó, reanudo su paso y avanzó hacia cualquier lugar que se presentara, podía sentir la presencia de Xiao siguiéndole por detrás sin poder hacer nada debido al público.
Necesitaba un lugar sin molestias, sin interrupciones, donde pudiera dejar salir todas las ideas y hallar una explicación. Necesitaba dejar de sentir aquel dolor en la cabeza lo más pronto posible.
—Por los arcontes, ¡deja de seguirme por un momento! Necesito respirar.
Xiao lo tomó por el brazo para detener sus pasos, el acto fue brusco pero eficaz.
—¿Qué sucede? Puedes decírmelo, estoy aquí para ti.
—No contestaste mi pregunta —acusó, se soltó del agarre después de no recibir respuesta y esta vez Xiao no le siguió.
Todos se negaban a decirle las cosas, nadie era totalmente sincero con él. El sol en lo alto y el verde de las plantas que le recibieron al llegar al jardín no le hicieron sentir mejor, pero sí le tranquilizaron más rápido de lo que pestañeó.
Sus dedos rozaron cada pétalo que pudo mientras caminaba, eran suaves y tan, tan rojos que casi podía ver sangre escurrirse entre sus yemas.
Tardó un poco en darse cuenta, no fue lo llamativo de su traje o su rostro impasible, era la tranquilidad que transmitía. Venti estaba recostado sobre un gran tronco grueso, su rostro elevado hacia las hojas que caían cuando el viento soplaba siquiera un poco.
Había pasado demasiado tiempo sin verle, no es que le extrañara, apenas lo conocía. Pero sin duda había algo que le decía que Venti era más importante en todo esto de lo que en realidad aparentaba.
—Puedo sentir tu mirada sobre mí, vete, no quiero que Xiao me moleste después —dijo el príncipe sin abrir los ojos todavía, su cabello estaba alborotado y era obvio que era una de las muchas cosas que no le importaban.
—¿Por qué se molestaría solo por hablar conmigo? —le preguntó mientras se dirigía a sentarse a su lado sin tener mucho cuidado de por dónde pisaba, casi se tropieza dos veces— No creo que le importe demasiado.
El príncipe soltó un largo suspiro, sus ojos lo saludaron abriéndose lentamente.
—Todo lo que tenga que ver contigo le causa inquietud, es odioso y lo detesto.
No supo qué decir ante ello, tal vez Aether no le caía demasiado bien a Venti.
—Ignóralo por esta única vez, quiero hablar contigo.
El príncipe le sonrío, apoyó sus brazos sobre sus propias rodillas, casi como si estuviera a punto de presenciar el acto más emocionante del día.
—Haz preguntas que valgan la pena o, de lo contrario, me iré. Has estado perdiendo el tiempo demasiadas veces.
—¿Cómo se conocieron?
Venti hizo un gesto de desinterés con la boca, sabía que sus expectativas bajaron al instante.
—¿Por qué te interesa saber eso? Podrías preguntarme quién asesino al primer Rey, por qué me escabullí el día de tu boda, incluso... Ah, es inútil —el príncipe estaba a punto de levantarse para irse, sus rodillas se flexionaron y Aether supo que debía actuar.
—Si él era un simple caballero, ¿Cómo podría saber las salidas secretas del castillo cuando son exclusivas para la realeza? ¿Cómo se hizo cercano a uno de los príncipes si no es alguien importante en esta historia?
Venti se detuvo, quieto y sin mover un solo músculo.
—Lo de la salida por la que huyeron aquel día, él te explicó que era una puerta para...
—Nunca explicó por qué la conocía, él estaba en el lugar correcto en el momento correcto.
Podía recordar aquel día a la perfección, cuando le invitó a irse con él, y Aether nunca cuestionó sus intenciones más allá de las que le explicó. Si el Rey decía la verdad, era el príncipe o Xiao quien buscaba engañarle, burlarse.
—Lo conocí cuando éramos jóvenes en el campo de entrenamiento, blandimos nuestras espadas juntos. Me impresionó su fuerza, si lograron atraparlo aquel día que los trajeron a ambos de regreso por orden de Kazuha, puedo jurar que él se entregó por voluntad propia.
—¿Por qué haría tal cosa?
El brillo en los ojos del príncipe revivió con la pregunta, se puso cómodo de nuevo, esta vez de una forma en la que pudiera verle claramente.
—No lo sé, no estoy dentro de su mente, pero puedo hacer unas cuantas especulaciones al respecto —las manos de Aether arrancaron pasto por la ansiedad mientras escuchaba—, podría ser porque no quería provocar una pelea, para que no salieras lastimado, para evitar que el Rey lo matara o, tal vez, se arrepintió tenerte a su lado.
—¿Qué le estás diciendo? —el alfa apareció en el camino, con la mirada furiosa dirigida hacia Venti al escucharle hablar acusaciones contra él.
—Lo que quiere saber. Es culpa tuya.
Las feromonas de enfado le llegaron rápidamente, era apenas un rastro diminuto de algo que seguramente Xiao no podía contener en su totalidad.
—Mi culpa —susurró repitiendo—. Vámonos, Aether.
Aether miro de Venti hacia Xiao y luego de Xiao hacia Venti, la decisión era fácil.
—Por supuesto —dijo y fue hacia su alfa, quien lo recibió tomándole por la cintura. Una señal de reclamación.
El príncipe no dijo nada, tampoco objetó, en su lugar volvió a recostarse sobre la gruesa corteza y dejó que el viento continuara despeinando su cabello.
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Un Compañero Para El Rey || Xiaether (EN EDICIÓN)
FanfictionSer repudiado solo por ser omega era algo a lo que Aether estaba acostumbrado, el desprecio y los prejuicios. Hasta que llegó el día de contraer matrimonio con un Rey totalmente desconocido para él. ⋅•⋅⊰∙∘☽༓☾∘∙⊱⋅•⋅ ˏˋ°•*⁀➷ 𝓔𝔁𝓽𝓮𝓷𝓬𝓲𝓸𝓷: 28 Cap...