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El día estaba comenzando a cesar, el sol comenzaba a esconderse. Me sentía algo cansada, el camino había sido largo. Había salido junto con Daryl a buscar suministros y se nos había hecho tarde. No quería pasar la noche fuera de Alexandría, así que regresamos pronto en ese mismo día.

— ¿Así que dirías que no? -pregunté juguetonamente. Jugábamos tranquilamente para amenizar la caminata. Daryl negó con la cabeza.

—Preferiría quemarme la mano a verte en esa situación.

—De acuerdo... tu turno. -murmuré mirándolo mientras me acomodaba mejor la mochila. Daryl pensó durante unos segundos.

— ¿Qué prefieres... cortarte un dedo o un pie?

—Creo que no eres bueno para estas cosas, Daryl... -reí suavemente y él me miró frunciendo los labios.

— ¿Para qué soy bueno según tú? -preguntó y no pude evitar morder mi labio.

—Pues... -me giré hacia él y me acerqué un poco más. – para muchas cosas...

Pude sentir como Daryl se tensaba. Siempre cuando actuaba así era la misma reacción, y para ser sincera me encantaba. Me encantaba que se pusiera rígido y notar como se emocionaba ahí abajo...

—No empieces... -susurró mientras sentía como lo envolvía con mis brazos y le besaba suavemente su cuello. Daryl cerró los ojos lentamente. Bajé mi mano hacia su miembro que ya era notable, el bulto comenzaba a ser grande debido a que le masajeaba suavemente. Escuché sus suspiros.

Besé sus finos labios y sentí su mano en mi cuello, ambos profundamente conectados mediante el acto. De pronto, inesperadamente, Daryl se posicionó detrás y no pude decirle algo, de pronto sentí sus labios en mi cuello.

—Seré bueno.

Susurró y escuché como su cinturón se abría y como posicionaba sus manos en mi cuerpo para despojarme de mi ropa.

Daryl Dixon - One Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora