← Miedo a perderte →

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Rick se encontraba pensativo tratando de idear un plan para salir de la prisión y hacer unas rondas para asegurar que no hubiera caminantes cerca, así como limpiar la zona si así fuera

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Rick se encontraba pensativo tratando de idear un plan para salir de la prisión y hacer unas rondas para asegurar que no hubiera caminantes cerca, así como limpiar la zona si así fuera. En el comedor estaban también Michonne, Glenn, Maggie, Daryl, Tyreese, Sasha y Carol. Todos se encontraban dando lluvias de ideas acerca de a que zonas ir esta vez, por lo que se formaron pronto las parejas. Daryl estaba junto a Michonne, algo que no le disgustaba al hombre, pero pronto la chica habló.

— ¿Hay problema si voy yo con Daryl? -todos la miraron inmediatamente. —Está enseñándome a cazar para pronto salir por mi misma a hacerlo... no sé si haya algún problema.

La chica lo dijo como si fuera algo que no le causara un torbellino por dentro. Quería parecer lo más tranquila posible.

—No hay problema, iré con Carol. -comentó Michonne mientras veía a la mencionada. Esta miraba a Daryl con curiosa, se cuestionó muchas cosas a la vez, por lo que Carol hizo que Daryl se pusiera algo nervioso. Pronto el hombre mordisqueó la uña de su pulgar mostrando nerviosismo y pronto toda duda se disipó dentro de Carol.

—Muy bien, nos vamos mañana a primera hora. -Rick asintió para despedirse por aquella noche y todos los presentes se fueron a descansar.

La noche llegó a su fin y pronto todos se alistaron para salir después de una indicación de Rick. Todos se fueron con su respectiva pareja de apoyo y partieron hacia diferentes rumbos. Daryl y la chica no habían hablado para nada, incluso desde que se vieron en la mañana. Daryl lideraba el camino y después de una hora de caminar sin parar, pronto Daryl se detuvo.

— ¿Por qué decidiste cambiar de pareja? -preguntó encarando a la chica y pronto situándose cerca de ella. Ella acortó un poco más la distancia.

—Creo que es obvio.

Daryl la miró desafiante y pronto la tomó del cuello, sus labios pronto tocaron los de la chica. Fue un beso largo y con una necesidad superior a cualquier cosa, incluso del hambre. Daryl había deseado ese beso desde la última vez que habían estado juntos. Por su parte, ella soñaba por estar con Daryl una vez más después de tantas. Pasó sus dedos por el cabello largo del hombre mientras él iba directo hacia su cuello para succionar y besar aquella parte que la volvía loca. Gimió bajo mientras el hombre pasaba sus manos por el cuerpo de la mujer.

—Basta... -susurró la chica. Daryl no paró. —Daryl...

— ¿Qué pasa? -preguntó mientras seguía bajando por su cuello, siguiendo con aquellos pequeños besos.

—Ya no puedo seguir en secreto.

La chica soltó de pronto logrando que Daryl retrocediera. La miró fijamente unos segundos y pronto se giró dándole la espalda. Las ganas de llorar invadieron a la chica al notar su indiferencia, más se aguantó.

— Es que tú... ¿te avergüenzas de mí?

Daryl se giró a mirarla con sorpresa, no podía creer lo que la joven pensaba. ¿Cómo se le podría ocurrir algo así? Incluso Daryl estaba sorprendido de que tuviera la dicha de poder disfrutar de la compañía de ella. Jamás sería digno de estar con ella, su inseguridad siempre aumentaba.

— ¿Cómo puedes creer eso? -le preguntó con algo de molestia en su tono. La chica frunció el ceño.

—Pues no lo sé... ¿por qué no puedes estar conmigo libremente? ¡Eso es lo que quiero!

Daryl se quedó en silencio después de ver como la chica estaba, aquella actitud le había sorprendido. No se imaginaba cuanto ella buscaba estar con él, por lo cual le sorprendió.

—Tengo... tengo miedo. -Daryl susurró con temor, provocando que la chica se le estrujara el corazón.

— ¿De qué? -preguntó mientras se acercaba a un Daryl que evitaba a toda costa mirarla ahora.

—De perderte... -susurró casi inaudible. Ella suspiró y se posicionó frente a él. Tomó su rostro con sus manos y lo miró fijamente a los ojos.

—Jamás me perderás, Daryl, nunca.

La chica lo besó con delicadez, un beso tierno a comparación del último que se habían dado. Daryl la miró con aquellos ojos llenos de amor. Sentía tanta paz cuando estaba con ella, la única que podía hacer que se sintiera mejor con él mismo, la única que tendría su corazón antes y aún en este mundo.

—De acuerdo, "hagámoslo oficial".

Sabía perfectamente que Daryl jamás la tocaría como ahora con el resto del grupo viendo, pero al menos todos sabrían ella era de él y él de ella. Sonrío y Daryl la levantó besándola apasionadamente. Daryl era de aquellos tipos fríos, rudos y a veces grosero, pero siempre tenía ese lado tierno y amoroso que sólo ella conocía; y aquello le encantaba. 

Daryl Dixon - One Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora