← Esperando por ti →

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El día se sentía gris y aburrido

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El día se sentía gris y aburrido. La espera por Daryl se le había hecho eterna, tenía 4 días que no había vuelto a Alexandría y esto le provocaba una preocupación enorme. Ya había pensado en ir a buscarlo, Daryl ya le había dicho a donde irían, no sabía con exactitud, pero se daría una idea. Aunque, algo la detenía. Daryl le había pedido que no lo siguiera, que él regresaría con vida siempre. Le prometió que volvería a su lado como siempre, no quería que ella se arriesgara y que los dos estuvieran en problemas. Suspiró. Decidió que esperaría un día más y si no volvía hoy, iría mañana a buscarlo. Confiaba en él y en los demás. Sabía que Daryl llegaría hoy sin malas noticias.

Decidió meterse a bañar para disipar aquellos pensamientos de preocupación, además de quitarse el sudor y sangre que tenía en el cuerpo. Había pasado toda la tarde matando a algunos caminantes que querían entrar. El agua tibia caía por su cuerpo mientras su mente divagaba en Daryl.

Se colocó una de las playeras grandes y oscuras que eran de su hombre, como estaba dentro de la casa que compartían solo él y ella no había problema el como vistiera, además, ya era tarde. Había cenado junto a perro hace un rato y ahora estaba en el sofá. Perro se sentó a su lado mientras ella leía un libro, todo esto con el fin de mantener su mente ocupada, si no lo hacía ya se hubiera fugado para encontrarlo. Acarició a perro y éste se recostó con calma. Ambos lo extrañaban.

Escuchó unas pisadas fuertes y pronto se asustó. Se puso en guardia y se acercó hacia la puerta. Lentamente, alguien abrió la puerta y se asombró al ver la silueta de su hombre. Lo miró sorprendida y rápidamente se abalanzó sobre él. Daryl la abrazó con amor, había extrañado aquellas muestras de cariño, la había extrañado a ella.

—Creí que estarías dormida. -dijo mientras se alejaba un poco de ella para ver su rostro. Ella negó.

— ¿Cómo podría dormir si tu estabas afuera y sin dar señales de vida? -le pegó con su puño ligeramente en el pecho. Para Daryl eso no era nada por lo que sonrió.

—Te dije que regresaría.

La miró con aquella mirada que ella ya conocía. Esta noche definitivamente no dormiría. Tocó la mejilla de la chica y ella sonrió dulcemente. Aquel gesto cambió algo en Daryl. Abandonó su mejilla y notó que la había manchado un poco.

—Perdón. -le dijo mientras veía su mejilla sucia. Ella simplemente sonrió. Él la miró de pies a cabeza con una mirada llena de deseo. —Te ves muy bien.

—Creo que es hora de bañarte, Dixon.

Daryl se tapó la cara con ligera vergüenza y pronto ya se encontraba tomado de la mano de la chica. 

Daryl Dixon - One Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora