Decir que es un miércoles normal en Ecomoda, es como decir que Menudos va a volver a reunirse... Que es falso, pero se entiende la idea de que ningún día es tranquilo allí, o simplemente es una mala referencia usada aquí. La cosa es que, Sandra y Bertha, se mantenían pendientes de las nuevas modelos que llegaron bajo recomendación de Marcela, unas muy guapas, a las cuales les harían una sesión de fotos para un catálogo. Estas eran atendidas por Hugo, mientras la gerente decidía si hacía acto de presencia.
Mientras tanto, en el área de presidencia, Patricia intentaba no asesinar con la mirada a Aura María, que no dejaba de hacerle ojitos a Mario, quien había llegado de Venezuela junto a una posible inversora, Alejandra Zingg. La rubia en cuestión, solo torcía la boca y bufaba con el descaro de la otra, «No será más arrastrada, la arrastrada», pensaba a la vez que hacía como si leyera los documentos que tenía al revés en sus manos.
En presidencia, Betty recién se había reunido con Doña Alejandra, honestamente estaba convencida en aliarse con ella pero quería la opinión de Marcela antes de tomar una decisión, el problema, es que esta aun no llegaba a la oficina por andar de irresponsable, y encima, ahora esas modelos muy amigas de ella que salieron de la nada. Soltó un suspiro ante el recuerdo de lo sucedido la noche anterior, definitivamente no podía negarse más a sus sentimientos por la caprichosa mujer de los Valencia, es que era tan... Tan ella, y no ayudaba el hecho de que resultó una romántica empedernida., aún guardaba frescamente en su memoria todas las palabras tan divinas que le había dicho con tanta pasión.
Ya le había perdonado hasta la manera de mirar, pero no quería hacerle las cosas fáciles, por lo menos por un tiempo hasta que las cosas entre ellas se hayan acomodado, deben conocerse más y no solo sumirse a la intensidad de sus emociones, cosa que el lado pasional de Betty no entendía. Aún no podía olvidar el muslo de Marcela entre sus piernas...
—¡Betty! ¡Betty! —irrumpieron Bertha y Sandra en la oficina, detrás venía Aura María algo molesta.
—Ay Betty disculpe, ya sabe cómo son estas que no entienden que deben preguntar si usted puede recibirlas —las fulminó con la mirada la joven.
—Ay oiga, no lo haría si no valiera la pena —respondió Bertha—. ¿No ven que la Mosca Tse-Tse vino a Ecomoda? —dijo burlona.
Sandra rompe a reírse, mientras que Betty y Aura María no entienden a qué se debe el comentario o la risa de estas dos.
—Es que con esas pintas que vino la niña, ¿Cómo no quiere que nos burlemos? —comentó Sandra—. Y es que encima viene toda de negro.
—¿De quién hablan? —pregunta confundida Betty.
—Ah pues, ¿de quién más?. De Doña Marcela por supuesto —responde Bertha y suelta una pequeña risa—. Se desaparece dos días y ahora llega pareciéndose al hombre ese de la película rara donde esquivan balas como si jugaran al limbo.
—¿Qué película es esa mujer? —preguntó Aura completamente confundida con el ejemplo.
—Yo que sé. Es una que le gusta a mi marido, la fuimos a ver el año pasado al cine y lo único que comenta es de lo buena que está.
—¿Pero quién baila el limbo mientras esquiva balas? —ahora comentó Sandra.
—Chicas —interrumpe Betty con su risa peculiar—. La película se llama Matrix y no esquivan balas bailando el limbo. El solo las esquiva de esa forma.
—Yo solo di el ejemplo —se defendió Bertha—. A lo que quiero llegar, es que Doña Marcela trae una combinación rara entre La Mosca y el hombre ese de Metris.
Beatriz trataba de crearse una imagen de la gerente según los detalles que le ofrecían sus amigas, pero resultaba demasiado distópico imaginársela de esa forma tan fuera de su usual estilo. Aunque, si llevaba una gabardina, ropa muy ajustada, botas, todo en negro... No podía dejar de pensar en muchas cosas nada inocentes.
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Diabla [Marcetty Fic]
Fanfiction"Ella parece el diablo cada vez que me mira. Yo solo la condenada a vivir siempre en su mentira..." Que pasaría si, Marcela de tanto ir detrás de Betty para saber de la amante de su prometido, acabaría despertando sentimientos inexplicables, y que e...