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Se abrazaron un buen rato después de eso. Era extraño, no hubieron declaraciones, solo una sonrisa por parte de ambos.

—Gracias, Taeyong.— Repitió, con una sonrisa que nadie se la podía quitar. Fue inesperado, en el trabajo únicamente Eunbi le deseó un feliz cumpleaños con un pequeño dulce, no hubieron llamadas por parte de su familia ni mucho menos visitas. Pero ahora nada importaba con el chico que alegraba sus días de solo verlo junto a él, y ese vientre tan adorable que parecía que se estuviese encariñando con el bebé a meses por nacer.

Siguió a Taeyong a la cocina con el pastel en sus manos, el Omega partió el pastel y lo probaron, no estaba para nada malo, Taeyong era el más sorprendido, puesto a que no era muy bueno en la cocina.

—Señor Jeong-

—Jaehyun, sólo Jaehyun.

—No podría hacer eso, u-usted es mi jefe y... no lo sé, los demás podrían decir algo.

—Si te sientes cómodo diciéndome así, está bien. Pero no puedo evitar querer abrazarte en cualquier momento y que me dejes cortejarte.

Taeyong estaba estático, las palabras punzaron en su cabeza, ¿Cortejarlo? Estaba embarazado, Jaehyun no podía simplemente hacerse cargo de su bebé, ¡¿Qué diría la prensa?!, era sólo un Omega abandonado por el padre de su cachorro, y Jaehyun ya había hecho mucho por él.

Pero cuando lo vio, con sus ojos de cachorro observándolo esperando el 'sí' por respuesta, lo hizo olvidarse de todos los problemas. En este momento la prioridad eran ellos, no fue como en las películas, no todo era perfecto y no conocía perfectamente a Jaehyun, pero a pesar de eso sabía que Jaehyun jamás le haría daño, que lo protegería de todo y de todos, y lo que sentía por él no se comparaba con nada. El dinero que este tenía era sinceramente lo que menos le importaba, pero era una persona tan bonita, tan preocupada, que todo lo demás pasaba a segundo plano. Jaehyun es la definición literal de perfecto, y no podía esperar a tener su mordida en su cuello.

—Taeyong, disculpa mi atrevimiento-

Taeyong lo interrumpió con una sonrisa antes de abrazarlo y esconderse en el espacio entre su hombro y su cuello, dando el 'sí'.

Jaehyun sonrió. —Aún debo conocerte mucho más, pero estoy muy seguro de lo que quiero. Y estoy dispuesto a estudiar cada parte de ti para que estés lo más feliz y cómodo posible.

El Omega tenía sus ojos cristalizados, lo miró antes de juntar sus labios en un tierno y corto beso.

Al día siguiente, Jaehyun despertó sintiendo un leve aroma a quemado, y se paró corriendo a la cocina con el susto de un incendio.

Y pues no. Sonrió con ternura al ver a Taeyong, con un delantal, cocinando algo fuera de lo de siempre, o al menos intentándolo.

—Taeyong.— Habló Jaehyun.

Taeyong se volteó, y jugó con sus mangas avergonzado, --Buenos días, señor Jeong.

—Jaehyun.— Corrigió.

—Jaehyun... soy un desastre, apenas logro cocinarle el desayuno, pero no puedo cocinar cosas muy elaboradas.— Suspiró.

—Bien, te enseñaré.— Le arrebató un pimentón de las manos y con un cuchillo comenzó a cortarlo en cubitos rápidamente. —En la cocina no puedes tener miedo, debes dejar que todo fluya. Ven.— Lo tomó de la muñeca acercándolo, Taeyong estaba perplejo, no tenía idea absoluta de que Jaehyun sabía cocinar.

Jaehyun posó a Taeyong delante de él y puso el pimentón en una de sus manos, mientras que con la otra sostuvo su muñeca para enseñarle a cortar.

—Realmente eres perfecto.— Taeyong murmuró antes de acurrucarse espalda contra espalda.

Jaehyun rió. —Si fuese perfecto te hubiese invitado a una cita.

—Bien, yo te invito. Pero primero debo ir al hospital.

—¿Te sientes bien?— Lo volteó. Pasó su semblante divertido a uno preocupado. —Vamos al hospital, yo-

—Tengo control de mi bebé.

Jaehyun tragó duro cuando lo vio llevar sus manos a su vientre, ¿Cómo alguien podía ser tan malditamente adorable?

—Bien, te acompañaré.— Sonrió levemente. Podría ser algo tímido y frío, pero, ¡Vamos!, ya había besado a Taeyong, ¿Era necesario ocultar que se transformaba en un chico feliz cuando estaba en confianza?

Taeyong rió, asintió

-

Ya en el hospital, esperaban a ser atendidos, Jaehyun suspiró cuando vio el hospital público en el que Taeyong se atendía. Niños llorando con enfermedades, una recepcionista algo cruel con los ancianos y jóvenes, Taeyong agradeció haber tenido a Jaehyun como respaldo.

—Lee Taeyong, sala veintitrés.— Llamaron del citófono.

—Uh, señor Jeong.— Bajó la mirada. —Yo...

Jaehyun se puso de pie y tomó su mano. —Vamos.— Le sonrió en busca de hacerlo sentir cómodo.

La doctora Park los recibió con una sonrisa, una Alfa de treinta y dos años, que, a los ojos de Jaehyun, miraba a Taeyong de una manera...peculiar.

—Bien, Taeyong, puedes recostarte.

Cuando tocó el vientre de Taeyong, Jaehyun sintió la sangre comenzar a calentarse, su ceño fruncido lo delató, pues Jaehyun lo observó algo preocupado.

—Señor Jeong, ¿Está bien?

—Sí, no te preocupes.— Acarició su muñeca, con su mirada fija en la pancita. Pero Taeyong olfateó y se sorprendió de otra cosa.

Jaehyun soltaba feromonas protectoras de papá. Jaehyun sentía que amenazaban a su cachorro.

Bebé [Jaeyong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora