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Taeyong tomó los resultados y caminó al auto el silencio con la mirada gacha, llegaron a casa y se adentró en su habitación, no sin antes hacer una reverencia en señal de respeto.

Pasaron días en un incómodo silencio, y el día domingo, Jaehyun llegó a su cuarto y se acostó después de asearse, suspiró; ninguno de los dos podía dormir.

Jaehyun no perdería el tiempo, se levantó y caminó fuera de la habitación y por el pasillo llegó a la habitación de Lee.

Tocó la puerta y se encontró con Lee, observando la carpeta de resultados cerrada en sus manos.

-¿Necesita algo, Señor Jeong?- Jaehyun negó, se acercó y sintió la calidez del Omega.

-¿Qué ocurre, Taeyong?

-No pasa nada.- Dio una falsa sonrisa leve.

-Sé que no estás bien.- Se sentó a su lado y tomó su mano.

-Es solo que...tengo miedo, señor Jeong.

-¿Miedo de qué?

Taeyong no quiso hacer las cosas más difíciles y decidió decir la verdad.

-Sentí su aroma, sus feromonas, solo...- Miró a otra parte. -Creé un lazo sin darme cuenta.- Un nudo se formó en su garganta.

-¿Lazo?

-Sus feromonas son las que emana un padre, señor Jeong.- Comenzó a llorar. -Yo no sé si usted quiere ser papá, y no quiero que me odie por mi error.

Jaehyun estaba en completo shock, ¿Lazo? Pasaron unos segundos antes de que entendiera, comprendió todas las veces que ardía en rabia cuando alguien se acercaba o tocaba el vientre de Taeyong. Su lobo creó un lazo con el cachorro. Pero aún así, no sabía por qué se sentía tan bien aquel lazo paternal.

-Yo-- Jaehyun lo interrumpió atrayéndolo a su cuerpo.

-Taeyong, no te debes culpar de todo.

-Pero, yo...

-Y tampoco me molesta. Si viene de ti, no me molesta.- Sonrió levemente acunando a Taeyong en su cuello. -Podrá ser muy pronto, y algo loco, pero estaré contigo hasta que me expulses de tu vida.- Asintió.

Taeyong sintió las lágrimas rodar por su rostro, lo miró, y asintió. -Gracias, señor Jeong

-¿Qué dijimos sobre eso?

-Gracias, Jaehyun.- Rió.

Taeyong terminó recostado en el hombro de Jaehyun, con un sonrojo en sus adorables mejillas.

Jaehyun hacía cariños en sus cabellos azabaches cuando sintió un murmullo de Taeyong entre sueños.

-¿Qué ocurre?

-No deja de moverse.- Se quejó del bebé en su vientre, tan inquieto al sentir a su denominado padre cerca.

Jaehyun tuvo una idea. Dejó a Lee a un lado, y corrió a la biblioteca, sacó el cuento infantil que su madre leía para él cuando era un niño, regresó a la habitación con una sonrisa esperando que funcionara.

Y así terminó leyéndole un cuento al pequeño cachorro que crecía dentro del vientre de Taeyong, a la vez soltando feromonas protectoras. Al parecer funcionó, pues el semblante molesto de Taeyong cambió a uno relajado.

-Fin.- Jaehyun cerró el libro y suspiró.

Se quedó observando a Taeyong un buen rato, hasta que con tentación, mordió su labio y miró la pequeña pancita, ¿Debería hacerlo?

Sus preguntas callaron cuando en un dos por tres, dejó un suave beso en la superficie.

Definitivamente, no le molestaba aquel lazo, mientras fuera con Taeyong, lo que sea.

Bebé [Jaeyong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora