Taeyong despierta lleno de energías, se levanta y se viste con su ropa común, como Jaehyun le dijo, su uniformidad sería necesaria sólo y únicamente cuando sea requerida.
Unos jeans y un saco de lana celeste pastel, levantó su ropa al espejo, y vio su vientre de cuatro meses sobresalir de su delgado cuerpo.
Bajó las escaleras camino a la cocina, hoy debería cocinar el desayuno del señor Jeong, se extrañó de que no haya un chef en el hogar con la cantidad de dinero que el grupo Jeong tenía.
Nadie se había levantado, pero comenzó a cocinar algo simple. En una bandeja dejó todo, y se acercó a la mesa principal. Ordenó todo y se marchó.
Continuó limpiando, y una hora después, al volver, el desayuno seguía ahí, frío y no era apetecible, el ceño de Jaehyun se frunció. Tuvo que tirar todo a la basura.
—Oh, Taeyong, veo que cocinaste para el joven Jeong.— Apareció la anciana. —Él nunca come, antes cocinábamos su desayuno siempre, pero quedaba abandonado y debíamos echarlo a la basura.
Taeyong frunció el ceño, extrañado. Buscaría la manera de que el señor Jeong coma.
Al día siguiente preparó otra cosa, y dejó una nota con un "Tomar desayuno es importante". Y vio cómo arrugaba la hoja y la tiraba, ¡Sin siquiera leerla!, antes de marcharse. Dos, tres y cuatro intentos más, y no lo logró.
Este sería su último intento, cocinó lo más delicioso y apetitoso que pudo. Dejó una nota con un: "Señor Jeong, por favor aliméntese, deje de lado su complejo de melindroso y preocúpese por su salud".
—¿Será muy cursi?— Sus pensamientos fueron callados cuando escuchó que la puerta de la habitación de Jaehyun se abría, corrió a esconderse tras la puerta de la cocina.
Bajó y observó el desayuno puesto una vez más, estaba a punto de tomar y arrugar la nota, hasta que vio el mensaje.
Reconoció la caligrafía de Taeyong, por lo que, sintiéndose regañado, tomó asiento y comenzó a comer, y se sorprendió de lo delicioso que había quedado. No se había dado cuenta de cuánta hambre podía tener y dejaba de lado su cuerpo por hacer un par de ceros más al día en su cuenta bancaria. No era una comida compleja ni mucho menos fuera del alcance de Jaehyun, quien podría perfectamente cocinar algo delicioso en cuestión de minutos.
Terminó de comer, y se retiró con rapidez, las empleadas observaban la situación boquiabiertas, mientras que Taeyong retiraba los platos orgulloso de sí mismo.
Pasó un mes y Jaehyun no había tenido contacto absoluto con Taeyong. Su interior se carcomía por saber cómo Taeyong estaba. Mientras que Taeyong, más feliz que nunca vivía su embarazo, si bien se sentía solo, sabía que en casa de Jaehyun estaba seguro. Con su vientre de poco más de cinco meses afectando su físico.
Ahora Jaehyun estaba en su oficina dentro de su hogar, Taeyong pasaba con el peso de un carro con libros, haciendo fuerza. Se sorprendió al ver que a su lado el señor Jeong apareció para ayudarlo.
—Taeyong, te dije que no te sobrecargaras.
—P-Pero, señor...Noona y la tía están de vacaciones.— Bajó la voz. Hace dos días Taeyong y Jaehyun se habían quedado solos en casa, por dos meses.
—A los siete meses dejarás de trabajar.— Recordó el acuerdo que habían hecho.
Taeyong se sonrojó apenado y Jaehyun lo adelantó llevando aquel carro a la biblioteca del hogar. Lo siguió poco después.
—Gracias.— Hizo una inclinación.
Jaehyun no podía evitar sonreír levemente cuando veía a Taeyong, su pancita sobresalía cada día más de su abdomen delgado.
Jaehyun estaba por retirarse cuando al voltear, notó que Taeyong subía a una silla para guardar unos libros,
—¡Espera!— Jaehyun lo detuvo. —Yo lo hago, no te fuerces.
Taeyong se sorprendió, ¿Acaso su jefe se estaba preocupando por él? Jaehyun subió a la silla y comenzó a guardar los libros.
Taeyong se quedó admirando al mayor, era fuerte, sus brazos y su ancho pecho lo eran, además de su elegante y moreno rostro.
—Señor Jeong, ¿Nunca pensó en ser modelo?— Preguntó.
—¿Qué?— Volteó.
Taeyong maldijo, no planeaba decir eso, solamente lo dijo. Sonrió avergonzado antes de salir corriendo.
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Bebé [Jaeyong]
FanfictionJeong Jaehyun es el CEO y co-dueño de una proclamada y poderosa empresa, tiene todo lo que podría cualquiera querer en este mundo, menos la compañía de una pareja. Y se ve cautivada ante el Omega encargado de limpieza del piso número catorce, quién...