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Ocho meses y a Taeyong le costaba ponerse de pie, Jaehyun tenía que ayudarlo a bajar las escaleras y anudar los cordones de sus zapatos ya que Taeyong no alcanzaba gracias a su enorme panza.

Taeyong tenía las mejillas poco más rellenitas, era cada vez más mimoso y Jaehyun estaba simplemente encantado.

Pero no todo era color de rosa, tenía los pies hinchados, estrías casi invisibles -que para Taeyong no lo eran-, un malhumor y una pequeña niña que lo trataba como su saco de boxeo. Si bien tenían pequeñas discusiones, nunca llegaron a los gritos, siempre hubo comunicación en su relación.

Y para qué decir algo, si Jaehyun era el hombre más perfecto del mundo. Lo amaba, en cuestión de meses había sentido el verdadero amor, y sinceramente, estaba más que feliz. Era agradable despertar a diario con unas manos paseándose por su vientre, para posteriormente sentir besos en su rostro, pero no podía evitar despertar con el ceño fruncido y un mal humor por interrumpir su sueño, pero sinceramente, le encantaba.

Claro, ¿A quién no le gustaría despertar con semejante hombre besando su rostro y acariciando su vientre?

Sus pequeñas discusiones constaban de Taeyong quejándose de su cuerpo, Jaehyun recalcándole que era hermoso, y simplemente Taeyong se iba con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

Pero el enojo no le duraba mucho, pues volvía a exigir cariños en cuestión de minutos.

—¡Jaehyun!— Llamó Lee desde la habitación. Jaehyun apareció con la respiración agitada en cuestión de segundos.

—¡¿Qué ocurre?! ¿Viene el bebé?— Asustado preguntó. El Omega sonrió ante la ternura de su novio, tenían todo listo en caso que el cachorro se adelantara.

—Claro que no, amor, solo... no te veía hace un buen rato y... ya sabes, tenemos hambre.— Miró hacia otro lado.

Jaehyun sonrió. —Les prepararé algo de comer enseguida.

—Jae.— Lo detuvo. —Ven.

Jaehyun obedeció sentándose a su lado. —¿Por qué tienes tanto miedo?

—En las clases de parto el maestro dijo que debíamos ser rápidos o el bebé al cumplir las horas estarían en peligro tanto tú como el bebé.

—Ven aquí.— Llamó a que se recostara en su pecho.

El Alfa automáticamente hundió su cabeza en el pecho del Omega, a la vez acariciaba el vientre.

—Deberías dejar de asustarte tanto por eso.— Acarició sus cabellos. —El cachorro estará bien, estaremos bien los tres.

—Parezco un idiota.— Jaehyun lo abrazó.

—Eres adorable.— Tomó su rostro en busca de que lo mirara. —Ahora, dejémonos de cursilerías, tenemos hambre.— Frunció el ceño, ahí estaba de nuevo, malhumorado.

Jaehyun bufó antes de ponerse de pie, y Taeyong lo siguió feliz a la cocina.

Ahora dormían en un dormitorio en el primer piso, Jaehyun quería evitar a toda costa que Taeyong y el bebé se pusieran en riesgo.

Jaehyun comenzó a cocinar, y en cuestión de media hora tenía a Taeyong comiendo feliz.

Ambos están enamorados, y quien quisiera interponerse se las vería con Jeong Jaehyun, y conmigo, de paso.

Bebé [Jaeyong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora