Estuvieron un rato abrazados, en silencio. Pero no un silencio incómodo, no, uno de esos que quieres que dure para siempre.
- ¿Quién era ese tío?- preguntó Juanjo.
- No sé, no lo conozco.- contestó Martin. Tampoco conocía a Juanjo de mucho, y no quería abrir las puertas del pasado que creía haber cerrado con candado.
- Ya. - contestó Juanjo.- bueno, me voy a poner el pijama que con todo este lío no me ha dado tiempo.- Juanjo se separo de Martin, y salió por la puerta.Martin se quedó sentado, pensando en lo que acababa de pasar, asimilándolo. ¿Cómo lo había encontrado ahí? Ya no estaba seguro ni viviendo a tan larga distancia de su casa. No estaba seguro, no se sentía seguro. Llamaron a la puerta y se abrió.
- Oye Martin, que... si necesitas algo, me lo puedes pedir. Ya sé que no soy la persona más cercana, ni la más cariñosa, pero estoy ahí si me necesitas.- a Martin se le dibujo una pequeña sonrisa en la cara, pero al estar de espaldas no le veía.
- Gracias JJ.- le puso ese apodo a Juanjo, y al girarse también lo vió con una sonrisa pequeña, así que no pensó que le molestara.- ¿Nos vemos ahora en el cine?
- Ehh, sí, yo ya me iba.- Juanjo cerró la puerta y entró a su habitación.Martin se cambió también al pijama, y fué a la cocina para ver si tenian palomitas. ¡Bingo! Sí que había. Empezó a calentar las bolsas en el microondas, y metió las palomitas en cubos. Los demás al oler ese maravilloso manjar se acercaron a la cocina impacientes, y cogieron cada uno un bowl con palomitas. Se dirigieron todos al cine y se pusieron a escoger una película.
- ¿Por qué no vemos ''El rey león''? Es una clásica pero muy buena.- propuso Álvaro.
- Noo, esa es muy infantil, ¿vemos una de miedo?- Ruslana era la más pequeña, 18 años, pero se veía que era madura, y que su diferencia de edad no iba a ser un problema.
- No de miedo no, una de amor, por ejemplo ''Dirty Dancing''.- Dijo la inglesa con su acento impecable.
- Por favor esa es muy melosa, y seguro que la hemos visto todos.- Dijo Juanjo- una más entretenida, como ¿''Jumanji''?
- No tío, alguien puede proponer una que sea buena, todas las que estáis diciendo son un peñazo.- se quejó Bea.Martin estaba en medio de esa discusión, le divertía que cada uno de sus compañeros fuera tan diferente y que se pelearan por una simple peli. A Martin no le importaba que película ver. El se sentó en el sofá de la derecha, en la esquina pegada a la ventana, seguido se sentó Juanjo a su lado, y Ruslana en el otro lado del sofá. En el otro sofá se sentó el resto, pero esto no les impidió seguir peleando.
- ¿Y si vemos ''A dos metros de tí''? Es muy bonita.- todos se quedaron perplejos al ver que Martin habló con la voz un poco elevada. Todos asintieron ya que no se les ocurria una opción mejor, y la pusieron.
El final de la película llegaba, y Bea ya había llorado unas cuatro veces. El final trágico pero muy bonito. A todos se les cayeron un par de lágrimas, incluso al bloque de hielo que era Juanjo. Martin fué a agarrarle la mano para darle apoyo, pero este la quitó en cuanto notó el roce de su compañeró. Martin se sorprendió ante el gesto, pero no le dió importancia. Cuando la peli acabó todos cogieron los bowls de palomitas donde no quedaban ni los maices, y los llevaron a la cocina. Se desearon las buenas noches, y cada uno se fué a su habitacíon. Ya era tarde, casi medianoche. Aunque al día siguiente no tuvieran que madrugar porque sería domingo, todos estaban reventados del viaje, y no les costó dormirse.
A mitad de la noche, Martin se despertó a por un vaso de agua. Fué a la cocina, bebió agua, fregó el vaso y se fué a su habitación. Por el camino, escucho algo en la habitación de enfrente, un quejido, un llanto, algo parecido. Entró en la habitación de Juanjo casi sin tocar la puerta, y lo vió arrinconado en una esquina, llorando. Casi no lo podía ver, ya que estaba muy oscuro, pero la luz de la Luna lo ayudó a encontrarlo. Se acercó a el y se sentó en frente suyo, mirándolo preocupado.
- Oye, ¿estás bien?- era una pregunta bastante tonta de hacer, pero Martin no sabía como preguntárselo de otra forma.
- Sí, vete.- Juanjo le respondió, ariscamente. Ni siquiera lo miró. A Martin le dolió un poco esa contestación, pero siguió intentándolo.
- ¿Quieres hablar?- le susurró, con miedo a que le hiciera daño una vez más. Juanjo alzó la cabeza furioso, lleno de lágrimas.
- ¡Que te vayas te he dicho! ¿No entiendes eso vasquito?- Juanjo le chilló desgárrando su voz. Martin no quería seguir peleando, ni despertar a los demás, así que se levantó y fue a abrir la puerta para irse.
- No te vayas porfavor.- le susurró Juanjo con una voz casi inaudible. Martin a punto de abrir la puerta, se giró, agarró a Juanjo de la mano, y tiró de él para que se sentaran en la cama.Martin lo abrazó lo que pareció una eternidad. Él se quedó en la habitación T hasta que Juanjo se durmió entre sus brazos. Lo tapó con la sábana, y salió de la habitación, aún preocupado por el porque de que Juanjo estuviera llorando a las tres de la mañana. Le dió vueltas en su propia cama hasta que consiguió dormirse. Esa noche no tuvo sueños muy agradables, pero por suerte el día llegó pronto.
Eran las once de la mañana, y Martin se dió cuenta de que el desayuno lo cerrarían pronto, así que se vistió rápidamente con lo primero que vió, y tocó las puertas de sus compañeros, pero no estaba ninguno. Bajó las escaleras rápidamente, pero con cuidado de no caerse, y se sentó en la mesa dónde todos sus compañeros lo esperaban. Miró a Juanjo, que tenía unas ojeras como si fuera un mapache, y sintió pena al verlo tan cabizbajo. Se sentó en su sitió y empezó a desayunar su café con leche y unos croissants que les habian puesto para desayunar. Todos sus compañeros estaban muy charlatanes, pero ellos dos estaban especialmente callados. Terminaron rápidamente de desayunar, ya que el comedor cerraba a las once y media, y subieron todos juntos a su pasillo. No había mucho que hacer hoy, así que Martin fué a su habitación, igual que los otros 5, y decidió llamar a su familia que ya los echaba un poquito de menos. Mientras hablaba con sus padres y sus hermanos estaba distraido, no podía parar de pensar en Juanjo, y en el porque de que hubiera estado llorando a las tantas de la madrugada. Terminó de hablar con su familia y decidió ir a buscar a los otros para hacer algún plan.
- ¡Kiki!- llamó a la puerta de Chiara y esta le abrió.
- ¿Qué quieres Martin?- le dijo con una sonrisilla.
- Nada, venia para ver si querias hacer algún plan, que me aburro.- a Chiara le pareció estupendo, igual que a Bea, Álvaro y Ruslana que se unieron al plan sin planear.Sólo quedaba Juanjo. Martin estaba ansioso por entrar en su habitación ya que llevaba desde que se fué de su habitación preocupado. Entraron a su habitación pero estaba desierta, vacía. Todos se miraron confusos, ni siquiera sabían que se había marchado, así que esto fue una sorpresa. Bea decidió llamarlo un par de veces pero saltaba el contestador así que decidieron irse sin él a dar una vuelta y a conocerse mejor. Madrid era muy grande y ellos no pretendían recorrerselo entero, primero porque Bea y Álvaro ya era el segundo año que estaban allí al igual que Juanjo, y los otros tres tampoco tenían ganas de hacer una maratón de footing. Decidieron ir a un parque cerca de la universidad. Se sentaron en unos bancos, y hablaron de cosas triviales y poco importantes, como los colores favoritos de cada uno, si eran personas de perros o de gatos... Hablando se les fueron un par de horas, y decidieron volver a la universidad, ya que la comida se serviría pronto. Al llegar llamaron otra vez a la habitación de Juanjo, y la abrieron ya que no respondía y seguía igual de vacía. Martin, al igual que los demás claro, estaba muy preocupado, y él no sabía porque, si solo lo había conocido el día anterior y le preocupaba que estuviera mal como si fuese su hermano.
El día paso bastante rápido, y ya se notaban los nervios de que al día siguiente empezarían las clases. El grupo de amigos seguía sin saber nada de Juanjo, y ya casi era la hora de cenar. Martin decidió ponerse música y bailar. Cuando estaba estresado era lo único que le salía, así que lo dió todo en esos minutos que estuvo esperando a que el timbre de la cena sonara de una vez. Por fin sonó y los cinco bajaron a cenar. La cena tampoco fué muy entretenida, cada uno estaba pensando en sus cosas, en el caso de Martin solo una persona rondaba por su cabeza. Terminaron de cenar y subieron a la habitación, no había ni rastro de Juanjo. Decidieron ponerse una peli como el día anterior, para distraerse un poco. En medio de la peli, Martin tenía que ir al baño, se levantó y se dirigió a su habitación, pero se paró en seco cuando no se creía lo que veían sus ojos.
Tensión.
Holiss, aquí teneis el segundo capítulo del libro.
Espero que os esté gustando, a mi me hace mucha ilusión que me lean esta historia.
Porfa dadle una estrellita para que esta historia llegue a más gente obsesionada con Juantin como nosotr@s
Gracias por leer.
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Pasillo 10
Roman pour AdolescentsEsta es una historia basada en la posible relación de Martin y Juanjo concursantes de OT 2023. Esta historia está basada en ellos, en sus personalidades y en otros concursantes de OT. Esto no quiere decir que los acontecimientos y los datos de la hi...