Chapter 12: Rosas

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—¿Puedo abrir los ojos? —pregunto.

—Sí —responde Cinna—, ábrelos.

—Oh, Cinna — mi vestido está completamente cubierto de gemas que reflejan la luz, piedras rojas, amarillas y blancas con trocitos azules que acentúan las puntas del dibujo de las llamas. Al más mínimo movimiento parezco envuelta en fuego—. Esto es hermoso, es increíble!

—Da una vuelta completa —me dice, y rápidamente obedezco, sonrió mientras giro. El equipo de preparación grita, entusiasmado— Bueno, ¿todo listo para la entrevista? —me pregunta Cinna.

—Bueno, Haymitch dice que no necesito preparación, que solo debo ser yo misma.

—¿Y no estás de acuerdo? —me pregunta él, después de analizarme un minuto.

—¿Ser yo misma? Por serlo obtuve un tres, Cinna.

—Bueno, te diré lo que pienso —responde Cinna, sonriendo—. Los ciudadanos del Capitolio no dejan de hablar de ti. Cuando voy por los pasillos y las calles solo escucho tu nombre por todos lados, eres bonita por dónde te mire, eres alegre, carismática, gentil, y romántica eso le gusta a la gente... Sé tu misma, la gente ya te adora por quién eres y no por quien los Vigilantes quieren que seas. Tú eres más fuerte que un tres.

—Gracias, Cinna— respondo con una sonrisa—. ¿Estarás allí?

—Estaré sentado en la plataforma principal, con los demás estilistas; podrás mirarme directamente. Cuando te pregunten algo, búscame y contesta con toda la sinceridad posible.

—¿Aunque no sea agradable? —pregunto, porque podría ser así, de verdad.

—Sobre todo si crees que es horrible. ¿Lo intentarás?

Asiento. El momento de salir llega demasiado pronto. Las entrevistas se realizan en un escenario construido delante del Centro de Entrenamiento.

—Recuerda, ya te quieren —me dice con amabilidad—. Limítate a ser tú misma.

Nos reunimos con el resto del equipo del Distrito 12 en el ascensor. Peeta está impresionante con su traje negro con adornos de llamas. Corro directamente hacia él y nos unimos en un abrazo.

—Estás hermosa...

—Intentaré no arruinarlo.

—No lo harás— responde él con una sonrisa llena de seguridad en cada palabra—. Te he visto en cosas más complicadas, cómo tú solo en esa canción, cómo se llamaba?

—Oh, no me lo recuerdes.

—Fue increíble.

—Fue terrorífico.

—Lo más hermoso que mis oídos han escuchado nunca— suelto una pequeña risa, me doy por vencida, Peeta besa mi mejilla—. Lo haremos bien.

Haymitch y Effie también se han arreglado para la ocasión; Haymitch me aprieta el hombro con una sonrisa, yo asiento en respuesta y acepto los cumplidos de Effie.

Se abren las puertas del ascensor y vemos que los demás tributos se ponen en fila para subir al escenario. Peeta y yo quedamos, lógicamente, al final. Tengo el impulso de sentarme en el suelo para esperar pero Effie me detiene en el intento diciendo que arruinaré el vestido, así que me límite a quedarme parada mientras hablo con Peeta.

Ni siquiera noto como van pasando los tributos a su entrevista con Caesar Flickerman. Ni cuando mi nombre resuena. Peeta se queda en silencio y levanta las cejas mientras yo sigo hablando.

—Es tu turno— me dice interrumpiendome.

—¿Que?

—Tu turno.

Man Of Fire [Peeta Mellark]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora