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tw: nsfw!

“Entra, Kuni

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“Entra, Kuni... Con confianza, no pasará nada...” Ahí ibas nuevamente, ¿no te rindes, verdad? Lo tenías todo preparado, luces apagadas, distracciones y una fecha perfecta... Qué descarada.

Son exactamente las 4 de la mañana y tú estás metiendo descaradamente a tu enamorado a tu habitación, definitivamente con todas las intenciones inocentes del mundo... ¿Verdad?

“Cariño, has estado intentando llevarme a tu habitación desde las 12 cuando estábamos festejando con tu familia...” Kunikuzushi, tu enamorado, menciona inocentemente mientras es empujado gentilmente por tu mano dentro de tu habitación. “¿Quieres mostrarme algo en específico?”

“No te preocupes, solo siéntate.” Lo tranquilizaste dulcemente, tu mano guiándolo hasta tu cama con cuidado. A lo que tu enamorado no dudo en sentarse en el borde, ya había estado muchas veces en tu cuarto, pero aun así aún tenía ese destello de inocencia en sus ojos...

Una vez que tenías a tu enamorado sentado, te pusiste de rodillas, escabulléndote entre sus piernas sin ninguna vergüenza, tus manos reposando con tranquilidad sobre sus muslos para mantenerlos separados.

“¡E-ey! C-cariño, no seas así... Tus familiares están ahí afuera...” Kunikuzushi murmuró con vergüenza, sus mejillas rápidamente tornándose de color rojo mientras tú ibas a desabrochar su cinturón. Apesar de sus propias quejas, él no parecía tener intención de alejarte... Sabes que jamás te rechazaría.

“Shh... Recuerda, Kuni, mientras no hagamos tanto ruido, nadie nos notará.” No tardaste en consolar a tu noviecito, acariciando con suavidad su muslo antes de quitar su cinturón.

Una vez que el cinturón ya no estaba en tu camino, bajaste con impaciencia la cremallera de sus pantalones, tus manos hábilmente yendo a bajarlos sin dudarlo.

Levantaste la mirada para comprobar la comodidad de tu novio solo para toparte con sus lindas mejillas rojas, y su expresión nerviosa...

Enfocada en su linda mirada tímida ni siquiera notaste el bulto creciendo contra su ropa interior, apenas lo habías tocado y él ya se estaba excitando... ¡Qué adorable!

“No me mires así...” Kunikuzushi murmuró, apartando su mirada para evitar tu fija mirada en él, parecía casi estar haciendo pucheritos...

Soltaste una risita ante su reacción, volviendo tu mirada directamente a su entrepierna y notando su bulto con rapidez.

“Qué lindo... ¿Estás así de duro solo para mí? ¿Hmm?” Molestaste a tu enamorado, yendo a palpar su bulto gentilmente, sintiéndolo temblar ligeramente bajo tu toque.

“...S-solo lamelo y terminemos con esto.” Tu enamorado se quejó de tus burlas, sus mejillas aún sonrojadas mientras evitaba poner su mirada nuevamente en ti por la vergüenza.

"¡Blandito y Sumiso!"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora