𝒆́𝒑. ㅤ│ㅤ11 pt-2

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Edgar estaba frustrado, a veces ser tan tímido tenía sus problemas.
Buster y Fang intentaban animarlo e intentar que entablará una conversación con Bibi, pero por más que quisiera se le dificultaba demasiado.

Veía a lo lejos a Colette y Bibi juntas, suspiro con frustración y se puso en su lugar de trabajo, la caja.

La pareja parecía volver a conversar entre ellos, probablemente planeando alguna cosa para decirle a Bibi o decir que haga.
Aburrido y sin saber que hacer, comenzó a contar las propinas, moneda por moneda.

Hasta que la sombra de alguien frente a el lo hizo levantar la mirada.

— Oh, uh, ¿No vas a llevar nada más? - Hablo Edgar con sus mejillas algo sonrojadas ante la presencia de Bibi.

— Mmh, si, me gustaría llevarte a ti. - Acompaño sus palabras de una carcajada, viendo cómo el emo se ponía aún más nervioso.

No dijo nada al respecto y cubrió su cara con su bufanda, dandole el cambio a su contraria y una bolsa con su compra dentro.

Había una dulce sonrisa en el rostro de Bibi.
Cuando se marchó Edgar descubrió su rostro, viendo cómo La pareja y Colette estaban sobre el haciendo millones de preguntas.

...

— Bibi, ¿Que es esto? - Pregunto Bull mientras agarraba la bolsa de lo que sea que había comprado en la tienda de regalos.

— Uh, no lo sé, compre algo al azar.

— ¿Fuiste a ver a Edgar? - pregunto crow metiéndose en la conversación.

— ... ¿Qué? Obviamente no. Ni aunque me pagarán 6 millones de dolares estaría con alguien como el. - La pelinegra era buena mintiendo, asi que no estaba demasiado preocupada.

— Más te vale. Sabes que no me agrada en lo absoluto. - Hablo Bull con una clara expresión de enfado.

Crow solo asentía, haciéndole entender a la chica que el pensaba lo mismo.
Bibi solo se cruzó de brazos y miro hacia otro lado, no habían demasiados clientes y el ambiente estaba bastante tranquilo, algún inusual.

...

— Buster, si fueras una chica, ¿Que te gustaría que te regalaran? - Pregunto Fang mientras anotaba en una libreta.

— Uh, ¿Unas entradas al cine? No se Fang, no soy una chica.

— No ayudas.

— ¿Y si buscamos en Google? - el pelirrojo rio ante su estupidez.

—¿Y si Edgar va y le pregunta que le gusta? - menciono Colette mientras servia un vaso de agua para Edgar.

— NO. - El azabache salto de su asiento, no le gustaba la idea de acercarse a Bibi otra vez.

— ¿Por qué? - hablaron los tres a la vez.

— Bueno, digamos que no me llevo muy bien con su círculo de amistades...

—Edgar, tu no te llevas con absolutamente nadie. Creo que somos tus únicos amigos. - dijo Buster sin pensar mucho, para luego arrepentirse cuando sintió un codazo de parte de su novio.

— Auch, eso dolió.

— ¿Y si te haces gay? Los hombres son más faciles que las mujeres, además, pareces gay, eres muy gay. - Colette dijo de forma rápida, apenas podía entenderse lo que decía.

— si... No. Nunca sería gay, odio a los hombres. - el azabache cruzo sus brazos algo molesto por las palabras de su compañera.

— Mira, Edgar, tenemos que irnos, busca un tutorial en Youtube o algo así, esa chica será tuya. - Dijo Fang mientras se levantaba y agarraba del brazo a Buster, guiñando un ojo hacia el azabache y dirigiéndose a la puerta.

En el local se encontraban solos nuevamente Colette y Edgar, hasta que Griff interrumpió su tranquilidad.
Se quejaba como de costumbre, su negocio no estaba yendo como quería y no tenía aquellas cantidades de dinero que tanto anhelaba.

Comenzó a quejarse con Colette, de que debía dejar de desordenar toda la merch de spike y que debía ordenar por colores la repisa. El emo sabía que en cualquier momento sería su turno, así que se levantó para esperar que su jefe lo regañara.

Y así fue, mando a Edgar a barrer y limpiar todo el lugar, quería todo pulcro para cuando un nuevo cliente llegará.

— Sabes, creo que preferiria trabajar con Lola... - hablo en voz baja el azabache, quejándose también de su jefe.

— ¿Que dices maldito inepto? Si tanto te molesta, vete, nadie te necesita.

— Tu me necesitas, nadie quiere trabajar contigo.

Griff se mantuvo en silencio por unos momentos, Edgar tenía razón.

— Supongo que tienes un punto, ahora sigue trabajando.

El resto de la tarde fue agotadora, hoy le tocaba a el cerrar la tienda, así que se había quedado hasta bastante tarde.

Una vez llegó a su hogar se tiró a la cama rendido, hasta escuchar una notificación proveniente de su celular, un mensaje de Bibi.

“Hola, Edgar, ¿Quieres salir conmigo mañana? Podemos ir a la tienda de dulces o algo así.”

El corazón del azabache comenzó a latir realmente rápido, sintió una gran emoción recorrer todo su ser.

“Si.”

Contesto sin más, aunque fuera del teléfono estaba que explotaba de alegría.

Más que amigos - FangxBusterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora